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artículos, escritos y demás piezas perfectamente obviables perpetradas por Javier Armentia (@javierarmentia por algunas redes)

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Inicio > Historias > La Estirpe De Matusalén (Los Seres Más Viejos Del Mundo)
2002-11-05
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La Estirpe De Matusalén (Los Seres Más Viejos Del Mundo)
2002-11-05

Scolymastra joubini
Publicado en "Territorios", El Correo, miércoles 30 de octubre de 2002

En el número de noviembre de 2002 la revista naturalística alemana Bild der Wissenschaft da a conocer los resultados de una investigación realizada sobre un ejemplar de esponja, de la especie Scolymastra joubini, que vive bajo el hielo del Mar de Ross, cerca de las costas de la isla de Ross y McMurdo, junto a la Antártida. Se trata de una esponja blanquecina, que tiene unos dos metros de altura y un diámetro exterior de casi metro y medio. A partir del estudio de su consumo de oxígeno, comparándola con otros ejemplares cuya edad se conoce, los biólogos han concluido que puede tener unos 10.000 años de edad. Las notas de prensa recogen esta edad como el récord para un ser vivo, sin embargo, como suele pasar, no todos están de acuerdo.

Por un lado, estrictamente hablando, no se ha calculado su edad, y lo cierto es que es difícil hacerlo: una esponja es un organismo pluricelular indiferenciado, es decir, todas sus células son iguales y se van renovando constantemente. No deja, por lo tanto, huellas visibles de su edad. Quienes sí lo hacen son los árboles, y precisamente unas coníferas, de las especies Pinus longaeva y Pinus aristata, conocidas como "pino de Bristlecone", eran quienes hasta hace poco ostentaban el título de Matusalén de los seres actualmente vivos. Precisamente uno de ellos se llama Matusalén, tiene 4.767 años y vive en la sierra de White-Inyo, en California. Se trata de una especie descubierta en 1957 en California, fue en Nevada, en el Parque Nacional de Wheeler Peak, donde un estudiante comprobó en 1964 que uno de los ejemplares muertos, llamado Prometheus, tenía 4.844 anillos, equivalente a 4.842 años de edad. pinoSe estima que algunos ejemplares de pinos de Bristlecone pueden llegar a tener ya 5.000. Se trata de una especie relativamente pequeña, capaz de sobrevivir a fuertes cambios de temperatura, con un lentísimo crecimiento y con una estrategia que le permite sobrevivir a incendios o daños parciales de su estructura, cerrando los vasos de esas regiones y replegándose su actividad de crecimiento en las que no están dañadas.

Ciertamente, hasta hace poco se pensaba que los seres vivos más longevos serían siempre plantas. (Hace unos años, sin embargo, analizando hongos del género Armillaria (un ejemplar de ellos, de la especie ostoyae, es el ser vivo más grande del mundo, algo de lo que hablamos en esta sección hace aproximadamente año y medio) se encontró que también en este reino se encuentran seres vivos muy longevos. Los micelios de uno de estos hongos, que vive en Michigan, ocupando el equivalente a veinte campos de fútbol, indican que su edad, cuyo límite inferior es de 1.500 años, podría llegar a ser de 10.000. El problema es conseguir una datación con menos error: otros hongos similares, como el ostoyae al que hacíamos referencia, pueden tener unos 2.400 años de edad.

humoungus fungusCiertamente nos puede resultar extraño considerar a un hongo que se va desarrollando por el subsuelo y atacando las coníferas, a la vez que produciendo en el exterior setas aquí y allá como un único organismo. Pero así es, y esa "rareza" tampoco es exclusiva de los hongos. En la esquina sudoeste de la isla de Tasmania, realizando unas excavaciones geológicas, se encontraron en 1996 unos fósiles de la especie Lomatia tasmanica con 40.000 años de antigüedad. Los investigadores notaron que esa misma planta, un arbusto que alcanza unos dos metros de altura, abundaba en las riberas del río. Y comenzaron a estudiar estos arbustos, encontrando que todos los que ocupaban esa ribera izquierda, a lo largo de kilómetro y medio, eran únicos, porque en ningún otro lugar existían de la misma especie. Pero además eran todos clónicos; de hecho, eran parte del mismo ser vivo, cuyas raíces se extienden convirtiendo a este arbusto, llamado La Gloria del Rey en la planta más grande del planeta. Los botánicos afirman que el fósil es una prueba de que ese mismo ejemplar nació antes, y que, por lo tanto, sería este arbusto el ganador de este ficticio premio Matusalén. De todas maneras, cada arbusto no llega a vivir más que unos cientos de años, con lo que uno podría opinar que esta estrategia de supervivencia es algo tramposa. Ya se conocían otros arbustos, los Larrea tridentata (creosota), en California, con edad estimada de 11.700 años.

