2024-11-26
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(Una carta abierta)
Feliz cumpleaños, Pamplonetario
El 26 de noviembre de 1993, hace hoy 31 años, se inauguró el Planetario de Pamplona, ocupando un extremo del parque de Yamaguchi que aún no se había convertido en ese amable jardín japonés que incorpora una versión a escala de nuestra Galaxia. Por primera vez en la historia de Navarra un centro público de cultura científica se abría a la ciudadanía con una especial mirada al mundo educativo al que también por primera vez en España se dedicaba una programación específica y diseñada para cada nivel educativo.
Nació con la vocación de ser el lugar donde la ciencia pudiera ser mostrada, pero sobre todo donde se favoreciera una visión abierta y crítica sobre este mundo cambiante, compartiendo espacio y tiempo con otras formas culturales. Y por supuesto apostando por la astronomía: hace 32 años ya se veían en el cielo cometas, conjunciones planetarias o lluvias de estrellas, aunque aún nadie lo contaba por aquí; así que nos convertimos en narradores de las maravillas de un universo que estaba sobre nosotros, y de los descubrimientos que se iban a suceder en este nuevo milenio, también de los horrores que nos iban a amenazar.
Desde el comienzo quisimos celebrar la ciencia y la técnica en lo que nos aportaba para mejorar el mundo, acogiendo encuentros, exposiciones y produciendo películas de planetario que planteaban historias que lo mismo recorrían la Vía Láctea, es decir, el camino de Santiago, que nos llevaban a desvelar Venus o viajar con la poesía por el universo de Lorca; un jardinero que quería ser astronauta o una niña que caminaba del revés con los pies en el cielo o el gran programa del Año Internacional de la Astronomía sobre la evolución cósmica y la evolución biológica, que hicimos con más de 20 planetarios de todo el país. Todo eso ha sido posible gracias a un pequeño equipo lleno de energía y cariño por este centro. Hemos organizado cada noviembre semanas de la ciencia desde hace más de 30 años (salvo este año) y hemos conseguido poner el nombre de Pamplona entre los referentes de la divulgación científica.
Es el primer aniversario del planetario que me pilla fuera sin estar metido en la organización de alguna actividad especial para conmemorar que hemos hado una nueva vuelta al Sol. Por eso lo comento por aquí, porque la prensa y los medios de comunicación han sido aliados desde el primer día y, ahora que los planetarios están cumpliendo su primer centenario, el de Pamplona, ya en su madurez, merece también quien le recuerde con cariño. Quizá por eso nos inventamos lo de
pamplonetario: para darle un nombre especial a un centro diferente, el de aquí mismo, el de todas historias de un mundo cambiante y complejo, el de todas las personas que nos han acompañado. ¡Feliz cumpleaños, Pamplonetario!
Javier Armentia
Se ha publicado ya por algún medio:
Diario de Navarra,
Gara,
Diario de Noticias...
2024-11-26 06:25 Enlace
2024-11-10
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Con la que ha caído y lo que se ha llevado por delante, hacer de columnista es a veces complicado porque ¿cómo no centrarse en lo que tenemos delante y nos invade? Pensar en otra cosa, irme por otros derroteros me sabe mal especialmente en algunas ocasiones como las que estamos viviendo.
Por eso el pasado lunes 4 y el lunes 11 de noviembre dedico a algunas periferias de la dana que me tocan más de cerca: el odio interesado a la ciencia, la manipulación no menos interesada de la realidad y los intereses que están por detrás.
