ves esta página sin formato por que esta hecha cumpliendo el estándar web CSS 2.
tú navegador no soporta este estándar, o tienes dicho soporte desactivado.
si estas en el primer caso, actualízate. merece mucho la pena.

la boca
artículos, escritos y demás piezas perfectamente obviables perpetradas por Javier Armentia (@javierarmentia por algunas redes)

Blogalia
FeedBurner

Mastodon
Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

Para contactar con el autor:

Archivos
desde el 24 de enero de 2002

<Diciembre 2024
Lu Ma Mi Ju Vi Sa Do
            1
2 3 4 5 6 7 8
9 10 11 12 13 14 15
16 17 18 19 20 21 22
23 24 25 26 27 28 29
30 31          


Blogalia

Inicio > Historias > De Gatos Y Dulces
2005-08-31
)

De Gatos Y Dulces
2005-08-31

Publicado en EL CORREO
Territorios, Ciencia-Futuro
Miércoles 31 de agosto de 2005

Los gatos no se sienten atraídos por los alimentos dulces: genéticamente son incapaces de apreciar su sabor.


A diferencia de casi todos los demás mamíferos, los gatos son indiferentes a los dulces. De hecho, los felinos no incluyen en su dieta más que carnes y grasas, no mostrando especial atracción por los carbohidratos en general: son estrictamente carnívoros. Su sistema digestivo, en cualquier caso, es similar al de otros mamíferos, de manera que pueden procesar perfectamente estos alimentos para obtener energía. Aunque no lo hacen. Un estudio recientemente publicado se adentra en la bioquímica del sentido del gusto del gato doméstico (Felis silvestris catus), mostrando la razón. Según el trabajo de Xia Li y sus colaboradores del Centro Monell de Quimiosentidos, de Filadelfia, la causa está en los genes. (El artículo ha sido publicado en la revista PLoS Genetics, una nueva publicación del proyecto de acceso libre "Public Library of Science")

El sabor de las cosas se registra principalmente en la lengua de los mamíferos (aunque se conoce la importante interacción que para el sentido del gusto tiene otro sentido, el del olfato: cuando estamos constipados y nuestra nariz taponada, apenas apreciamos los sabores). Diversas moléculas, disueltas en la saliva, son capaces de excitar receptores específicos de unas terminaciones específicas que existen en la lengua, los bulbos o botones gustativos, que se encuentran en las papilas linguales, formando salientes en la lengua que le confieren esa textura rugosa, y que facilitan una mayor superficie de contacto con los alimentos que estamos ingiriendo.

A lo largo de la lengua, diferentes bulbos resultan sensibles a ciertas moléculas específicas, haciendo que la sensibilidad a los diferentes sabores se produzca en zonas distintas. Por ejemplo, los humanos tenemos la sensibilidad al dulce en la zona cercana a la punta de la lengua, mientras que el amargor lo detectamos en la región trasera, y son los laterales de la lengua los que nos indican el amargor. Para conseguir esta sensibilidad tan específica, en la superficie de los botones gustativos existen unas proteínas determinadas, capaces de unirse a las moléculas de los azúcares. Cuando esta unión se produce, se genera una señal química en la neurona que activa el proceso sensorial: nuestro cerebro percibe el dulzor.

En 2001, investigadores del Instituto Médico Howard Hughes, en Maryland (EEUU) publicaron en Nature Neuroscience la identificación del mecanismo genético de esa sensibilidad. Existen dos proteínas, denominadas T1R2 y T1R3, que son producidas como expresión de dos genes diferentes (llamados Tas1r2 y Tas1r3). Los equipos analizaron cómo se codificaban estas proteínas en los ratones, que son sensibles a los alimentos dulces también, encontrando dos genes específicos que los humanos compartimos con los ratones. Esos genes son los que permiten la creación de las proteínas que nos hacen sensibles al sabor dulce de las cosas.

