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2004-02-08
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Cada domingo, más o menos, (es que a veces me retraso, aunque también alguna me he adelantado, así que compensa) publico aquí la columna, titulada
Milenio, que aparece en Diario de Noticias. Hoy no va a ser menos, pero incluyendo unas cuantas columnas más, de mano de la gente que en la misma contraportada cierra el periódico cada día de la semana. La mía corresponde a hoy,
8 de febrero de 2004
"OBSEXOS"
Me había prometido olvidar el asunto de la pastoral familiar, esas cosas de las liberaciones sexuales que tanto preocupan a los obispos, convencido de que lo que tienen que contar estos señores a la sociedad sobre el asunto tiene tan poco interés como lo que podría contar Yola Berrocal. Pero es necesario denunciar que cada vez anda la cosa más desbocada: unos y otras usan el morbo de lo sexual para vendernos sus productos. La televisión aprovecha el erotismo y el porno cutre para colocarnos anuncios, los otros usan sus obsesiones con lo del sexo para seguir chupando poder. Lo más terrible es que en este tema vamos yendo hacia atrás. Como cualquier persona sensible a los asuntos sociales habrá ido notando, la sociedad está caminando hacia tiempos pasados.
Lo mismo en la Superbowl del año que viene en vez de dejar que una cantante enseñe cómo le quedaron las siliconas de su teta, se monta un auto de fe y de paso queman a algún impío. Al menos, este año han conseguido que todo el mundo se queje de las tetas y los culos y el sexo, olvidando que justo un año antes, algo mucho más obsceno y peligroso se cocía en las Naciones Unidas y en los medios, con toda la maquinaria de ese Imperio mintiendo y engañando para montar la guerra ilegal. Todos obsexos, para que nadie se preocupe de lo sustancial. Y aquí nos ha pasado lo mismo: qué bien que llegaron los monseñores con sus sexualidades desviadas a animar la cosa, que lo mismo nos acordábamos de las mentiras del gobierno y revisábamos la hemeroteca de la preguerra española. Lo obsceno es que usan el sexo como sustituto (como el pan y el circo, y el fútbol), cuando quienes lo disfrutamos sin obsesionarnos con él sabemos que el sexo no sustituye, sino complementa.
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Sin habernos puesto de acuerdo, los columnistas de la contraportada del Diario de Noticias nos hemos dedicado estos días a tan jugoso tema del directorio de pastoral familiar, ese realizado por el carcundísimo prelado de Castellón, Juan Antonio Reig, de 57 años y, cabe pensar, superviviente de la revolución sexual. Algunas historias sobre este trabajo tan entretenido en
La Nueva España o
Religión Digital.
Me voy a apropiar de los textos ajenos, por aquello de que son colegas y compartimos la columna en multipropiedad en ese periódico.
El
5 de febrero de 2004 Paco Roda escribía:
Obispada
María de Ursuatan murió desangrada cerca de la casa donde habitaba, en el Redín. De esto hace ya 406 años. Murió de un golpe en la cabeza que le asestó su marido tras una discusión doméstica. Él estaba pasado de rosca a cuenta del vino amargo que por entonces se bebía. Ni María, ni su marido, Martín de Yaniz, habían leído todavía a Wilhelm Reich, el autor de La Revolución Sexual (1949). Martín, por tanto, no pudo justificar ante el tribunal que lo juzgó, que ciertas lecturas le provocaban unos arrebatos desmedidos contra su esposa. Sin embargo, cada noche, antes de acostarse, Martín leía a María algunos pasajes de la Biblia con los que ella tenía malos sueños: � y asimismo que las mujeres sean obedientes a sus maridos� (Ep. I San Pedro), que �las mujeres escuchen en silencio las instrucciones con entera sumisión� (I a Timoteo) o, �el hombre es la cabeza de la mujer� (San Pablo a los Efesios).
Muchos años después, el comité político de la multinacional de la fe católica con sede en España considera que la violencia contra las mujeres tiene su origen en la revolución sexual y en los actuales modelos de familia. Antesdeayer mismo, una mujer embarazada de siete meses abandonaba la perra vida que llevaba, al caer de una ventana tras discutir con su torturador habitual. Todavía no he visto a la Conferencia Episcopal desenterrar el hacha de guerra contra esta violencia. Jamás. Más aún, tras esa moralidad siniestra se esconde un ideario envenenado. El que permite a Fraga decir que meterle mano a una niña con violencia es un asunto de poca monta, o el que justifica que un policía sin escrúpulos que violó a una joven marroquí hace dos años vuelva a su trabajo. Pero ahora de jefe y con aumento de sueldo.