MILENIO
Diario de Noticias
Lunes, 4 de noviembre de 2024
Porca scienzia
Ya comenté en otras ocasiones que siento la realidad como una serie cuyo responsable, para mantenernos en vilo, inventa cada tanto un nuevo exceso, repitiendo el mecanismo que le valió el éxito la primera temporada. El miércoles, cuando ya se habían producido cientos de muertos (aunque sólo teníamos aún imágenes de la riada llevando coches y puentes), todavía los periódicos de derechas se atrevieron a esconder la noticia de la catástrofe en un segundo plano frente al acoso judicial contra la mujer del presidente del gobierno. Pero la realidad de la dana necesitaba de un giro de guión para que la gente siguiera pegada a la tele, al móvil, al chat. Rescataron lo del “piove, porco governo” que es un refrán que ha tenido más éxito en España que en el italiano del que dicen que procede, aunque ahora fijándose en la AEMET y en la ciencia, porque la ciencia y la meteorología había avisado de lo que aparecía en los modelos. Al politizar la temperie se conseguía justificar la inoperancia de unos políticos que miden más el efecto en reputación en las redes y en luchas intestinas y finalmente en votos que en considerar cosas como alertas de color rojo. En algún seminario de formación de mandos de la derecha les recuerdan el cuento del pastor y el lobo, digo yo, y por eso deciden que mejor justificar que no actuaste con celeridad a los que avisaron de que venía porque son unos exagerados. Y además sicarios del gobierno (el malo, el central, el de la lluvia). En esta semana vemos una vez más que da igual que este haya sido un primer golpe y que van a llegar más porque el Mediterráneo es un horno que genera episodios extremos; y que solamente con suerte podremos librarnos y solamente con una gestión seria y avalada por los criterios científicos evitará tanta pérdida, tanto dolor.
MILENIO
Diario de Noticias
Lunes, 11 de noviembre de 2024
Nazis del misterio
El término con que el que hoy titulo la columna se lo he leído a Mauro Entrialgo en su libro “Malismo. La ostentación del mal como propaganda”. Los nazis del misterio son una categoría potente que estas semanas se ha desplegado al olor de la catástrofe en Levante. Se autodenominan investigadores de temas que la historia oficial, la ciencia oficial o el mismo Estado llegado el caso, ocultan, tergiversan o niegan. Son siempre timos (dirigí una colección en la Editorial Laetoli en la que diferentes autores han abordado varias decenas de ellos, exponiéndolos) porque en el fondo no hay nada paranormal ni que sea un misterio irresoluble si se investiga bien y se evita la exageración y la manipulación interesada. Porque lo que hay es una creación interesada de un corralillo de charlatanes que antes a lo más te sacaban los cuartos o montaban sus escaparates milenaristas en la noche radiofónica o en la telebasura de entretenimiento y ahora pueblan las redes con la connivencia de ciertos grupos mediáticos.
Quienes hacen del misterio el material de su notoriedad e influencia declaran sospechar de la connivencia oficial para someternos pero esconden habitualmente su trasfondo ideológico ultra. De la misma forma que en estos días hemos oído sospechosamente a los más conspicuos conservadores apropiarse de lo del “solo el pueblo salva al pueblo”, convirtiendo una solidaridad popular en una denuncia de lo oficial, la invención y la exageración se han metido en ese mundo de gente que igual afirma que nos gobierna una conspiración masónica pedófila o reptiliana que las vacunas de la covid tenían un chip 5G. Todo redunda en su trabajo de desmantelar lo social y generar desapego y odio. Porque los nazis del misterio nos quieren así, para vendernos su solución final. Ellos, mientras, siguen forrándose.
2024-11-10 18:45 Enlace
2024-10-13
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Hay veces que un artículo comienza a ser escrito (léase: yo escribo algo en el procesador de palabras) y de repente hay otra idea que acabará ocupando su lugar de manera que se queda ahí el boceto (léase: cambio de tema, de idea y me pongo a escribir en otro documento). Esto me pasó hace dos semanas, porque un amigo dejó de trabajar en el Planetario (luego unas semanas después yo mismo dejaría el Pamplonetario, aunque entonces no lo tenía tan claro).
El artículo que estaba escribiendo hablaba de la no binariedad, de niñes trans, de varias cosas... pero no se publicó en el Diario de Noticias, que es mi repositorio habitual en la prensa de papel para mis columnas. Lo he encontrado ahora que estaba escribiendo otra columna y me parece que nunca encontraré (pronto) un tiempo para perfilarlo, convertirlo en una columna de 1800 caracteres con espacios y publicarlo en el periódico.