El equipo de Filadelfia se ha planteado que si los felinos no muestran atracción por los dulces, puede que se deba a alguna alteración de ese sistema doble de receptores químicos. En primer lugar comprobaron que la conducta de los gatos respondía a una incapacidad de detectar los carbohidratos, algo común también a otras especies de esta familia de carnívoros estrictos, como los tigres o los cheetahs. Mediante análisis de las bibliotecas genómicas que existen para los gatos, comprobaron que existían en su ADN los dos genes correspondientes a la producción de las moléculas sensibles al azúcar. Sin embargo, esos dos genes no estaban activados: mejor dicho, uno de ellos, el Tas1r2, era un “pseudogen”, porque a diferencia del gen conocido en ratones y en humanos (y cuya existencia se había también comprobado en otros mamíferos de dieta omnívora), a la versión felina del gen le faltaba información. En concreto, se habían borrado 247 pares de bases del genoma. Cada gen se expresa como una cadena de pares de bases de aminoácidos específicos y para los gatos, esa pequeña alteración es suficiente como para que el código no funcione.

De manera que los gatos, sin un verdadero (y completo) gen Tas1r2, no pueden producir la proteína T1R2. Faltando ese componente, en sus papilas gustativas los alimentos dulces no tienen un sabor especial, no despiertan una sensación específica. El equipo comprobó que la situación era similar en otros felinos: esta familia de mamíferos lleva una dieta únicamente carnívora posiblemente porque lo dulce no les sabe a nada...

¿Puede una alteración genética tener un efecto tan relevante? Tengamos en cuenta que estamos hablando de una conducta (la forma de alimentación) que podría estar relacionada con una alteración de unas pocas bases de aminoácidos en un gen determinado. Para los autores, esta es la explicación más viable. La investigación genética ha mostrado que procesos similares, también con el sentido del gusto, modifican las conducta de ingesta de algunos animales. Por ejemplo, en estudios con moscas del vinagre, alteraciones de un sólo gen relacionado con la sensibilidad a una determinada molécula, permiten obtener mutantes genéticas que son insensibles a ese sabor, y su conducta de alimentación resulta diferente de sus compañeras no mutantes.



La Gallina O El Huevo
Los gatos resultan insensibles a los dulces, y la razón está en sus genes. Puede que el lector tenga un gato que agradece una galleta, o unos bombones, pero posiblemente esa conducta está más relacionada con el aprendizaje del gato a vivir en compañía de humanos. Desde luego, no le va a sentar mal ese dulce, y procesará su energía como cualquier otro mamífero. Pero no le sabe a nada en especial.

Lo que no se sabe, aunque los autores de este estudio sobre gatos y dulces apuntan hacia ello, es si ese borrado del gen Tas1r2 fue el origen de la conducta carnívora de los felinos, o si dado que su dieta se componía exclusivamente de carnes y grasas, el gen quedó deshabilitado posteriormente. Se sabe, por ejemplo, que algo así sucede en los genes responsables de otro de los sentidos químicos, el olfato. En el ser humano, el 60% de los genes relacionados con la sensibilidad a moléculas volátiles, las que producen olores, son realmente pseudogenes que no expresan ninguna proteína. En los ratones la pseudogenización no supera el 20%. Y se ha comprobado que ese proceso de inhabilitación de genes, en los primates, se produjo en el mismo momento en que se adquiría la visión en color. Se ha especulado sobre esta inactivación causada por disponer entonces de otras formas de percepción, que condujo a cambios en las conductas alimentarias.

2005-08-31 08:31 Enlace

Referencias (TrackBacks)

URL de trackback de esta historia http://javarm.blogalia.com//trackbacks/32601

Comentarios

1
De: José Angel Fecha: 2005-08-31 10:46

Me ha recordado el asunto este del cambio de dieta en los primates, cuando nuestros antepasados se volvieron más carnívoros, cosa que permitió mayor desarrollo cerebral (y viceversa también). Igual los gatos se privan de dulces, es un decir, para ser mejores cazadores y no perder el tiempo por ahí con otras cosas. O sea, que quizá los individuos más carnívoros eran más competitivos a la hora de cazar frente a los omnívoros, por la cuenta que les traía, y de ahí el efecto huevo-gallina.