¿Qué estrategias diseñan los seres vivos para poder perpetuarse durante tanto tiempo? Pensemos que a lo largo de varios miles de años, las condiciones climáticas han sufrido muchos cambios, incluso se han podido producir cambios geológicos del terreno en el que habitan. Sólo unas pocas especies serán por lo tanto capaces de sobrevivir a tantos cambios (que incluyen glaciaciones, si estamos hablando de más de 12.000 años de edad). Estas especies tienen normalmente un desarrollo muy lento, y una gran robustez. Parte de su capacidad de adaptación les viene, además, de la capacidad de prescindir de partes de su organismo que quedan dañadas.

Pero no sólo vale ser robusto y adaptable. Todas las especies longevas tienen un desarrollo lento: parece como si la capacidad de renovarse fuera limitada, una especie de reloj marcado en los genes, que hace que un ser vivo no pueda vivir más allá de lo que está determinado. Si el consumo de energía, si su vida es más movida, vivirá menos tiempo (en términos celulares, un organismo más activo renovará más rápidamente las células que lo componen, y el número de reproducciones parece estar preprogramado). Aunque esta idea puede parecer extraña, y de hecho era considerada muy extraña hace tan sólo 40 años, los estudios genéticos mostraron que al final de los cromosomas de todos los seres vivos con núcleo celular (los eucariotas), existe material genético repetido, el llamado telómero, una especie de protección del mismo. Cuando una célula se divide, dando lugar a dos células hijas, el telómero disminuye en longitud, por la acción programada de una enzima llamada telomerasa. Cuando se alcanza un mínimo en la longitud de bases del telómero, la célula pierde su capacidad de reproducirse y acaba muriendo. En cierto modo, la muerte está programada desde el nacimiento de esa célula. Reproduciéndose lentamente, disponiendo de un telómero amplio o inhibiendo la telomerasa, se consigue vivir más. No consta, claro, si mejor...

Otra Estrategia Para Perdurar
Realmente, el ser vivo más antiguo y vivo del mundo no es ninguno de los que hemos mencionado en el artículo, sino una humilde bacteria que comenzó a vivir hace 250 millones de años, en el Pérmico, cuando todos los continentes eran aún uno solo. En aquella época, esta bacteria halófila (es decir, capaz de sobrevivir en medios con un alto contenido salino, en salmuera) quedó atrapada en una pequeña gota dentro de un cristal de cloruro sódico. Rescatada dentro del cristal por Russell H. Vreeland y William D. Rosenzweig, investigadores de la Universidad de West Chester (Filadelfia, EEUU) se mantenía encapsulada, en un estado de vida latente o suspensión completa de la que fue reanimada hace un par de años en el Museo de Ciencias Naturales de Chicago. Puesta en un caldo de cultivo rico en nutrientes, se desencapsuló y comenzó de nuevo a vivir. Si admitimos, por lo tanto, que vale esta animación suspendida, probablemente existan otras bacterias similares incluidas dentro de cristales de sal aún más antiguos. ¿Deberemos dejar por lo tanto el premio Matusalén desierto?


Nota
Internet, y su oráculo Google, es así de conspicuo. Una vez mandado el artículo al periódico y buscando imágenes y enlaces para cuando lo pusiera en la bitácora di con un artículo titulado también "Los seres más viejos del mundo", en Ciencia Digital (dic. 2000), escrito por Elena Sanz, que es más interesante y más completo. Llámesele intertextualización inversa. Pero qué menos que darle el crédito...


Algunos enlaces:
- Pinos de Bristlecone: aquí y aquí por ejemplo.
- El Armillaria bulbosa de Michigan.
- La longeva creosota californiana. También, Información sobre el arbusto de creosota.
- Una guía fotográfica de la vida submarina junto a la Isla de Ross y McMurdo.
- La Lomatia de los reyes de Tasmania


2002-11-05 19:10 Enlace

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Comentarios

1
De: Ctugha Fecha: 2002-11-05 19:50

Impresionante la foto del pino... vaya ejemplar más vistoso. Me encanta ver en el tronco la memoria del sufrimiento del árbol, cómo está partido y vuelve a replegarse para crecer por otro sitio, y cómo se retuerce en medio del desierto.



2
De: Vendell Fecha: 2002-11-05 21:52

Fraga Iribarne. Se ha olvidado Vd de Fraga Iribarne, que en cuestión de trienios le da sopas con honda a todos esos organismos.



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