Pero como es domingo, me he acordado de que todavía tengo un blog, así que lo coloco por aquí. Está sin pulir, el ritmo no será el que suelen tener las columnas porque esa síntesis final de ir recomponiendo el texto hasta que funcione como una columna en la contraportada del periódico me suele llevar unas cuantas horas, incluyendo momentos en los que abandono el texto y me voy a hacer otras cosas y luego vuelvo a ello y lo dejo y así varias veces. No estoy convencido de que el texto final sea mejor que el inicial siempre y a menudo pasa que algún párrafo acabará desapareciendo sin remedio, pero todo el proceso es parte de algo que trabajo así. No lo cuestiono, pero tampoco lo vendo como algo necesario ni siquiera adecuado. Es lo que yo hago. Sea.
Lunes, 23 de septiembre de 2024
La ciencia no es binaria
De vez en cuando conviene aclarar asuntos que a ratos ocupan la opinión pública, el debate o hasta el odio en las redes y se lanzan sin atender a las realidades, a los datos. Empecemos por la genética y la biología. Quizá ya sepas que el sexo humano se clasifica generalmente en función de la presencia de cromosomas XX o XY. Sin embargo, la ciencia reconoce la existencia de condiciones intersexuales, como el síndrome de Klinefelter (XXY) y el síndrome de Turner (XO), que demuestran que las características sexuales no son estrictamente binarias. La biología nos enseña que la determinación del sexo es más bien un espectro, con una combinación de factores genéticos, hormonales y ambientales que dan lugar a una amplia gama de características físicas.
Además, en psicología y fisiología se reconoce que la identidad de género (el sentido personal del propio género) puede diferir del sexo biológico. La Asociación Americana de Psicología ha respaldado la idea de que el género es una construcción no binaria que está influida cultural y socialmente. La identidad de género es un sentimiento profundo de ser hombre, mujer, una mezcla de ambos, ninguno o algo distinto, y puede no coincidir necesariamente con el sexo asignado al nacer.
Por ejemplo, los estudios han demostrado que niñas, niñes o niños trans* suelen tener una comprensión constante, insistente y persistente de su identidad de género que no coincide con el sexo que se les asignó al nacer (un temazo: el género asignado al nacer lo es por cuestiones habitualmente espúreas o simplemente por una inspección visual poco cuidadosa: si hay algo que sale, niño; etc). Esto no se corresponde con la idea de un binario, sino más bien con un espectro de experiencias de género.
Esta idea también se refleja en el campo de la endocrinología, donde los tratamientos hormonales para personas trans* han demostrado ser beneficiosos para su salud mental y bienestar emocional, lo que sugiere una base fisiológica para las identidades de género. Pero sin llevarlo más allá de lo que se debe...
2024-10-13 08:08 Enlace
2024-09-23
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Este fin de semana se celebró en Bilbao el Naukas 2024, #NaukasBilbao24 puesto en forma de redes sociales. Ya lo conocerán: decenas de charlas cortas, dinámicas, apasionantes, de gente estupenda... y dejo de echar flores, pero es que es cierto. La ciencia, con sentido crítico, con humor, a veces de avanzada y noticia, otras de reflexión o historia. Muy dinámico pero sobre todo con mucha enjundia: con muchas mujeres y más diversidad que nunca en las ponencias y en los comentarios. Comprometida con un mundo amenazado y con una humanidad que sufre injusticias. Más social que nunca, porque la ciencia que importa es la que nos importa, la que nos mueve el mundo o debe hacerlo.
El programa está aquí:
Programa completo de Naukas Bilbao 2024.
Bueno, yo no exactamente porque hablé de eclipses. De algunas cosas de los eclipses aprovechando que en los próximos años España se nos llena de eclipses. La charla, como todas las demás, se retransmitió por streaming y en concreto la mía se puede ver aquí. Pongo un inserto a ver si funciona. Este es el enlace:
Tres eclipses, tres. Por Javier Armentia (EITB).
En cualquier caso, aunque se puede ver la charla, os pongo aquí un texto de las notas que había estado elaborando para contar estas historias. Por si alguien quiere leer.
