ves esta página sin formato por que esta hecha cumpliendo el estándar web CSS 2.
tú navegador no soporta este estándar, o tienes dicho soporte desactivado.
si estas en el primer caso, actualízate. merece mucho la pena.

la boca
artículos, escritos y demás piezas perfectamente obviables perpetradas por Javier Armentia (@javierarmentia por algunas redes)

Blogalia
FeedBurner

Mastodon
Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

Para contactar con el autor:

Archivos
desde el 24 de enero de 2002

<Enero 2025
Lu Ma Mi Ju Vi Sa Do
    1 2 3 4 5
6 7 8 9 10 11 12
13 14 15 16 17 18 19
20 21 22 23 24 25 26
27 28 29 30 31    
             


Blogalia

Inicio > Historias > Lejos Del Mundo
2002-09-25
)

Lejos Del Mundo
2002-09-25

autismo
El Correo, TERRITORIOS, Ciencia/Futuro, miércoles 25 de septiembre de 2002

En 1919, el psiquiatra Eugene Bleuler, quien diagnosticó y trató al esquizofrénico y genial bailarín Vlaslav Nijinsky y pionero en la catalogación de los desórdenes mentales, acuñó el término "autismo" para describir el alejamiento del mundo exterior que presentan algunos enfermos. El autismo se consideraba entonces uno de los efectos de la esquizofrenia y algunas otras enfermedades de adultos. Sin embargo, en 1943, el doctor Leo Kanner de Baltimore (EEUU), a partir del estudio de poco más de una decena de casos, describió un tipo de autismo diferente, el autismo infantil temprano. Paralelamente, otro psiquiatra, el austriaco Hans Asperger encontraba una caracterización similar, que parecía apuntar a causas presentes ya en el nacimiento de esos niños. Fueron los primeros en detectar este trastorno crónico del desarrollo, que afecta aproximadamente a quince de cada diez mil nacimientos, cuatro veces más común en los niños que en las niñas, y que se manifiesta usualmente durante los tres primeros años de vida.

Los psiquiatras suelen clasificar al autismo como un desorden del desarrollo de las funciones cerebrales. El grado en el que este desorden se presenta varía mucho, con lo que la interacción social limitada puede variar desde comportamientos repetitivos, incluso autodañinos o agresivos a dificultades leves en el aprendizaje, estimables a partir de las capacidades de comunicación verbal y no verbal, del interés en diferentes actividades... De hecho, la clasificación del autismo ha sido un tema de debate científico, por cuanto establecer un solo baremo o mecanismo de estimación se ha demostrado inadecuado. La sintomatología parece causada por trastornos cerebrales, aunque no se han encontrado síntomas físicos comunes a los autistas mediante exploraciones radiológicas ni otras pruebas médicas. Se ha comprobado a veces que ciertas infecciones virales o perturbaciones metabólicas aparecen asociadas al desarrollo del autismo. Los investigadores parecen concluir que no hay una sola causa del autismo: en algunos casos hay componentes genéticos, y en otros ambientales; algunas anormalidades en el desarrollo cerebral durante los primeros años de vida pueden producir autismo, aunque otros estudios sugieren alteraciones del feto. Durante años se pensó que el autismo estaba provocado por los hábitos de los padres, error que se ha comprobado erróneo, pero que provocó en muchos casos prácticas de separar al autista de su entorno familiar, lo que en ningún caso funcionó en absoluto.

Los autistas tienen dificultad en adquirir, comparado con el promedio de los niños de su edad, habilidades de lenguaje, físicas y sociales; el habla puede no aparecer o retrasar su aparición, aun cuando no aparezcan síntomas de retraso mental. Presentan a menudo respuestas anormales a sensaciones, y su relación con las personas, o con los objetos o los acontecimientos también puede ser anormal.

No hay cura para el autismo, y los tratamientos que se han presentado como capaces de curar nunca han conseguido superar las pruebas científicas adecuadas. Sí se ha conseguido, sin embargo, en muchos casos, paliar algunos de los efectos y, sobre todo, conseguir integrar estos niños en su entorno, haciendo que las consecuencias sean menores. Pero se trata de un proceso crónico y sin cura. Al menos por el momento: sólo es una minoría la que consigue llevar una vida normal de adulto, sin necesidad de cuidados específicos. Muy pocos llegan a mostrar interés por establecer relaciones de pareja, demuestran por lo general muy baja capacidad de iniciativa, y casi una tercera parte desarrollan epilepsia en la edad adulta.

No disponiéndose de una etiología para el autismo, la prevención resulta inviable por el momento. Los mayores esfuerzos se han realizado, así, en la detección temprana del desorden, que facilita comenzar con terapias paliativas que pueden ayudar a corregir el déficit del desarrollo del niño afectado. Los resultados más alentadores se han ido consiguiendo con tratamientos de expertos en coordinación con las propias familias, intentando estimular, junto con otros niños, las capacidades sociales, la interacción y el juego. Recientemente se han presentado los resultados de ensayos realizados por la Universidad de Bristol (Reino Unido) que afirman conseguir en casi todos los casos tratados una importante mejora de los índices de desarrollo mediante este tipo de terapias de intervención. Sin embargo, incluso la medición del grado de retraso es complejo: ¿cómo evaluar el cociente intelectual de un niño que se niega a hacer los tests necesarios? Normalmente las estimaciones están sujetas a mucha arbitrariedad.

Se espera que, con el mayor interés social que están despertando los trastornos del desarrollo infantil, las investigaciones sobre los mecanismos que permiten la aparición del desorden autista puedan llegar a ser conocidos, lo que facilitaría desarrollar tratamientos farmacológicos y conductuales más adecuados. Por el momento, sin embargo, las familias se encuentran ante un problema sin solución.


Las Familias, Los Otros Afectados
Uno de los mayores problemas que genera el autismo es la pérdida de calidad de vida de la familia que descubre un niño autista. Incluso en los grados más leves del trastorno, se hace necesario un cuidado especial y un seguimiento continuo del aprendizaje del niño. Tengamos en cuenta que la detección precoz es importante. También, a lo largo del tiempo, se han presentado evidencias que relacionan algunos alimentos con una agudización de los síntomas. No existiendo una explicación ni un tratamiento que asegure su éxito, además, las familias a menudo se encuentran desasistidas y con la sensación de que no podrán seguir adelante.

La información adecuada y no sesgada es por lo tanto fundamental para los padres y familiares. Y en la era de Internet, la situación ha ido mejorando: desde marzo de 1996 y a iniciativa de Agustín Núñez y Cristina Fanlo, padres de un niño autista, nació el primer sitio web en castellano sobre autismo, Nuevo Horizonte en el que se recoge mucha información, enlaces a diferentes asociaciones y, sobre todo, configura un foro en el que muchas personas han podido encontrar, si no soluciones a un problema que no la tiene de momento, sí a otras familias en su misma situación, y a expertos que trabajan con autistas. El libro de visitas muestra cómo es importante, para las familias, vencer también ese aislamiento social al que se ven sometidas.

2002-09-25 08:01 Enlace

Referencias (TrackBacks)

URL de trackback de esta historia http://javarm.blogalia.com//trackbacks/2689

Comentarios

portada | subir