La Conferencia Episcopal, ese lugar parecido al limbo celestial y paraíso de la ética indolora, viene a decir que la violencia contra las mujeres se explica porque nos hemos desviado de la doctrina de la fe cristiana. Aquella que tanto le asustaba a María de Ursuatan. Porque tanta indiscreción sexual �dicen- ha generado un desgarro familiar. En el fondo de las mentes preclaras de tanto prelado hay mucho tajo para el psicoanalista. Porque reproducen el esquema de pensamiento de aquel juez que consideraba que la minifalda de la víctima era una provocación para el verdugo. Pues eso. Para estos comisarios de la fe, ellas siguen cimbreando la cintura con una manzana en la mano. Y ya se sabe, cuando una desea, cae bajo la jurisdicción del demonio. Pura metafísica de saldo. Y todo esto pasa en un Estado aconfesional que, a este paso, sentará de nuevo en las Cortes a esta casta de procuradores religiosos. Al tiempo.
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El
6 de febrero, el escritor Javier Eder nos contaba:
¿La revolución sexual?
No veo ninguna razón para ser anticlerical. Así hubiera podido decírselo al señor cura que hace unos meses me reconvenía amablemente �a mí y supongo que a otros colegas� en una carta particular que decía así: �Esperemos que en el estudio sociológico que estamos haciendo sobre el anticlericalismo de los escritores de Diario de Noticias, en ese estudio Vd. pueda ver reflejada su posición�. Se me pasó contestarle con toda cordialidad que mal podré ver reflejada mi posición, no siendo anticlerical. Anticlericales para qué, si tenemos a la CEE.
La Conferencia Episcopal Española se basta por sí sola para que antes de un siglo o dos lleguemos adonde los señores obispos dicen �a mi juicio, equivocadamente� que ya hemos llegado: al postcristianismo. A la vista está que a los custodios del Dogma todavía les queda cuerda como para hacer muchos estudios sociológicos tan chocantes como el de la revolución sexual. Cierto que el fin de los dogmáticos estará tanto más próximo, cuanto más sigan haciendo amigos �con desvaríos tan desatinados como los del estudio sobre la revolución sexual� y cuanto más garrafalmente sigan equivocando al enemigo, que ni de lejos es la bestia anticlerical, si es que todavía quedan rezagados en tan errónea e innecesaria posición. ¿La revolución sexual? Si la hubo, sería como tantas de las que de 1789 a esta parte han sido: una promesa incumplida; un breve sueño antes de otra larga noche de involución y dogmatismo renovado.
¿El postcristianismo? Eso empezó a precipitarse en el siglo XIII, época en la que permanecen las posiciones sociológicas de tantos dogmáticos, sea cual sea su religión; se aceleró mucho en el siglo XVIII, cuando el anticlericalismo comenzó a perder sentido; y se desbocó hacia 1945 con lo que se conoce como el capitalismo tardío. Con esa clase de capitalismo como amigo, ¿qué necesidad habrá de resucitar viejos enemigos o inventar otros más recientes, tal que la revolución sexual?
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Y ayer,
7 de febrero de 2004, Xabi Larrañaga insistía:
La culpa de los ‘jipis’
Palabras de la Iglesia, no de Cristo, que acompañaron, por delante y por detrás, a la maldita �revolución sexual de los 60�: en contraste con la del hombre, la misión de la mujer es más oscura y más humilde, y sus talentos más escasos (Gomá); todo trabajo que requiere teoría, reflexión, fineza de juicio, espíritu de iniciativa y de empresa es incompatible con la mujer (Peiró); en el baile, ellos pecan siempre o casi siempre, pero ellas son siempre la ocasión del pecado de ellos (Salicrú); andan por la tierra como dioses carnales, buscando los ojos de sus adoradores, y no piensan que dentro de poco aquella figura tan adorada será un montón de corrompida materia que habrá de apartarse de la vista de los hombres por hedionda, que apestará con su hedor, que no tendrá más caricias que las de los gusanos que la festejarán para devorarla (Gomá).
