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2004-08-14
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Es triste la hipocresía que nos traemos con el asunto de la homosexualidad. La historia de la
dimisión de James McGreevey, gobernador de Nueva Jersey, es un buen ejemplo. Estadounidense, claro, donde todos estos asuntos de la "honestidad" (en el sentido del bajo vientre mal mezclado con la "honorabilidad") se esclerotizan. Y, claro, la cosa tiene el puro morbo de mezclar un político, su familia hetero-normal, su infidelidad a ella, su homosexualidad, el acoso a un empleado... todos los ingredientes de la carnaza que llena fácilmente los medios de comunicación. Y por mezclar todo esto tan malamente, la cosa parece que no tiene por dónde cogerse (en el sentido castellano del término, no hagamos chistes con la acepción en algunos países de la América hispana).
En primer lugar, ¿hay un caso de acoso? Pues bien, para eso están las leyes: que llamen al gabinete de abogados de Ali McBeal que fueron capaces de llenar varias temporadas en antena con casos cada vez más inauditos de adónde se puede llegar con eso. Si esto fuera todo, pues ya estaba. En EEUU andan de campaña presidencial y siempre gusta sacar trapos sucios de los políticos. En general, como toda situación de acoso o abuso de poder, me repugna. Y debería repugnarnos a todos, en todo momento, en cualquier persona, más en quien ostenta un cargo público. A por ello. Y si ha de dimitir de su cargo por ello, pues sí señor, exijámoslo porque esas cosas no se deben tolerar. Son ilegales.
Pero ¿a qué mezclar si el acosador es alto o bajo, si tiene o no familia, si es maricón o superhetero? Son ganas de jalear una criminalización de lo homosexual, el típico ataque que se da en un mundo donde los derechos de ciertos colectivos se vulneran sistemáticamente. Sean mujeres, sean negros, sean gitanos, sean magrebíes o sean homosexuales... y tantos otros. Ya ven la foto que he colocado, de la noticia en "todito.com". Ellos destacan la renuncia por ser gay. ¿Es realmente esa la situación? En absoluto. Y el propio gobernador se lo ha creído así:
"Para mi vergüenza, tuve amores adultos consensuales con otro hombre, lo cual viola mis lazos matrimoniales", añadió. "Fue un error, fue una necedad, fue imperdonable". McGreevey dijo que renunciará porque la revelación de su secreto _su orientación sexual y sus amoríos_ debilitan el puesto del gobernador.
¿De veras debilita la posición de un cargo público el que sea homosexual o tenga problemas en su matrimonio? En el mundo estadounidense todos lo ven así, y posiblemente en España también se pensaría así, un puto moralismo que estúpidamente puede pasar por encima de las corrupciones e ilegalidades de un cargo público y sin embargo, no tolerar que el tío tenga una vida sexual o que en su vida privada haya mogollones. Lo más vergonzante es que lo del acoso a un trabajador queda en segundo lugar. O los escándalos por la recaudación de fondos. O lo de las amenazas que ha ido sufriendo de revelación de esas situaciones personales. Lo que es realmente ilegal queda ocultado por algo que, realmente, no debería tocar la esfera pública.
Porque en el caso de McGreevey, si el hombre estaba casado y al cabo de 15 años ha querido salir del armario, pues enhorabuena, chavalote. Adelante con ello, espero que arregles las cosas con tu familia y superes el trauma, el tuyo, el de tu mujer y el de tus hijas. Y el de tu amante, que habrá tenido que soportar lo suyo. ¿Que hay ahí además una historia de mentiras e infidelidades? Sin duda, como siempre pasa con los casados que tienen una "doble vida" homosexual. Pero ese es un tema que sólo atañe a quienes lo están viviendo: el protagonista y sus relaciones y familia. ¿Qué cojones pretende "la opinión pública" entrando a discutir esos asuntos privados? Una vez más: joder la marrana, asociar lo homosexual con lo promiscuo o lo vil... el típico intento de negar los derechos, o sea, lisa y llanamente
homofobia. Y, ojo, el que este tío les metiera mano a los ricachos del juego, aumentando sus impuestos, puede no ser ajeno a que se haya aireado esta historia de esta manera. Ya saben: todo vale.
No es nuevo: vivimos en un mundo perro. Por supuesto no es el mejor de los posibles. Y debemos irlo cambiando. Y en este tipo de cosas, debemos poner especial cuidado con lo que se implica, lo que subyace, cómo la vulneración sistemática de los derechos humanos se olvida tan frecuentemente por culpa de los estereotipos y los
status quo.
2004-08-14 01:00 Enlace
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