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2004-09-01
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Un Mundo Superpoblado
2004-09-01

EL CORREO
Territorios, Ciencia-Futuro
Miércoles 1 de septiembre de 2004

Para el 2050 seremos más de nueve millardos de personas en este planeta. Los demógrafos analizan las tendencias actuales e intentan vislumbrar un futuro que, en cualquier caso, deja demasiadas incógnitas


En el 2050 el país más poblado de la Tierra será la India. Esa es la proyección que la Oficina de Referencia sobre Poblaciones (Population Reference Bureau, PRB) un organismo de investigación demográfica que desde hace 70 años informa sobre las tendencias poblacionales de todo el mundo. Recientemente se ha publicado su "el informe en PDFCuadro de la población mundial, 2003", que analiza los últimos datos y las tendencias actuales, a partir de las que se realizan extrapolaciones al futuro. Ahora somos 6,3 millardos los habitantes de este planeta; en el 2050 alcanzaremos los 9,2.

El país más poblado del planeta es actualmente China (con 1,29 millardos, llegará a tener en el 2050 1,39), y le sigue India con 1,07, pero se pondrá en cabeza dentro de treinta años, llegando al 2050 con 1,63 millardos. Aunque globalmente la tasa de natalidad está descendiendo, como lo ha hecho en los últimos decenios, siguen existiendo dos mundos en lo que a demografía se refiere: el primero, el más desarrollado, en el que la natalidad desciende, y el tercero, donde sigue aumentando (aunque es cierto que sea un crecimiento más moderado). La tasa global de fecundidad es para los países desarrollados de 1,5 hijos, frente a los países más pobres donde, a día de hoy, es de 3,1 hijos. El informe del PRB es claro: hay una brecha entre estos dos mundos, que sigue aumentando.

Las consecuencias, para los demógrafos, son claras: se da un fenómeno importante de envejecimiento de la población en lugares como Europa, una tendencia que ya existía, pero que confirma una "escasez de jóvenes" que sólo se corrige con los movimientos inmigratorios. Pero a la hora de mirar hacia el futuro, los demógrafos no sólo tienen en cuenta los movimientos de población sino multitud de factores que pueden, además, dar la vuelta a las tendencias actuales. Por ejemplo, África, en esta primera mitad de siglo, aumentará su población en un 142 por ciento. Pero si se divide regionalmente, el África Meridional, donde la incidencia del sida es mayor en la actualidad, disminuirá su población en un 22%. Son factores nuevos, que hace unos años no se podían tener en cuenta. Evidentemente, un cambio en los programas sanitarios de esta región, el descubrimiento de futuras vacunas o curas para la enfermedad que diezma el tercer mundo, podrían ser fundamentales, y cambiar todo. O no.

En los años 30 se comenzó a utilizar el término "explosión demográfica" para referirse al aumento que se comenzaba a observar en la población mundial. De los dos millardos que entonces habitaban el planeta se pasó al doble en poco más de dos décadas. Sin embargo, ya se comenzó a comprobar que el aumento no era uniforme: la diferencia entre los países desarrollados y los pobres ("en vías de desarrollo" era el término más políticamente correcto) era clara. Frente a esperanzas de vida elevadas -y crecientes- y baja natalidad en el primer mundo, el tercer mundo tenía una esperanza de vida mucho menor, aunque mejorando sensiblemente gracias a la incorporación de mejoras sanitarias, pero una natalidad decididamente muy superior. De esta manera, el incremento de la población se daba mucho más en países pobres. Algo que no ha cambiado en más de medio siglo: actualmente un 97% del crecimiento demográfico se producen en países menos desarrollados.