2
De: velaza Fecha: 2005-08-31 11:33

¡Sí, hombre!, los gatos se privan de los dulces para cazar mejor las latas de Whiskas.



3
De: Jorge Alonso Fecha: 2005-08-31 12:45

¿En los laterales de la lengua no se apreciaba el sabor ácido?

¿Cheetah?, ¿no es guepardo?

Por lo demás, muy interesante.



4
De: Anónimo Fecha: 2005-08-31 12:54

En realidad los gatos no pueden comer chocolate ya que son incapaces de metabolizar una metilxantina, la teobromina que se encuentra en el cacao y sus derivados. Si un gato (los perros también por cierto) come cierta cantidad de chocolate, unos gramos, podría morir intoxicado.



5
De: El GNUdista Fecha: 2005-08-31 13:27

Pues tengo un gato muerto de muchos años en casa que ronronea, corre y salta (a pesar de lo gordo que está), debe ser un gato zombie.

Hace un año acogimos una pareja de gatos debido a que el hijo de la familia había desarrollado una alergia que lejos de mejorar, empeoraba, así que pusieron un anuncio en la protectora de animales.

El gato negro era un verdadero adicto a los dulces en general y al chocolate en particular, pero, como buen gato, ha desarrollado problemas renales, es por ello que ahora en su dieta no entra el chocolate, pero sus anteriores dueños dan fé de que más de una vez dio cuenta el solito de media tableta de chocolate y, sorpresa, sigue vivo (tiene 8 años).

¿Es una conducta aprendida? pues su compañero, un año mayor, ni se acerca a los dulces, igual además del sabor también intervenga el olor.



6
De: Diego (MrDeejay) Fecha: 2005-08-31 14:15

Nunca te acostaras sin saber nada nuevo.
Muy interesante el articulo.



7
De: La Hermana Bastarda de Lisa Simpsom Fecha: 2005-08-31 21:11

Muy interesante artículo para todos los que nos gustan los gatos, aunque como dice por mi tierra " a fame é negra (lease nejra)". Yo he visto gatos callejeros comerse espaguetis, patatas fritas, pan y lo que le pusieses por delante. Mi primer gato era un fan de la lechuga y los grelos crudos. Se comía los ratones que cazaba pero dejaba enteritas las musarañas y los topos. A una de mis gatas le encanta el pescado pero las otras dos dicen que me lo coma yo. Si bien es verdad que el dulce no les atrae en principio, no les dejes un bizcocho recien hecho a su alcance porque se comen todo lo que pueden y más. Y por supuesto son unas perfectas desfoliadoras aunque lo vomiten todo luego jejej



8
De: La Hermana Bastarda de Lisa Simpsom Fecha: 2005-08-31 21:14

Bueno y no puedo reprimir contar lo del chiste famoso del profe que comenta en clase que el semen tiene fructosa y cuando una alumna exclama: "pues no sabe dulce" le contesta:" señorita, es que no hay que chupar tan profundamente que las papilas para el dulce están en la punta de la lengua".



9
De: Anónimo Fecha: 2005-08-31 21:48

Pues no sé que decirte. Una vez iba por la calle comiendo chocolate, un gato se puso a pedirme, le di un trocito, y muy a gusto que se lo comió.



10
De: Je Fecha: 2005-09-01 01:39

Ya saben lo de:

"La probabilidad de que un gato se coma su comida no guarda ninguna relación con el precio de la comida que se le ofrece"

Igual es por eso.



11
De: Juan Juan Fecha: 2005-09-01 11:28

¿Afecta por igual a todas las razas? ¿Es posible saber la raza del gato? No va de coña. Es posible que este efecto se de menos en razas, géneros, especies o lo que sea de gatos que desde hace muchas generaciones conviven con humanos o incluso que haya (minoritarias) lineas de gatos mutantes que aprecien el dulce.
Si ciertas alteraciones genéticas afectan a los humanos (los europeos son más tolerantes a la lactosa y al alcohol que los asiáticos), ¿No podría haber alteraciones similares en las diferentes líneas de gastos?



