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Historias > Hoy Nos Manifestamos
2011-10-15
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¿Hay posibilidades de un cambio mundial? Sin duda. El #GlobalChange es algo que mucha gente venía reclamando hace decenios, cuando aún se hablaba de la deuda externa, el hambre y la injusticia en el tercer mundo (ahora que la deuda la tiene el primer mundo, mejor ni pensamos en ese otro mundo que ya era pobre y estaba desvalido antes de que nuestros gobernantes gastaran todo en el timo de la estampita de los mercados; y mejor así porque llegado el caso, querremos seguir robándoles lo que no tienen). Evidentemente, la movilización de hoy en tantos lugares del mundo no va a conseguirlo, y mañana estaremos igual que ayer... casi. El pequeño matiz es el que me convence que debemos apoyar -seguir haciéndolo- este movimiento, que ya ha asegurado a la palabra "indignados" (en castellano, para los restos) un pequeño hueco en la historia del siglo XXI.
Hace años ya que los márgenes de maniobra para la ciudadanía se redujeron a más de lo mismo de cada día, es decir, somos compradores y poco más se nos exige que seguir pagando, comprando y etcétera. La representatividad la entregamos con el voto y parece que deja de ser nuestra. Una parte más del juego en el que nos hemos convertido en fichas condenadas a moverse conforme unas reglas que no pueden ser discutidas siquiera. O esto o el caos: ¿han jugado alguna vez al parchís por primera vez con un grupo de personas de diferentes sitios, familias... ? Es un lío: en unos sitios la forma en que se hacen o no las barreras y dónde pueden montarse, el tema del comido por no comer, si se sale de una forma u otra... Normalmente se llega a un consenso al cabo de varias discusiones, aunque en otras ocasiones es el dueño del tablero o de la casa donde se juega el que marcará sus normas. A escala mundial estamos un poco en las mismas: no importa qué derechos o deberes tenemos como ciudadanos aquí o allá, el dueño del tablero es una entidad que no permite que las reglas cambien, y lo justifica diciendo que si no es así, llegará el caos. Pero no es cierto: como pasa en el parchís, se podría llegar a un consenso, escuchar si alguna regla permite un juego más rico, o más divertido...
En el mundo pasa igual, pero para cambiar las reglas del juego tenemos el enorme problema de que quienes afirman ser los dueños del tablero y las fichas (y los dados) solo son unos bravucones que, desde sus posiciones de poder -eran ricos antes y se han asegurado más riqueza ahora, y han comprado voluntades y convencido a quienes deberían velar por intereses comunes- han introducido su sistema de reglas que nos condena a seguir jugando y seguir perdiendo. Siempre. Además, como pasa siempre con el parchís, no solo pierdes, sino que te señalan con el dedo y te dicen que eres un incompetente.
Ya se que comparar el mundo con un juego de mesa no va a pasar a la historia de la filosofía social. Me la suda: es la forma en que he conseguido no empezar a llamar hijosdeputa a los hijosdeputa, corruptos a los corruptos, y demás palabras que, también en eso hemos cedido nuestro derecho al cabreo, deben quedar fuera de una discusión civilizada. ¿Por qué? Lo más civilizado es gestionar bien los residuos, lo más civilizado sería apartar a la gente indeseable de los lugares donde hacen sus fechorías y más daño causan. Por el contrario, aquí les dejamos ser los porteros de la discoteca, un decir, los jefes del clan o los miembros fundadores de sus juntas bien remuneradas. Lo más civilizado sería poder libremente expresar no solo nuestro hastío y nuestra indignación, sino apoyar todas y cada una de las acciones que puedan permitir ir recuperando el tablero, y asegurar que las reglas del mismo se basan en los derechos humanos, no en el deseo de mantener la situación de prebendas y control de algunos.
¿Eso es ser antisistema? Por supuesto. Pero no es ser antidemocrático, como nos están vendiendo interesadamente quienes quieren mantener su corralito. Las movilizaciones de hoy quieren colocarse como valor en si mismo: que hay gente que queremos que las cosas cambien, que hay que hacer algo. En nuestro país hemos visto cómo los partidos asumen con toda tranquilidad la segunda elección del año siendo el tercer problema percibido por los ciudadanos. Es decir, que siendo los políticos menos valorados de la historia de la humanidad siguen tan tranquilos como si nada pasara, cerrando la ventana porque ahora empieza a haber algo de ruido.
Hemos de hacer ruido. Más. Constantemente. Hoy hay convocadas concentraciones en todo el mundo. Vean
15october.net y acudan por favor a la más cercana. No es pecado hacerlo, por si se lo han vendido así. No es ir contra la democracia, que también nos lo han dicho. No es violento ni pretende destruir el mundo, ni es el coco ni el hombre del saco, como azuzan los agoreros de turno. Estoy convencido de que, con todas las imperfecciones y contradicciones de las cosas de verdad, es la única alternativa de regeneración democrática y por los derechos humanos que cabe en este momento.
En Iruña, la concentración es en la Plaza del Castillo a las 20.00. Aquí en FB tienen una lista de
todas las que hay convocadas en el país. Ya saben. También pueden seguir jugando al parchís como si nada. Bueno, y hay fútbol y esas cosas de todos los sábados. Pero sepan que
hoy nos manifestamos.
2011-10-15 09:31 Enlace
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