En primer lugar, perdone usted, PepinoETC que no haya contestado antes: andaba por otros lugares ocupado y se me pasó ver si seguía este hilo.
Así que paso raudo a contestarle a su comentario 21.
Dice sobre mí "que es urted un individuo...". Pues no da una. Pero usted mismo...
Habla de que falto al respeto a la astrología. Pues lo siento, pero no es así: no le falto al respeto a algo que obviamente no tiene respeto alguno. Las cosas absurdas, absurdas son.
Dice que la astrología "es una ciencia que lleva muchísimo tiempo entre los humanos". Pues no: no es una ciencia. Es una pseudociencia, si es que somos compasivos. Realmente es un sistema adivinatorio completamente ajeno al mundo real. Y, en las escasísimas ocasiones en que se ha puesto a experimentar adecuadamente las afirmaciones de los astrólogos, sistemáticamente tales afirmaciones han quedado desmontadas. Así que de haber sido ciencia, es mala ciencia, ciencia falsa... (de ahí que le decía que de ciencia nones, que a lo más pseudociencia).
Por supuesto, puede acudir a argumentaciones (falaces, obviamente) como las que ofrece. Veamos: Newton, nadie lo niega, fue un gran hombre de ciencia ("subido a hombros de gigantes", dijo...). Pero ni era infalible ni estaba libre de equivocarse, o de obrar mal. ¿Hace eso mejor a la astrología? Evidentemente, no.
Y el que muchos científicos o pensadores estudiaran la astrología (e incluso creyeran en ella) tampoco la hace mejor, ni más correcta. La pregunta que debería hacerse es si esas personas, realmente, aportaron pruebas científicas de que la astrología funcionara por el mecanismo que la misma propone. Y eso, simplemente, nunca ha ocurrido.
Por otro lado, el que haya mucha gente, como usted afirma, que estudia astrología tampoco puede valer como argumento: hay mucha más gente que ve los pseudodocumentales de Benítez, y tampoco son menos falsos por ello.
Puede usted tomarse la astrología "como una posibilidad abierta". Claro, es usted muy libre. Otra cosa es que realmente no hay razón alguna de peso para poder hacerlo. La astrología está muerta y bien muerta como "teoría cosmogónica" desde hace siglos. Sus pretendidas influencias no existen, su visión del Cosmos es simplista y errónea.
¿Y si funciona? Pues claro que funciona, es decir, funciona como negocio, como actividad en la que una persona (el astrólogo) le vende a otra persona (el cliente) aquello que ha venido a comprar. Hay numerosas pruebas de que los clientes se creen el horóscopo que se les dice que es bueno, y ello independientemente de que sea el bueno o sea otro erróneo o de otra persona. El cliente que va al astrólogo, quizá como usted tomando esa "posibilidad abierta", no actúa críticamente, sino que colabora en el sostenimiento del negocio en el que, en definitiva cree.
Es por ello que no me ofrece ninguna calidad intelectual la astrología. Porque se ha desmontado hace mucho, porque nunca fue una ciencia, y todo ello a pesar de su popularidad y de que siga siendo, como lo es desde hace 2.400 años, un negocio que vive de la ingenuidad humana, y de las ganas de que nos digan lo que queremos oir. Más si viene de un lugar tan exótico como los planetas.
Respecto a su comentario 30, tampoco aporta nada nuevo. Afirma usted que para su creencia en el valor de la astrología se basa en su experiencia personal. Como comprenderá, tales experiencias son anecdóticas si no son valoradas adecuadamente y con criterios estrictos.
Propone uste que nos hagamos una carta astral por "un profesional". Dejando aparte el hecho de que yo tengo varias cartas de varios "profesionales", aparte de un buen número de análisis de otros "profesionales" (y que siempre han sido escasamente correctas, salvo cuando eran, esperablemente, muy vagas y generales), tenga por seguro que mi calificación de la astrología como pseudociencia no viene del prejuicio personal.
Pero ello tampoco sería relevante: como le han comentado, es obligación de quienes afirman que la astrología funciona por la razón que la astrología dice funcionar (y no las numerosas explicaciones psicológicas que explican su éxito c"omercial") el aportar las pruebas de calidad para sustentar tal afirmación. Cosa que, ay, normalmente no hacen los astrólogos ni sus valedores.
Y, ya le digo, repase la bibliografía, que cuando se han hecho esas pruebas, se ha encontrado que nada de nada. Por ejemplo, le remito al ensayo que realizó Shawn Carlson, publicado en la revista Nature, en 1985 (vol 318, p.419) titulado "A Double Blind Test of Astrology", que resulta demoledor, porque en él, con el apoyo de una importante asociación de astrólogos profesionales norteamericana, se diseñó una prueba a doble ciego, en la que se comprobó que los clientes se creen cualquier carta astral que les dan, aunque no sea realmente la suya (siempre les parece la buena la que se les ha dado como buena), pero también se comprobó que los astrólogos eran incapaces de hacer casar un perfil psicológico estándar con tres cartas natales, siendo una de ellas la que corresponde... Acertaban en promedio 1 de cada 3, es decir, lo esperable por azar.
No es el único ensayo que se ha hecho. Pero desde luego, es uno de los que más pupa hicieron hace unos años a los astrólogos -al menos a unos cuantos que pretendían estudiar científicamente la astrología. Tras el varapalo, y no es casual, muchos astrólogos dejaron de serlo, y muchos más, claro, no dejaron su negocio, pero sí se negaron a seguir sometiéndose a pruebas de ese tipo. ¿No le da un poquito que pensar?
Le remito en cualquier caso a las tres objeciones clásicas a la astrología que planteó hace miles de años el filósofo sofista Carneades de Cirene. Y que siguen sin tener buena explicación desde la cosmogonía astrológica.
En su comentario 33 dice: "Existen teorías sobre el hecho de que quizá los planetas, del mismo modo que la luna influye en las mareas, pueda influir en los ritmos circandianos". Lo que pasa es que esas teorías (a menudo invocan resonancias y una cierta sensibilida de algún órgano de nuestro sistema nervioso; son la mar de divertidas...) ni se han probado ni son necesarias para explicar "el efecto astrológico", que tiene explicaciones, como decía antes, mucho más sencillas y convincentes desde el mundo de la psicología, por ejemplo.
Perdonen por la longitud del texto...
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