Para Iván, de donde se demuestra que el conflicto entre tutsis y hutus (y la mala repartición de la riqueza o incluso expolio de la misma) era muy anterior a la llegada de los europeos o "blancos malos de verdad".
Ya que hablabas de ilustrarse antes de hablar, espero que este texto te sirva para iniciarte
-------------------------
_________ Texto _________
HABITADA DESDE TEMPRANAS ÉPOCAS por las etnias hutu (bantúes) y tuas (pigmeos), la meseta donde nacen los grandes ríos africanos, el Congo y el Nilo, fue invadida en el siglo XV de nuestra era por los guerreros y pastores tutsis (watusis), procedentes de Etiopía. Luego de dominar a la población local, los tutsis establecieron un reino cuyas estructuras no fueron cambiadas por el colonialismo alemán que se instaló en la región en 1897 y la integró al Africa Oriental Alemana, la cual comprendía también Burundi y la actual Tanzania.
2 Después de la Primera Guerra Mundial, el territorio con el nombre de Rwanda-Burundi pasó a manos de Bélgica, que lo administraba desde el Congo, actual Zaire. De los tres grupos que habitaban la región, la minoría de los guerreros tutsis se consolidó en la dirección del Estado. Organizados en el Partido del Movimiento de Emancipación Hutu (Parmehutu), en 1959, los agricultores hutus se rebelaron contra la monarquía tutsi.
3 Luego de una sangrienta guerra civil, el gobierno colonial belga optó por retirarse. El Parmehutu ganó las elecciones, supervisadas por las Naciones Unidas en 1961 y un año después proclamó la república, separándose del vecino Burundi.
4 La estructura de poder que favorecía a los jefes tutsi fue abolida y la tierra repartida en parcelas privadas. Pero eso no logró crear una verdadera unidad nacional ni superar las diferencias étnicas.
5 Al año siguiente estalló nuevamente una guerra civil, que arrojó un saldo de 20.000 muertos y la expulsión del país de 160.000 tutsis.
6 Carente de bases ideológicas, el Parmehutu organizó la sociedad con criterios étnicos: los tuas -unos 40.000 en total- se ocupaban de las tareas artesanales, los tutsis de la ganadería y la propiedad de las tierras quedaba reservada a los hutus. En este sistema casi no tenía cabida el desarrollo urbano, como lo testimonia la pequeñez de Kigali, la capital. El propio presidente Gregoire Kayibanda daba el ejemplo, cultivando su parcela. Como resultado, la población se autoabastecía de alimentos pero prácticamente no había comercio.
7 A fines de la década de 1960 se trató de solucionar el problema mediante la reintroducción del cultivo del café, cuyas plantaciones habían sido quemadas en 1959 por considerárselas, no sin razón, una imposición del colonialismo.
8 La nueva orientación no solucionó los problemas económicos de Rwanda, pero sí agravó los sociales, al crear una burguesía rural que, superpuesta a las divisiones y resentimientos étnicos, originó diversos estallidos de violencia.
9 Ante la amenaza de una nueva guerra civil, el coronel Juvenal Habyarimana derrocó a Kayibanda, el 5 de julio de 1973. Habyarimana, que hasta entonces se desempeñaba como ministro de Defensa, disolvió el Parmehutu, encarceló a Kayibanda -quien murió poco después- e inició un esfuerzo diplomático que reconcilió a Rwanda con los países vecinos, con quienes las relaciones se habían mantenido tensas durante la "monarquía presidencial" de su antecesor.
10 A partir de 1959, el país adoptó un modelo económico liberal. La oligarquía tutsi quedó con el control de la tierra, el comercio y la banca.
11 La estrecha relación del general Habyarimana con Francia y con el presidente Mobutu, de Zaire, fue un factor de discordia dentro del partido de gobierno, el Movimiento Revolucionario Nacional para el Desarrollo (MRND). Los sectores progresistas criticaron esta situación y la política liberal de Habyarimana, pero en el congreso de 1980 fueron expulsados del partido.
12 Alexis Kanyarengwe, ministro de Trabajo y líder del partido, debió exiliarse en Tanzania para escapar de la prisión. La resolución final del congreso estableció que el proyecto económico del gobierno se basaría en un "liberalismo planificado". Sin embargo, el plan terminó siendo una apertura total a las inversiones extranjeras.
13 En 1982 Uganda comenzó la expulsión masiva y violenta de exiliados de Rwanda, mientras en su país no se les permitía el regreso. Poblados enteros fueron quemados por el ejército ugandés, que dejó sin casa y sin comida a unas 10 mil personas.
14 En 1986, el nuevo presidente de Uganda, Musenevi, anunció que los rwandeses que habían residido en el país por más de diez años, automáticamente recibirían la ciudadanía. Las relaciones de los dos países mejoraron; en 1988 ambos presidentes firmaron una declaración que confirmaba los avances en este sentido.
15 El general Habyarimana imprimió un nuevo rumbo a su gestión, abriendo perspectivas democráticas: primero fue la creación de un Consejo Nacional de Desarrollo con el objetivo de trazar una política global para las distintas realidades económicas y sociales del país; luego, la implantación de una política de austeridad, que arrojó resultados económicos positivos; la liberación de más de mil presos políticos, y la toma de medidas para asegurar el respeto de los derechos humanos en las cárceles.