3clipse3 se nos vienen cositas
Comienzo, claro, con un saludo y una primera diapositiva que titulo: información de servicio. Se nos vienen unos cuantos eclipses, el primero en pleno agosto veraniego así que esto se va a llenar de gente mirando el cielo. Como esto va a aparecer hasta en la sopa, la información de servicio ya está dicha. Apuntad agendas, escuchad a la gente de la astronomía y sabed que tenemos una Comisión Nacional del Eclipse para velar por que todo pase a la hora programada, no como los trenes… Pero ya está, porque de los eclipses se ha dicho tanto que podría terminar ahora. No lo voy a hacer, claro, que 10 minutos son en Naukas un bien demasiado preciado como para regalárselo al siguiente ponente.
Algo de información, por ejemplo, en este enlace
Eclipses ibéricos 26-27-28.
Una de las cosas que quería comentar es eso:
Qué será lo que tienen los eclipses. Un eclipse es algo anormal, sobre todo que se haga de noche en pleno día o que en medio de la noche del plenilunio la luna cambie y se ponga cobriza. En la diapositiva muestro un grabado bajo el título "peruanos aterrados durante un eclipse", un grabado italiano del XIX de Gallo Gallina en su serie de libros "Costume antico e moderno".
Hemos creado esa idea de que los eclipses fascinan porque la gente (primitiva) no sabía qué eran y así se asustaban o llamaban a su dios de preferencia. Por ejemplo, se ha dicho que los chinos pensaban que era un dragón comiéndose al sol, fíjate… los chinos… Y lo mismo muchas novelas o, en mi generación ya, los tebeos: Tintin mismamente engañando a los incas… Lo hizo Mark Twain con su yankee transmaterializado a la corte del Rey Arturo, o como el novio de la novia del Sol en la novela de Gaston Lerroux. Todos eran señores europeos y cultos que sabían de un eclipse del que los primitivos racializados no tenían ni pajolera idea.
Lo dejé en la diapo, pero no lo comenté en vivo: recomiendo el cuento de Augusto Monterroso para desmontar esa idea eurocéntrica de los antiguos ignorantes.
Los chinos y los eclipes
Así que vamos a la historia verdadera: el primer registro se hizo en China, precisamente. Confucio recogió en el Shujin, el Compendio de Historia, el primer eclipse en el 2137 aE. Dos astrónomos Ho y Hi no supieron u olvidaron avisar del eclipse y fueron ajusticiados. En los registros de eclipses que aparecen en el Shujin se dan algunos datos para fecharlos y un poema que recoge alguna historia de sus consecuencias. De este se dice (traducción de un texto que encuentro por aquí
A history of solar eclipses):
Aquí yacen los cuerpos de Ho y Hi
cuyo triste destino es visible.
Fueron ahorcados por no poder
descubrir el eclipse antes de que llegara.
Pero los eclipses ya entonces se calculaban o al menos se predecían algo; se intentaba entender cuándo la luna se iba a poner delante del Sol o, por el contrario, cuándo la Luna se sumerge dentro de la sombra de la Tierra, como pasó el miércoles… bueno un poco solamente.
No fueron solamente los chinos, que lo hicieron otras culturas, conste, que notaron las regularidades que permitían hacerse una idea de cuándo iba a haber un eclipse, más o menos. Había un problema:
la
inconmensurabilidad de los ciclos naturales: los periodos de los movimientos del cosmos (o la tierra), el Sol (el año solar) o la Luna (el mes lunar) no cuadran en fracciones simples. El ciclo metónico y otros intentos de regularizar el tema fueron acercamientos venidos de la observación de series de eclipses durante muchos años.
Y esto era muy importante en China, para asegurar un calendario oficial que era lunar y solar, que daba problemas porque a estos calendarios les pasa lo mismo que a los eclipses a la hora de echar cuentas. Cuando tienes el libro de cuentas desde hace 3000 años, claro, lo que quieres es no tener que volver a cambiar todos los apuntes contables y administrativos.
