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2004-10-16
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"El Imparable Politeísmo De La Belleza"
2004-10-16

Umberto Eco consigue ser épico cuando acude a un lenguaje descriptivo y sencillo. En un reciente artículo en The Guardian (se puede encontrar en Periodista Digital, aunque es posible que tengais que registraros -gratis- para acceder al texto) titulado "Nociones de belleza" se plantea qué estética, qué idea de la belleza, domina ahora y ha dominado en el pasado siglo. Se plantea cómo un historiador del futuro, o un explorador alienígena, podrían llegar a hacerse una idea "desde la distancia". Si reconocerían la primacía de Picasso, o Marinetti, o Mondrian, o se quedarían con algo más representativo, un coche de carreras, por ejemplo.

Se suele decir, ante la dificultad de analizar la Estética, o, más en general, plantearse qué es o deja de ser arte, que todo es según el color del que se mira, o que para variedad están los gustos... y demás adagios del acervo popular. Meterse en discusiones más densas, citar a Adorno o a otros filósofos, queda lejos de la capacidad -y las ganas- de muchos. Recientemente, el asunto de una bolsas de basura y la señora de la limpieza en el Tate de Londres despertó una vez más esa pregunta: hasta dónde el arte que se vende es arte. Y siempre se trae a colación la merda d'artista de Piero Manzoni, y se vuelve al genial Duchamp con sus urinarios y sus ready mades.

Habla eco de la "belleza de la provocación" surgida de la avant-garde y los experimentalismos artísticos. Y la posterior llegada de un "arte de consumo", ambos conceptos completamente separados en el origen de las vanguardias, ahora casi indistinguibles. Comenta Eco:

Art is no longer interested in providing an image of natural beauty, nor does it aim to procure the pleasure ensuing from the contemplation of harmonious forms. On the contrary, its aim is to teach us to interpret the world through different eyes, to enjoy a return to archaic or esoteric models, the universe of dreams or the fantasies of the mentally ill, the visions provoked by drugs, the rediscovery of material, the startling representation of everyday objects in improbable contexts (ready-mades, Dada, etc), and subconscious drives.

Más aún, uno podría intentar conseguir cierto esquema ordenado hasta 1950, por poner un límite, pero en el último medio siglo la multiplicidad se ha disparado: la llegada de los medios de comunicación de masas, el impacto enorme de la publicidad y el diseño -y convertirse todo en mercancía de consumo- suponen elementos que transforman la situación en una contradicción permanente.

How to interpret this contradiction? Without attempting to explain it, we can say that it is the contradiction typical of the 20th century. At this point the visitor from the future would have to ask himself what the mass media’s model of beauty really was, and he would discover that the century was traversed by a double caesura.

La primera de ellas, según Eco, toma la forma de un contraste entre modelos en el curso de una mismo decenio. Se refiere por ejemplo a los modelos de mujer del cine de Hollywood que permiten mantener simultáneamente una Greta Garbo o una Rita Hayworth con una Claudette Colbert o una Doris Day. La mujer fatal y la vecina modosa. El canalla y el galán. La casi anoréxica Audrey Hepburn y la opulenta Anita Ekberg...

La segunda es, como habíamos comentado, dividir en dos el siglo XX. Hasta la llegada del "pop", los modelos de belleza repiten modelos anteriores, estéticas que se retoman en las diferentes oleadas artísticas.

But when pop art took over and began to turn out provocative experimental works based on images from the worlds of commerce, industry and the mass media, and when the Beatles skilfully reworked certain traditional musical forms, the gap between the art of provocation and the art of consumption grew narrower.

Lo cierto es que ahora no hay ya un modelo imperante, sino que unos rescatan modelos anteriores, otros proponen diferentes modelos. En el vaivén de lo mediático y de lo comercial, aparece una especie de todo vale si es que tiene el reconocmiento adecuado. Esto establece un parámetro religioso, o casi, una cierta liturgia o, como me comentaba un pintor vitoriano y dueño de una galería de arte, la necesidad de un cierto "consenso entre pares", de una comunidad (la de los artistas-críticos-académicos-mercaderes) que establecen las líneas de lo que es aceptado, ensalzado o obviado y desprestigiado. Una pena que Eco no se sumerga en este aspecto más, pero el artículo es cortito.

En fin, Umberto Eco concluye:

Our explorer from the future will no longer be able to identify the aesthetic ideal diffused by the media of the 20th century and beyond. He will have to surrender before the orgy of tolerance, the total syncretism and absolute and unstoppable polytheism of beauty.

Pero podría también pasar que (y vuelvo con ello a la entrada sobre el retablo de las maravillas) ese explorador imposible se quedara sorprendido de cómo a la nada se la convertía en lo más excelso. Que también podría pasar... cosas del politeísmo, quiero decir.

2004-10-16 01:00 Enlace

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