12
De: Iván Fecha: 2005-09-01 20:12

Interesante articulo pero que como de costumbre pasa con los bichillos domesticos, estos se empeñan en mandar las explicaciones cientificas a paseo, ya que probablemente todos nosotros hemos tenido o algun amigo/familiar alguna mascota que no se mantenia en los canones que debia ni de coña.
Un cocker que tuve hasta este año que murio le encantaba la manzana, el platano y los helados de vainilla, que cuando me pedia un cucurucho al bajarlo a la calle en verano, tenia que comprar otro para el para que no me escalase por la espalda y me lo robase, y se que el azucar no les sienta bien, pero el jodio murio con 14 años y porque le pillo un coche no por edad.



13
De: oikos Fecha: 2005-09-01 21:03

El amargor se nota en 2 sitios de la lengua??? Es q en el artículo no queda claro. Por cierto que Javier Sampedro en el País también escribió sobre lo mismo el 23 de agosto. Y lo salado dónde se nota? Y lo agrio?



14
De: Diego (MrDeejay) Fecha: 2005-09-01 21:04

Lo mismo puedo decir de mi perro que es un pequines, se pirra por las galletas (su autentica pasion), por el pescado y el melon.
Y esta fuerte como un roble.



15
De: cafe_licor Fecha: 2005-09-01 22:58

Creo que no admite imágenes, asi que copiad y pegad. Disposición de las papilas gustativas en la lengua:

http://odontoweb.espaciolatino.com/imagenes/cavoral/sabores.jpg



16
De: Conxthebetter Fecha: 2005-09-02 19:09

Los gatos son caprichosos porque sí, y sus gustos dependen mucho de lo que aprendan de pequeños: por eso los gatos callejeros comen todo tipo de marranaditas. Pero la edad tampoco es un determinante, porque a veces simplemente se aburren de comer siempre el mismo pienso y...
Tengo un siamés con pedrigrí que detecta las magdalenas hasta las moléculas, no puedes comerte una sin que él aparezca de la nada, pero no le empezaron a gustar hasta que cumplió los cuatro años, antes ni se las miraba. Y una europea que comía plátano y aceitunas. Y una callejera que traga de todo. Por lo que yo sé, la raza no influye en los gustos, es algo individual.



17
De: MacCano Fecha: 2005-09-04 22:03

Y las proteinas T1R2 y T1R3, ¿degeneran con la edad?, por que he observado que de jovenes tomamos muchas cosas azucaradas, y sin embargo de viejos tendemos mas a lo salado...

Y lo de el ejemplo de cafe con mucho azucar no vale que es para matar el sabor amargo...



18
De: MacCano Fecha: 2005-09-04 22:06

Por cierto, se me olvidaba comentar que hace tiempo un equipo de estos dedicado a descubrir cosas cuya finalidad no esta muy clara, descubrio que tenemos unos receptores especificos en la lengua para el glutamato monosodico, al que llamaron el quinto sabor, de ahi que a mucha gente le pirra comer en los restaurantes chinos...XDDDD



19
De: oikos Fecha: 2005-09-05 18:02

Coñe! Ahora me explico cómo siendo un "pésimo comedor" como yo, un desastre gastronómico en toda regla, uno de los pocos sitios donde disfruto comiendo es mi restaurante chino de cabecera, donde por cierto hay colas para entrar.



20
De: Iván Fecha: 2005-09-05 22:27

MacCano, ¿no podria ser por cuestion de salud no de perdida de capacidad de sintesis de esas proteinas?.

Ya sabemos que cuando uno envejece llega una edad que segun que cosas no puedes comer o lo tienes que hacer en menor dosis, mi padre por ejemplo no puede comer muchas cosas que si como yo, o no en las mismas cantidades, ¿podria ser de eso no?