Era de hecho un enorme problema burocrático y político. En China eso de hacer una reforma de calendario era un sarao (cuando lo del calendario gregoriano occidente descubriría que sí, que era complicado y que no solamente era cosa de astronomía). El gran calendario de unificación en el imperio chino se formalizó durante la dinastía Ming (el Dantong Li y ese calendario estándar era más bien malillo a la hora de la predicción de eclipses: daba errores enormes y algunos eclipses ni siquiera aparecían. (Lo cuentan por aquí
Dragon Swallows the Sun: Predicting Eclipses in China).
Precisamente a mediados del siglo XVII, cuando se intensificó el contacto entre China y Europa, los burócratas chinos descubrieron que quizá no eran los que más sabían de las cosas del tiempo y los eclipses. Entre otros se lo contó Diego de Pantoja, un jesuita de Valdemoro que además era cosmógrafo y que mostró la potencia del cálculo de eclipses occidental, basado en las tablas y efemérides astronómicas. La que se montó, por cierto. Comenzó todo un proceso de análisis donde tradición y precisión fueron lanzas de una lucha que todavía casi dos siglos más.
Eclipses besselianos
Y es que el problema de predecir, medir y apuntar con precisión los eclipses tardaría un poco más tiempo en solucionarse. No solo para la burocracia china, sino en todo el mundo: conseguir precisión en el cálculo de los eclipses (o de las ocultaciones de planetas o estrellas por la Luna, que llevan un aparataje matemático igualmente complejo) era muy complicado si querías apuntar mejor que 10 minutos de error.
Fue en 1824 cuando el astrónomo y matemático prusiano Friedrich Bessel publicó sus
elementos, la forma de calcular un eclipse usando el
plano fundamental, que es la proyección de la sombra de la Luna sobre la esfera celeste que uno tiene en cada momento. Las efemérides permiten con estas fórmulas un cálculo muy eficiente y preciso que en esencia siguen siendo dos siglos después el motor de cualquier cálculo digital de eclipses. Sirva esta mención al modelo del fundador del observatorio de Könisberg, hoy Kaliningrado, para celebrar el bicentenario de sus fórmulas.
Ciencia de los eclipses
Podríamos así decir que con Bessel la parte astronómica y matemática de los eclipses quedó ya domesticada. Pero había más ciencia que sacar de los eclipses, y de hecho fue en el mismo Könisberg, 30 años después, donde Julius Berkowski obtuvo la primera fotografía, el primer daguerrotipo del Sol y también el primer registro de la corona y la cromosfera.
(Curioso, todo en el mismo sitio donde no había manera de cruzar todos los puentes sin pasar dos veces por alguno… pero eso no tiene nada que ver con los eclipses.)
Había más ciencia y más controversia por venir. Unos años antes se había identificado un espectro de emisión, el espectro flash, que se emitía en un eclipse solar. Era la emisión de Helio, Hidrógeno, Sodio y Magnesio a gran temperatura en la cromosfera como se supo en 1868. De hecho lo del Helio fue todo un hallazgo controvertido, con el crédito que se debe dar a Joseph Norman Lockyer por un lado, pero también a Jules Jensen. Lo cuentan por aquí:
August 18 and October 20, 1868: Discovery of Helium.
La fotografía y la espectroscopia, junto con la física (en esencia saber qué demonios eran esas líneas espectrales y de qué venían) convirtieron así la ciencia de los eclipses en algo con mucho valor. orque nos permitían conocer mejor el Sol. Cierto que luego a alguien se le ocurrió poner una tapita al disco solar y así tener un eclipse sin necesidad de luna y poder medir la corona sin tener que esperar años o viajar al otro lado del planeta. Afortunadamente los coronógrafos no quitaron un ápice de interés a los eclipses. E históricamente debemos reconocer que los eclipses alimentaron mucha ciencia en el siglo XIX.
Y en el XX, momento cumbre para la nueva física que nació en el primer cuarto de siglo. Si te mencionan las palabras “eclipse” y “ciencia” es más que probable que recuerdes las expediciones propuestas por Eddington para observar el eclipse del 29 de mayo de 1919, en las que medir cómo se desplazaba la posición de la imagen de las estrellas por efecto de la gravedad o geometría, es decir la confirmación de la teoría general de la relatividad de Einstein. Esto lo han contado muchos así que no me meto (es que se me acaba el tiempo), así solo hago notar que el informe se leyó en la Royal Society, delante de la imagen de Newton, a cargo del Astrónomo Real precisamente.