Sin embargo, lo que en los años 70 se consideraba una explosión que podría acabar con el mundo: una población creciente, cada vez más rápidamente, que necesitaría de recursos que no existían crearía una catástrofe maltusiana. Se ha acusado a numerosos organismos internacionales, que actuaron a partir de las proyecciones demográficas de esa época, de haber organizado las campañas de control de natalidad con ese tipo de modelos. La OMS, o la ONU (en especial el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo - CNUD) centraron en parte sus actuaciones para conseguir disminuir la tasa de crecimiento de esas naciones pobres. Lo cierto es que la implantación de mejoras en las condiciones de vida, y el propio encarecimiento de la vida que resultaba consustancial al crecimiento económico incluso de estas regiones más desfavorecidas, fue provocando la disminución de la tasa de natalidad. La introducción en la demografía de modelos más complejos (como los denominados logísticos) para realizar las proyecciones permitió comprobar que muchos otros factores, aparte de los elementales de población, natalidad, mortalidad, recursos y consumo, entraban en juego.

Pero no sólo era una cuestión de modelos: lo cierto es que el casi pánico de los organismos internacionales ante la explosión demográfica se trasladó también a los propios estados, y las medidas tomadas (algunas, como la china o la india, radicales) contribuyeron a ir frenando el crecimiento. En este caso, se comprueba que el avisar de una catástrofe funcionó como el mejor medio de evitarla. Una vez más, sin embargo, las formas en que ha ido evolucionando cada región son diferentes: en regiones donde el progreso parece imposible -países que siguen empobreciéndose y no mejoran sus condiciones socioeconómicas y menos sanitarias- como es el África subsahariana es precisamente donde menor control existe.

Se considera en general que cuando un país mejora en sus condiciones económicas disminuye su crecimiento demográfico. Pero los demógrafos del PRB advierten que la forma en que se produce este cambio es muy diversa: de países que lo han hecho rápidamente como Irán, en unos pocos años, a otros en los que la mejora económica apenas redujo el crecimiento, como Bangla Desh. Otros factores, principalmente culturales, están operando. Aparte de, como ya comentábamos, la aparición de otros que nunca podrían haberse previsto. El tenue optimismo que permite la evolución de las poblaciones, sin embargo, pone de manifiesto cuánto queda por hacer para corregir las diferencias entre los ricos y los pobres.



Pronósticos Inciertos
Los organismos internacionales, como la ONU, siguen apostando por políticas de control. Basándose en los datos actuales, se estima que un equilibrio poblacional se conseguiría con tasas de fertilidad de 1,85 hijos. Conseguir algo así exige que las familias puedan acceder de forma sencilla y barata a métodos de planificación familiar. Algo que no parece sencillo. Si cada año los países pobres aportan ochenta millones de nuevos ciudadanos, los ricos sólo aportan un millón. En el informe del PRB se preguntan: "¿Podrán los países en vías de desarrollo proveer servicios de planificación familiar a sus grandes poblaciones rurales, tal como lo prevén las proyecciones? ¿Podrán algún día las parejas de África, Asia e Hispanoamérica preferir familias mucho más pequeñas, tal como sucede con las parejas europeas?"

Los 727 millones de europeos seremos en el 2050 solamente 664, según las proyecciones. España, según el PRB mantendrá su población sin apenas cambios. Los flujos migratorios, sin embargo, están ya cambiando la realidad de nuestro país y del resto de Europa: la incorporación de nuevos habitantes que son el doble de fértiles en promedio, puede cambiar por completo la situación. "Existe cierta fascinación con poder espiar el futuro, pero, ¿es pertinente considerar las proyecciones como predicciones fiables de lo que sucederá en el futuro o debemos considerarlas como una simple especulación? La verdad está en algún punto intermedio entre estos dos extremos", concluye el PRB. Y, por lo tanto, es difícil saber qué sucederá.

PS
He intentado usar en este artículo el término "millardo" para referirme a "mil millones": es más corto y correcto. Pero me sigue sonando fatal. Será cosa de irse acostumbrando, si es que uno se puede acostumbrar (paradójicamente en francés o italiano no suena tan raro, cosas de la costumbre).

Por cierto, el World Population Data Sheet 2004 del PRB en PDF.


2004-09-01 01:00 Enlace

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