21
De: bicho Fecha: 2005-09-07 13:28

No les gustan los dulces pero si los peces. Cuidado.



22
De: jerbo Fecha: 2005-09-09 11:45

Pues parece que lo que sí deja claro el estudio es algo que ya sabemos: que las mutaciones genéticas producen cambios en lo que percibimos y que esa diferencia de percepción origina cambios en la conducta.

Un daltónico ve azul donde otro ve rojo, y no es que su azul sea "falso", es tan real como el rojo, simplemente es una forma de percepción menos abundante en los humanos. Menos adaptativa al producir menos información.

De la misma manera que el cuerpo está extraordinariamente adaptado para sobrevivir en el entorno y nos resulta fascinante en todos sus detalles, así lo está también la mente. Hay una adecuación entre las necesidades del organismo y lo que uno percibe, que va más allá de lo imaginable. Se suele hablar con asombro de las sofisticadas capacidades del cerebro, sobre todo de su capacidad para hacer cálculos intelectivos complejos y tal, pero a mí lo que me deja k.o. es la finísima adaptación al entorno producida a partir de múltiples mutaciones en el sentido de que lo que yo percibo (experimento) determina mis movimientos musculares, ayudando estos contínuamente, hasta en sus más nimios detalles a favorecer mi ciclo vital. Rascarse la cabeza, mirar distraídamente por la ventana, ir al trabajo, sonreir, copular, masticar, pelear, hablar, sacar un pinrel fuera de la manta para refrescar, dar una conferencia, escribir al teclado, peinarse, tumbarse a la bartola...
Puede que en muchos casos no se vea una conexión evidente entre las acciones y la permanencia del ciclo vital pero en la práctica totalidad de los casos la hay. Más extraño sería pensar lo contrario, porque entonces ya habríamos desaparecido hace tiempo.

Los movimientos musculares, ya sean los conscientes, los convertidos ya en hábito o los reflejos cumplen una función adaptativa esencial.

En este artículo, así como en el original de la revista inglesa, el estudio se plantea como dando por sentado que el sabor dulce es algo que existe independientemente de que nosotros lo experimentemos o no, que es algo propio de los azúcares o carbohidratos. Bien, ¿cual es el fundamento real en que se basa semejante afirmación? Pues permítanme que lo diga con toda la pompa que el asunto requiere: ¡Que yo así lo experimento! ¡Punto! Si yo hubiera experimentado el salado diría que los azúcares son salados, y seguiría sin haber contradicción alguna pues nadie ha mostrado jamás la conexión necesaria entre una estructura química y el sabor que se experimenta. Si alguno tiene una explicación máa consistente le ruego que la formule.

Así que si alguien, como es mi caso, que por supuesto no niega que el azúcar le sabe dulce, plantea que el sabor no es algo intrínseco a la materia en general sino que es un invento evolutivo que guia nuestras acciones en la dirección correcta, entonces la experiencia del dulzor en sí no constituye argumento alguno.

El que nuestro grado de adaptación sea asombroso no significa que sea "perfecto". Por ejemplo, yo me puedo comer una seta venenosa y su sabor, olor y coloración no me repugna así que, sencillamente, la palmo. Si estas setas hubieran sido muy abundantes y hubieran constituido un peligro constante para nosotros, entonces bien podría haberse producido alguna mutación que propiciara que algún elemento de esa seta nos produjera un sabor desagradable, generalmente amargo, y de este modo, la acción muscular resultante (escupirla) nos salvara la vida. Opino que todas nuestras preferencias, nuestros dolores y nuestros placeres, lo que nos repugna y nos atrae (taxias), se han ido configurando a partir de un proceso semejante.