Así que vamos acercándonos al final de la charla llegando a nuestra época. Lo cierto es que una vez confirmada la relatividad general con un eclipse no había más remedio que viajar a observar eclipses por el placer de verlos, de saber que son importantes para la ciencia pero que nos tocan algo más profundo, esa cosa de la fascinación (quizá ya más libre de temor, aunque algunos integrismos religiosos siguen achacando a los eclipses cosas terroríficas). En cualquier caso viajar a ver eclipses es algo que seguimos haciendo y que podremos seguir haciendo en estos próximos 3 años.
Por cierto que se cuenta que Cecilia Payne se decidió a estudiar astronomía escuchando una charla a Eddington sobre esto del eclipse, cosa que comento porque en esta recopilación de historietas de los eclipses he dejado a demasiados chicos y no he colocado a ninguna mujer. Y es que otro uso de los eclipses y su ciencia ha sido el de inspirar a nuevas personas en el amor de la astronomía. Yo mismo tuve un poco de epifanía eclíptica al atardecer del 30 de mayo de 1984, cuando un grupo de estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid, de las especialidades de astrofísica en Ciencias Física y de astronomía en Ciencias Matemáticas (aún compartíamos el mismo edificio en el paraninfo de la Ciudad Universitaria) nos fuimos a hacer una excursión para observar un eclipse anular en Marruecos. Recuerdo que comenté algo de esto en una charla TEDxUDEUSTO hace unos años:
Mirando al cielo de la mano de la ciencia.
Nos acercamos al final, y quiero presentaros
una foto de cuatro astrónomas, que fueron las primeras a las que dejaron participar activamente en una expedición científica a un eclipse, esto pasó en Australia en 1922, la expedición la montó el Observatorio Lick y ellas son, de izquierda a derecha: Elizabeth y Jean Chant, Mary Caworth Evershed y Elizabeth Ballard Campbell, y es una imagen que me llena de felicidad y optimismo.
La aprovecho para recomendaros además que recordéis cubriros la cabeza si vais a ver estos eclipses, que todo el mundo recomienda lo de no mirar al sol, las gafas de eclipse y tal, pero lo más importante es tener un salacot adecuado y ojito al cogote que se quema al sol. En cualquier caso viéndolas, tengo muy clara mi elección de vestimenta para el trío de eclipses, no sé vosotras.
Y dicho esto, felices eclipses ibéricos. Pata negra oigan.
2024-09-23 10:26 Enlace
2024-08-20
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Ya saben que cada año, cuando llegan las fugaces de agosto, las lágrimas de San Lorenzo como siempre recuerdan los medios de comunicación, la gente del mundo de la astronomía nos visibilizamos y de repente todo el mundo quiere preguntarnos cosas.
Sobre lo que son las Perseidas, el origen de estas estrellas fugaces, de cometas, de dómo observarlas… hasta de los deseos que se pueden o no pedir. A esto de los deseos comento que me encanta pensar que hubo tiempos en los que la gente decía que una estrella fugaz era el trazo luminoso de un ángel que bajaba a la tierra a hacer algún recado divino, y que por eso se le pedía un deseo a ver si sacaba tiempo o tenía un momentito para eso.
Suelo añadir que realmente la moda se hizo mundial gracias al Pinocho de Disney y a la canción escrita por Leigh Harline y Ned Washington que cantó Cliff Edwards como Pepito Grillo (Jiminy Cricket),
“When you wish upon a Star”.
Hay tanta gente que a lo largo de los años hemos hablado de casi cualquier tema relacionado con las Perseidas que parece que ya está todo dicho. Sin embargo, la gente quiere seguir escuchando eso de los trocitos del cometa 109/P Swift-Tuttle que nos llevamos por delante en nuestra revolución solar cada verano. Y los medios, por aquello de que agosto tiene un nivel informativo algo menor (algo, ya no tanto como los buenos tiempos de las serpientes del lago Ness), siempre requieren algún dato.
