Inicio >
Historias > Algunos Comentarios Pendientes
2004-06-17
)
Ando demasiado liado estos días: esperaba que tras lo del tránsito de Venus pudiera sentarme a ordenar cosas pendientes, pero la inmediatez de muchas citas y compromisos me han impedido comentar algunas cosas de lo que iba pasando por ahí y por aquí. Hace unos días he estado en Barcelona, en una reunión de responsables de museos de ciencia y planetarios españoles: un buen momento para intercambiar experiencias, pensar en nuevos proyectos y ver las maravillas que se preparan (el nuevo museo de la ciencia de Barcelona será algo de lo que habrá que hablar pronto, en cuanto se inaugure sobre septiembre). El sábado, de repente casi, me voy a México, porque el mismo lunes me dejarán un atardecer la explanada junto a la Pirámide del Sol para hablar del cielo, y de como lo vieron en esa ciudad que habría rivalizado con la Roma Imperial si ambos lados del Atlántico hubieran estado conectados hace dos mil años. Son esas cosas increíbles que uno ni sueña con que le puedan suceder. Y las tengo gracias a la amistad con Miguel de la Quadra Salcedo, que desde hace diez años me ha permitido hacer esos sueños realidad...
...como dar un curso de astronomía y montar un planetario inflable en medio de Santo Domingo, de Coricancha, en el corazón del Cusco y de lo que fuera un imperio del sol. Como contemplar las estrellas que se reflejaban a nuestro alrededor en el Salar de Uyuni, en el altiplano boliviano, una noche fría de invierno a diez grados bajo cero y a cuatro mil metros de altitud. Como hablar de Juanelo Turriano en Yuste, cuando se ponía el Sol y los monjes nos observaban desde el monasterio, nosotros incumpliendo -quizá más que nunca- sus votos de silencio. Como guiarnos por las estrellas en el Caribe en la isla de Cubagua. Como intentar descubrir la polar en el cielo en el mar con olor a barro del Orinoco llegando a la isla de Trinidad. Como seguir los pasos de los caballeros del punto fijo entre Ecuador y Perú imaginando las vicisitudes de Ulloa y Jorge Juan. Como imaginar el cielo que en el mismo Atapuerca pudieron contemplar hace ochocientos mil años unos antiguos europeos. Como nombrar un cielo en latín en la misma Itálica, aprovechando la magnificente sonoridad de su circo, con el coro de cigarras y grillos de una noche de julio. Como colocar adecuadamente "la mitad del mundo" bastante lejos del monumento que junto a Quito conmemora ese ecuador, hablando de la astronomía actual y de la antigua. Como tantos otros momentos que, de veras, ahora que los ponía juntos, me abruman.
Y me han apartado de lo que iba a comentar, que era más profano. Prefiero dejarlo para otro momento. Hay comentarios que se quedan siempre pendientes. Igual un día vuelve el momento para poder hacerlos: nuestra vida se repite continuamente, con sutiles diferencias, pero los temas que nos preocupan vuelven a preocuparnos una y otra vez. Perdonen si se queda así, un poco truncada, esta entrada.
2004-06-17 01:00 Enlace
Referencias (TrackBacks)
URL de trackback de esta historia http://javarm.blogalia.com//trackbacks/19584
Comentarios
portada | subir