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2004-04-21
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Territorios, Ciencia-Futuro, EL CORREO
Miércoles 21 de abril de 2004
¿Existe el "planeta X"? Los expertos planetarios creen que más que un planeta, quedan por descubrir decenas de miles de mundos helados y fríos más allá de Plutón.
El pasado 15 de marzo,
Mike Brown, del Instituto Tecnológico de California (Caltech) y
Chad Trujillo, del observatorio Gemini, daban a conocer el descubrimiento de un nuevo cuerpo del sistema solar, con un diámetro de unos 1.200 km (tres cuartas partes del diámetro de Plutón, 1.600 km). ¿Un planeta? Los astrónomos parecen reacios a seguir empleando ese término para los nuevos cuerpos que se descubren. Podríamos utilizar el término que históricamente se ha empleado para los cuerpos del sistema solar que no eran los planetas clásicos, ni los dos grandes globos gaseosos descubiertos en los siglos XVIII y XIX mediante el cálculo astronómico (Urano y Neptuno).
De hecho, cuando se empleó para el descubrimiento de Clyde Tombaugh en 1930, cuando se observó por vez primera Plutón, y se le incluyó en la "primera división" de los planetas, posiblemente se obró de forma inadecuada. Plutón y muchos otros cuerpos que se han venido descubriendo posteriormente (el primero fue, en 1978, la propia luna de Plutón, Caronte), responden más a un origen relacionado con la formación de todo el sistema planetario, y se hizo principalmente por complacer a los responsables de un proyecto que había tardado 30 años en dar su fruto, y porque aún no existía un modelo que explicara que, más allá de Neptuno, hay muchos objetos dando vueltas en torno al Sol.
Los mismos Trujillo y Brown observaron en junio de 2002 uno de estos objetos, y le dieron el nombre de Quaoar. Cuando se confirmó, los medios de comunicación hablaron también, como lo han hecho este mes, de un nuevo planeta. [De Quaoar escribimos
noticias en el Territorios del 16 de octubre de 2002]. Los propios descubridores, sin embargo, prefieren hablar de sus planetas como parte de varias familias poco conocidas de objetos más relacionados con los cometas. Son parte de los confines de un sistema solar que, en el último medio siglo, ha centuplicado su tamaño. Ahora se habla de los objetos de la Nube de Oort, precursores de los cometas que luego llegan a acercarse a las regiones interiores donde está orbitando la Tierra, y donde el calor de nuestra estrella volatiliza las sustancias heladas de estas "bolas de nieve sucia" desplegando así las majestuosas colas que los hacen los astros más populares.
Jan Van Oort propuso en 1950 modelos de formación de los planetas en los cuales mucho material sobrante podría haber quedado en equilibrio en torno al nuevo Sol, en una nube que se extendería hasta casi tres años luz de nuestra estrella, una distancia equivalente a más de doscientas mil veces la separación entre la Tierra y el Sol, la Unidad Astronómica (uA) de 150 millones de km. Perturbaciones que se producen en promedio cada 200 millones de años en esa nube, debido a la cercanía relativa de algunas estrellas con que se encuentra el Sol en su periplo alrededor del centro de la Vía Láctea producen desprendimientos de núcleos helados de esa nube, que acaban convirtiéndose en cometas. Los conocidos Hyakutake y Hale-Bopp, los dos últimos cometas brillantes del decenio pasado, eran objetos "frescos", recién venidos de los confines del sistema solar. La masa conjunta de la nube de Oort, fragmentada en cientos de millones de cuerpos, puede suponer unas 40 veces la masa terrestre.