Así que cualquier instituto astronómico, agencia espacial, planetario o agrupación aprovecha para colocar un poquito de astronomía al comienzo de la canícula (Nota: otro término astronómico, por cierto, pero eso es otra historia que está por otro lado).
Este año me preguntaba mientras recopilaba algunas trivialidades para hablar con los medios y la sesión especial del Planetario de Pamplona sobre cuándo se comenzó a hablar de Perseidas y quiénes asociaron por vez primera las estrellas fugaces a polvo cometario (o asteroidal). Y resulta que fueron un puñado de astrónomos de todo el mundo, en un trabajo en equipo y además muy de su tiempo, principalmente en el decenio de los años 30 del siglo XIX. Una colaboración profesional y amateur pionera que plantó las bases para el estudio de las corrientes de meteoros, las lluvias anuales y muchas otras cosas de esta ciencia que había sido en cualquier caso despreciada pensando que eran fenómenos menores y perecederos de nuestra atmósfera. Hasta que alguien encontró orden y razón a partir de la observación.
La historia tenía sus curiosidades y entroncaba con ese momento triunfal de la ciencia que ponía números y matemáticas y física allí donde antes solamente había leyenda o tradición. Uno de los que mejor personifican ese momento es Adolphe Quetelet (o Quételet a veces), un matemático y astrónomo empeñado en medir y contar para explicar un mundo aparentemente casual: suicidios o estrellas fugaces, como cuentan sus biógrafos. Quien fue el primero en predecir un máximo de las Perseidas.
Luego hubo astrónomos aficionados como Swift y Tuttle que encontraron un nuevo cometa en el cielo. Y más tarde un astrónomo que la historia recuerda más por la ensoñación de ver canales en Marte, pero que estableció la conexión necesaria entre las Perseidas y el centésimo noveno de los cometas periódicos.
La historia se la mandé a THE CONVERSATION, porque un medio así tiene ese tono más pausado y de referencia tranquila que le iba bien a Quetelet. Lo publicaron aquí:
“Por qué estudiamos las Perseidas, las estrellas fugaces más famosas”. Les dejo ir al artículo porque así entenderán lo que cuento a partir de ahora.
La publicación de TC se recogió en diversos medios, en primer lugar en ElDiario.es y algunos otros, algún blog… (algo más de 4000 lectores dicen las estadísticas de TC). Y recibí algún comentario de gente que lo había leído. Pues bien, yo encantado. Pero la cosa es que unos días después, en un programa de entretenimiento o humor que hay en La Sexta TV, “Zapeando”, esto del origen del estudio de las Perseidas fue fusilado por los guionistas para hacer una sección graciosilla. Que no pensaba yo que tuviera demasiados aspectos risibles (bueno, como Quetelet fue uno de los primeros en crear el índice de masa corporal eso le permitía a Miki Nadal hacer una gracieta sobre su peso). Pero ahí lo metieron el 9 de agosto. En la noticia que está en la web del programa:
“Quique Peinado comparte varios consejos para disfrutar al máximo de la la lluvia de perseidas”, explican algunos aspectos de mi historia en TC poniendo como fuentes a gente del programa, como Graciela Álvarez Lobo, Isabel Forner o Mónica Cruz, que aparecen citadas con su nombre aportando cosas que han copiado directamente de mí y de The Conversation, pero nosotros no somos citados.
No digo que me sorprenda, pero vamos, tampoco costaba tanto citar la fuente. No comento más porque tampoco merece la pena: depredar es una actividad totalmente televisiva y para qué sorprendernos a estas alturas de siglo. Sí quiero hacer notar, en cualquier caso, que puedo apuntarme un hecho curioso: que un artículo de divulgación científica se convierta, tal cual, en materia de guión humorístico, no es tan habitual. Releyendo el texto que publicaron en The Conversation la verdad es que puede tener esa lectura un poco más ligera. En eso, yo encantado de este préstamo no reconocido tan curioso.
2024-08-20 11:11 Enlace
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