Un respiro, y seguimos: el varón tiene la potestad de reprimir y castigar a la mujer, y si ésta no sufre es que no ama (Conejos); la esposa no tiene derecho alguno sobre su cuerpo, ya que al casarse lo entregó a su marido y éste es el único que puede hacer uso de él (Navarro); si no tenéis hijos, acabaréis por tener perros (Urteaga); cuando estés casada jamás te enfrentarás con él, ni opondrás a su genio tu genio, y a su intransigencia la suya, y cuando se enfade, callarás, cuando grite, bajarás la cabeza sin replicar, cuando exija, cederás, a no ser que tu conciencia cristiana te lo impida, y en este caso tampoco te opondrás directamente: esquivarás el golpe, te harás a un lado y dejarás que pase el tiempo, pues hay que soportar, sí, ésa es la fórmula... amar es soportar (Viana); en torno a vosotras, muchas veces os representarán la sujeción a él como algo injusto, os sugerirán un señorío más altivo de vosotras mismas, os repetirán que sois en todo iguales a vuestros maridos y en muchas cosas hasta superiores a ellos. No prestéis oídos a estas voces de serpiente, tentadoras y falaces. (Pío XII, Papa). Y la culpa, claro, de los Beatles.
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Seguro que nos acusan, a los columneros habituales, de haber montado un lobby pervertido contra la familia y los buenos y rancios valores de la prédica de Roig y sus secuaces.
Addendum lunes 9: Los columnistas, seguimos... como veo que hacen quienes leen estas páginas (bienvenidas y bienvenidos sean). Hoy la contraportada le tenía de columnista a
Patricia Amigot.
Las hijas de Eva
Doctores tiene la santa madre iglesia y como era de esperar la CONCAPA ha saludado la última aportación sociológica de sus eminencias porque, dicen, les va a ayudar a meditar el tema. Cierto, también a mí, pues ejerciendo de abogada del diablo --nunca mejor dicho- creo que las excelsas consideraciones de estos célibes varones bien merecen una reflexión pausada. Porque tienen razón: la liberación sexual, entendida como la liberación de los diferentes sometimientos a los que las mujeres han estado y están condenadas, tiene que ver con cierta violencia de género.
Desde el año 97, por ejemplo, no ha dejado de aumentar el número de mujeres asesinadas y la mayoría de estos crímenes han sucedido cuando el vínculo, matrimonial en la mayoría de los casos, se ha quebrado; bien porque la mujer ha expresado su deseo de romperlo, bien porque se ha marchado o ha comenzado una relación nueva. Muchas han pagado la libertad, sencillamente, con su vida. Intentar sufrir menos les ha supuesto el dolor y la muerte. Apuntan a una causa cierta estos doctores, pero de corto alcance, de esa cortedad suficiente para trasmutar lo parcial en ponzoña culpabilizadora y repugnante. O se les ha olvidado retroceder en la cadena de causas, o simplemente están diciendo que a resignarse y callar, que es voluntad de Dios el sufrimiento silencioso de las hijas de Eva.
Casualmente, vi el otro día un documental sobre la lucha de la población negra, allá por los años de Luther King y Malcom X. También entonces, y salvando las distancias, el salvaje aumento de las torturas y asesinatos que el Ku Kux Klan llevó a efecto se debió al intento de la colectividad negra de ejercer sus derechos, cercenados con el cuento de la diferencia natural entre las razas; simplemente, parte de la población blanca lo consideró una exigencia inaceptable que alteraba el orden de Dios y de las cosas. Y así suele suceder cuando la distribución social de privilegios es impugnada: la reacción puede ser feroz y desesperada, condensada en los brutales intentos de perpetuar el control sobre los otros, otras en este caso.
Si, la liberación de las mujeres tiene que ver con esta infernal violencia: precisamente, porque algunos hombres no han aprendido otra forma de sostener su identidad que la de someter a la mujer que tienen a su lado, incluso a golpes. Golpes que han germinado en discursos normativos de una familia desigual y asimétrica (como simbólicamente refleja ese lúgubre monumento a la familia que tenemos en Pamplona). Podrían reflexionar de verdad los de la CONCAPA, más allá del dedo que señala la manzana y dice “pecado” o “castigo”, que de castigos saben mucho nuestros doctores. Pero creo que eso sería un milagro.
2004-02-08 01:00 Enlace
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Comentarios
1
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De: El GNUdista |
Fecha: 2004-02-08 21:59 |
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Psss, si les da igual lo que opineis, vamos derechitos a la edad media, ellos van a ganar, lo saben :(
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De: Vendell |
Fecha: 2004-02-08 22:17 |
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Gracias por la recopulación, Pez. Lástima que los obispos sólo lean la hoja del lunes.