Cada bicho con sus preferencias
particulares. La vaca comiendo hierba, la mosca mierda, la boa tragando, con la mandibula medio desencajada, una rata peluda que ni siquiera ha tenido la decencia de ducharse o yo comiendome una manzana experimentamos un placer semejante por más que nos empeñemos en analizar lo que sienten otros bichos desde nuestra propia óptica. Una polilla hembra despide no sé qué partículas, un macho la detecta a kilómetros y se vuelve loquito y a mí ni fu ni fa, ¿Qué ocurre, que esta molécula tiene un olor fascinante pero a mí me faltan las proteínas necesarias para apreciar lo maravilloso que realmente es? ¿o sencillamente la fascinación del macho es un medio que encontró la naturaleza para para preservar el ciclo vital de esa especie?
¿Y porqué el araño no siente la menor atracción por Arancha Bonete y cuando se cruza con una araña en el jardín tiembla de emoción al ver sus ocho hermosos ojos, sus quelíceros y su fascinante cuerpo peludo?

Coincido en que las mutaciones determinan nuestras preferencias, pero en lo de que hay cosas intrínsecamente agradables por ahí fuera y que una mutación impide que la apreciemos en lo que vale, pues no.

Saludos.



23
De: zoila Fecha: 2007-02-05 20:43

a mi que me importa esto

los gatosahhh



24
De: Iván Fecha: 2007-02-05 21:02

¿entonces para que escribes tontolaba?



25
De: JM Fecha: 2007-06-04 04:50

Jerbo, el sentido de la vista capta solo un rango de toda la onda de la luz. Podemos ver desde el rojo hasta el violeta, pero abajo del rojo y arriba del violeta no. Y sabemos que existe un infrarrojo y un ultravioleta.
Entonces, ¿no puede pasar lo mismo con otros sentidos? Puede que nuestros sentidos estén limitados a la recepción de determinadas longitudes de onda, descartando las otras, que no por no sentirlas quiere decir que no existen. Adáptese longitudes de onda a proteínas y etc.... dependiendo del sentido que se hable.

Creo que hay un amplio mundo informativo allá afuera y cada organismo recibe la parte de esa información que más le conviene. Y todo, en definitiva, para buscar fuentes de energía.

Te recomiendo la lectura de Micromegas, de Voltaire.



26
De: JM Fecha: 2007-06-04 04:54

Por cierto, mi gato come dulce de leche, leche condensada, patata hervida, aceitunas... ni hablar de pescados y mariscos... aunque aún no logro que le guste la cerveza pese a que la huele con curiosidad. Y se fuma mi marihuana.

Sobre gustos...



27
De: chioxxx Fecha: 2009-08-25 21:26

mi gata, no come carne, no le gusta mucho el pescado, come yogurt con frutas, le encantan los dulces, como caramelos en envoltorios, el manjar, la crema, le gusta el merengue, no come mucho de su alimento para gatos, le encantan las tortas, come chocolate, y jamas ha presentado ni vomitos ni diarrea, sale a hacer sus necesidades y vuelve a entrar no le gusta salir al jardin o al patio y duerme como 20 horas al dia...


ALGUIEN PODRIA EXPLICARME QUE CARAJO MI GATA?? de los 5 años que tiene siempre ha sido igual...



28
De: Salva Fecha: 2010-01-07 21:03

Sobre los gatos: No es cierto que son estrictamente carnívoros, yo tengo uno que se enloquece con los elotes tiernos crudos o cocidos, le fascina la sopa de papa con chícharos y zanahorias, el queso, los frijoles refritos y la sopa de verduras con queso Oaxaca en tiritas y leche por supuesto. Y hace tiempo una amiga me mostró un cachorro de gato que era vegetariano total, pues no le gustaba la carne, más bien su madre lo obligaba.



29
De: fer Fecha: 2010-06-02 08:26

gatos: he tenido una gatita q le encantaba el tomate.. y era la unica -.- a los demas ni se le acercaban al tomate x) tengo otro q le encanta los chocolates, el cua cua xD y muchas otras mas golozinas.. tbn tuve otro q le gustaba las cucarachas q feo O.O! se las comia como galletas! comia arañas! moscas! era insectivoro jeje, otro q iba a cazar palomas! ratones! etc. y pues los demas comian sus galletitas para gatitos xD por eso creo q los gatitos son como las personas cada uno con diferentes gustos x).



portada | subir