Pero entre Plutón, o mejor dicho, entre Neptuno y la zona interior de la nube de Oort no reina el vacío. En 1951 Gerrit Kuiper completó esa imagen (ya teorizada por Kenneth Edgewort en 1949, un poco antes que Oort y Kuiper) con una región intermedia de cuerpos, algunos tan grandes como Plutón, porque Plutón era precisamente uno de ellos, helados, en un cinturón que podría contener una masa equivalente a unas 10 veces la Tierra. Ese cinturón ocupa la región entre 30 y 90 uA (la órbita de Neptuno se separa en promedio 30 uA del Sol, y la de Plutón, bastante excéntrica, tiene un promedio de 39,5 uA). Quaoar, como Pholus (que tiene origen parecido, pero orbita entre Júpiter y Neptuno, habiendo perdido parte de su hielo), y como otros cien objetos, son parte de ese cinturón.
El caso de Sedna puede ser diferente. Su perihelio (el paso más cercano al Sol de su órbita) está a 76 uA, y su afelio (el máximo alejamiento) puede llegar a 900 uA. Se trata de una órbita muy elíptica, de manera que probablemente Sedna es el mayor objeto conocido de la propia Nube de Oort. Si hubiera llegado a acercarse más hacia el interior del sistema solar, podría haberse convertido en un cometa gigantesco: un cometa típico como el Halley tiene un núcleo de unas decenas de km de lado; Sedna tiene un volumen 10.000 veces mayor. De hecho, este nuevo cuerpo no para de dar sorpresas: observaciones realizadas hace dos semanas con el Telescopio Espacial Hubble muestran que no tiene lunas, aunque gira lentamente, lo que constituye un misterio aún por resolver. Normalmente estos cuerpos tienen una rotación rápida: en unas horas dan una vuelta completa. Pero Sedna, según se estimó a partir de la forma en que cambia su brillo, da una vuelta en torno a su eje en un "día" que dura entre 25 y 50 días terrestres. Se pensó inicialmente que era porque tenía una Luna (los satélites y sus fuerzas de marea ralentizan la rotación de los planetas, como ha pasado con la Tierra, o sucede con Plutón). Pero la Luna no aparece en las imágenes del Hubble. Posiblemente, hacen falta más observaciones para comprender cómo es este nuevo mundo compuesto casi al 50% de hielo.
Misiones De Exploración
Conocer mejor estos objetos tan lejanos es una tarea difícil: ni con los mejores telescopios se puede llegar a tener imágenes claras de cómo es su superficie. Por ello, desde hace más de veinte años, los astrónomos planetarios sueñan con una misión que viaje hacia Plutón, y más allá, para poder tener más datos. Pero estas misiones, incluso aunque, como la Pluto Express de la NASA, llegaron a disponer de presupuesto y pasar a la fase de desarrollo, al final los imponderables (es decir, los recortes económicos) acababan con el proyecto.
La situación cambió, al menos eso parece, en febrero de 2003, cuando el presidente Bush aprobó el proyecto "Misión Plutón", que luego ha recibido el nombre "
Nuevos Horizontes" y se va a empezar a construir dentro de unos meses. En el 2006, según los planes, comenzará un largo viaje que le acercará a Plutón hacia el 2015, y posteriormente seguirá buscando otros objetos del cinturón de Kuiper. Ahora se cumplen 30 años del lanzamiento de las misiones Pioneer, las primeras que permitieron conocer el exterior del sistema solar. Parece lógico que la búsqueda de los confines se retome cuanto antes.
2004-04-21 01:00 Enlace
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Comentarios
1
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De: julio cesar |
Fecha: 2007-04-07 16:55 |
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bueno me parece sorprendente el nuevo planeta
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2
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De: nico |
Fecha: 2007-05-10 00:50 |
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Me parece sorprendente el nuevo planeta... la duda mayor es si es posible la existencia de vida alli
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De: ovat| |
Fecha: 2007-06-14 16:37 |
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es uno de los temas mas importantes porqe ayun al comprendimiento de lo q pasa en nuestro universo
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4
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De: javo |
Fecha: 2008-02-24 02:15 |
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me parece bien elaborada esta noticia, aunque la leí hasta ahora y para esta fecha ya tenía idea de estos "planetas" me parece que hubo cuidado en la elaboración de este documento..felicitaciones
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