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3
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De: Yabba |
Fecha: 2004-02-09 00:32 |
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De todos los artículos de la recopilación, todos ellos geniales, me ha llamado la atención especialmente el último. Más que nada por el poder de la memoria... no hace falta tomar partido, no es necesario acusar, no necesitamos gritar consignas. Sólo hace falta sacar del olvido lo que se decía hace bien poco ... y callar y dejar que en el silencio cada cual cueca su caldo mental. Todo lo que se menciona en ese último artículo habla por sí sólo ... Y LE ECHAN LA CULPA A LOS BEATLES. Hay que joderse...
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De: Yabba |
Fecha: 2004-02-09 00:33 |
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Gazapo ... dije "cueca" donde quería decir "cueza"... la dislexia y el Alzehimer son mala combinación :)
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De: Jezabella, Lady of the Sith |
Fecha: 2004-02-09 07:11 |
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El Pez tiene espíritu de social hacker, Yeah!
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De: Iruxabi |
Fecha: 2004-02-09 12:52 |
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Yo no sé de qué os extrañais, como recientemente recordaba alguien en las ñus, ya Tertuliano advertió de que no es que el cristianismo copiara su faranduleo del mitraísmo el diablo, sino que el diablo copió esos ritos por adelantado para fastidiar.
Para engañar a quienes aspiran a ser engañados vale cualquier excusa, por gilipollesco que resulte el discurso. Lo que cuenta no son las majaderías qué piensan algunos, que no han cambiado nunca, sino que en determinadas circunstancias ya no lo esconden.
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De: ElPez |
Fecha: 2004-02-09 13:03 |
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Dice Iruxabi: "Lo que cuenta no son las majaderías qué piensan algunos, que no han cambiado nunca, sino que en determinadas circunstancias ya no lo esconden."
Vivimos en el reino de lo impune: cualquiera (me explico ahora con lo de "cualquiera") puede salir diciendo la mayor barbaridad, y tira p'alante. Sin más problemas ni más responsabilidades. Lo de cualquiera: un obispo, un político, tienen ese soporte de su cargo, del acceso a los medios, la institución que lo arropa y que es intocable.
Paradójicamente, me acuerdo que al tontillo aquel de hace unos cuantos granhermanos que amenazó a su chorbi de pegarle "dos yoyas" le montaron un poyo increíble, hasta en el parlamento se habló del tema y los responsables del concurso optaron por hacerle salir. Toda España alucinaba con la forma en que ese famosillo-de-la-nada exhibía su machismo.
Sin embargo, cuando el Ares de Toques, el Fraga, cualquier obispo, ejercen un más aún cochambroso machismo desviado, todo lo que se ve son comentarios cabreados, pero ni los sacan de su GH particular ni la sociedad exige que sean masacrados...
El doble rasero. No lo esconden, Iruxabi, porque saben que son impunes. Y así nos va.
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8
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De: Fran |
Fecha: 2004-02-09 14:41 |
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Gracias por tu articulo y la recopilacion erotico sexual.
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De: cat |
Fecha: 2004-02-09 15:25 |
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muy bueno.
he llegado a ti a través de fran, y a fran a través de amqs.
El otro día escuché en la radio una llamada de un oyente; el tema a debatir era éste.
Le escuché contar cómo su madre, maltratada por su padre, le confesó al cura la situación que vivía, pidiendo ayuda.
El cura le contestó que dios la había elegido para que ella sintiera el calvario de jesucristo, bla, bla, bla, que ojalá él mismo (el cura) estuviese en su lugar.
Pues yo les deseo a todos los que se permiten el lujo de opinar de esa forma eso mismo; que estén en ese lugar.
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De: Iruxabi |
Fecha: 2004-02-09 17:50 |
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A eso me refiero, ElPez, a que aquí *no pasa nada* sea cual sea la barbaridad perpetrada. Salvo que desciendan al equipo de futbol por no pagar, claro, entonces se monta la de dios.
Ya ni siquiera es que impongan su impunidad a la fuerza, es mucho peor: hay mucha gente que lo ve como normal.
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De: Vicente |
Fecha: 2004-02-11 09:07 |
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Lo que es alucinante, es que sean tan poco permisivos con la sexualidad ajena y que traguen con las pervesiones de sus sacerdotes, sin que se les tuerza el gesto :-(
http://www.lavozdegalicia.es/se_sociedad/noticia.jsp?CAT=105&TEXTO=2409732
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El sacerdote está condenado a once años de cárcel por delitos sexuales
Juan José Asenjo, ex portavoz de la Conferencia Episcopal, declara su «cercanía» al párroco.
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