16 En 1988 Habyarimana fue reelegido. Un tercio de los 70 diputados se renovó el 26 de diciembre de ese año y tuvieron acceso a los cargos once mujeres. Pero sólo dos de los elegidos para integrar la nueva legislatura pertenecían a la minoría tutsi. Ese mismo año unos 60.000 refugiados hutus procedentes de Burundi ingresaron al país.
17 El 30 de setiembre de 1990, Fred Rwigyema, un alto oficial perteneciente a la etnia tutsi, encabezó un alzamiento y entró a Rwanda desde territorio de Uganda. El presidente Habyarimana solicitó ayuda a Bélgica, Francia y Zaire, cuyas tropas tuvieron una participación decisiva para detener la ofensiva rebelde, aunque hubo combates en la capital. En octubre, la intervención del primer ministro belga, Wilfried Martens, logró un alto al fuego entre las partes.
18 A finales de enero de 1991, unos seiscientos combatientes del Frente Popular Rwandés entraron al país desde Uganda pero en un mes fueron rechazados. En marzo se firmó un cese del fuego que permitió la liberación de presos políticos y de guerra, con el compromiso del presidente Habyarimana de entablar negociaciones para iniciar una apertura política.
19 En junio de ese año el primer mandatario firmó la nueva Constitución que debía garantizar la existencia de un sistema en el que funcionarían varios partidos políticos, se creaba el cargo de primer ministro, permitiendo la libertad de prensa, limitando el ejercicio de la presidencia a dos períodos de cinco años y estableciendo la separación de los poderes del estado.
20 En marzo de 1992 por lo menos trescientas personas de la etnia minoritaria tutsi fueron asesinadas y otras quince mil obligadas a desplazarse a la región de Mugesera. Los líderes de los dos principales partidos de oposición, el Movimiento Democrático Republicano (MDR) y el Partido Liberal (PL), hicieron responsable al gobierno, y especialmente a la milicia de jóvenes hutus del MRND, por los actos de violencia.
21 A principios de 1993, el presidente Juvenal Habyarimana rechazó el acuerdo firmado en Arusha entre la delegación rwandesa encabezada por el primer ministro Dismas Nsengiyaremye, del Movimiento Democrático Republicano, y los rebeldes del Frente Patriótico Rwandés, de Alex Kanyarengue, formado por exiliados tutsi que cuestionaban la dominación de la etnia hutu sobre su comunidad.
22 El presidente se negó a compartir el poder con el FPR, que exigió cinco carteras ministeriales, la incorporación de sus soldados en el Ejército regular y la repatriación de los refugiados tutsi en Uganda y Tanzania.
23 Si bien los dos bandos habían respetado un cese del fuego desde agosto de 1992, el FPR interrumpió las negociaciones en febrero, y lanzó una nueva ofensiva, logrando el control sobre la mayor parte del territorio y preparándose para avanzar sobre la capital.
24 La muerte del presidente de Rwanda, Juvenal Habyarimana, y del de Burundi, Cyprien Nytaryamira, en un atentado con morteros contra el avión en el que viajaban a Kigali después de asistir a una Conferencia de paz en Tanzania, el 6 de abril de 1994, inició un nuevo baño de sangre. Los dos presidentes eran hutus.
25 Ante el recrudecimiento de la guerra civil, Francia, Estados Unidos y Bélgica decidieron en abril enviar tropas para "garantizar la seguridad y evacuar a los extranjeros". Las tropas francesas tomaron el control del aeropuerto de Kigali para asegurar la repatriación de los 600 franceses residentes en la capital.
26 El nuevo gobierno trató de reactivar la desmantelada economía ruandesa y organizar juicios contra los culpables de lo que la ONU reconoció como un "genocidio". Sin embargo, el gobierno no recibió la ayuda esperada de los países occidentales y muchos miembros de las milicias responsables de las matanzas siguieron operando desde Zaire, donde se habían refugiado.
27 Durante 1995 y 1996 se siguieron descubriendo fosas comunes prácticamente todas las semanas, mientras que la violencia del nuevo ejército ruandés --formado en base a los combatientes del FPR-- y la de las milicias causaba nuevas muertes. Muchas de las víctimas de los milicianos eran simples testigos de lo ocurrido en 1994, así como funcionarios públicos hutus, acusados de "colaboracionismo".
28 La desaparición de algunos testigos complicó aun más la preparación de los juicios contra los culpables del genocidio. Una ley discutida por la Asamblea Nacional en julio de 1996 propuso distinguir entre autores intelectuales y los "ejecutantes" de las matanzas. Los primeros serían condenados a la pena capital, mientras que los otros cumplirían penas leves. Sin embargo, varios países occidentales --como Francia, cuya influencia en la región se redujo al caer el gobierno de Habyarimana-- seguían negándose a colaborar financieramente para permitir juicios equitativos.
29 Con el agravamiento de las tensiones en el este de Zaire y las deportaciones masivas de refugiados, la situación de los derechos humanos se agravó. Amnistía internacional denunció en febrero de 1997 la muerte de decenas de civiles, tanto tutsis como hutus, y el asesinato de cuatro trabajadores de la ONU en la ciudad de Cyangugu.
|