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Historias > Las Múltiples Muertes de Napoleón Bonaparte
2002-11-13
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El Correo, Territorios, Ciencia/Futuro, miércoles 13 de noviembre de 2002
Sin duda uno de los hombres más importantes de la historia moderna, el emperador Napoleón Bonaparte también ha sido uno de los personajes más analizados, más estudiados por los historiadores y, como suele pasar, uno de los favoritos a la hora de hacer especulaciones. Amado y odiado en vida, sufrió atentados, como el que tuvo lugar la nochebuena de 1800 cuando acudía al palacio de la Ópera a la representación de la ópera "La Creación" de Haydn, cuando una bomba explotó cerca de su carruaje y del que Napoleón salió ileso, aunque murieron más de cincuenta personas. También sufrió numerosas conspiraciones por parte de grupos monárquicos, como el intento de secuestro organizado por
Georges Cadoudal, con los generales Moreau y Pichegru, que fue desmantelado en 1804. Algunas de estas conspiraciones fueron también imaginadas por el propio Bonaparte para atacar a sus enemigos, principalmente los jacobinos.
En cualquier caso, no debe sorprender que estas conspiraciones e intentos de asesinato sobrevolaran sobre las circunstancias de su muerte, acontecida el 5 de mayo de 1821, cuando estaba exilado en la isla de Santa Helena, en el Atlántico sur. Napoleón tenía entonces 52 años, y su salud estaba ya bastante dañada, pero aún así, su autopsia fue practicada por siete médicos: el médico personal del Bonaparte, Francesco Antommarchi, y otros seis médicos británicos (ninguno de ellos forense). La conclusión fue muerte natural. De Antommarchi se conservan sus comentarios sobre la salud del emperador destronado anteriores a esa muerte, donde se comenta cómo sufría de "tos seca, vómitos, ardor en las entrañas, agitación general, ansiedad, náuseas..." en los meses anteriores. Análisis posteriores de estos datos, así como de la propia autopsia permiten concluir que la causa de la muerte de Napoleón habría sido una úlcera gástrica. Como especulación razonable, la úlcera mortal no sería sino uno de los episodios finales de un cáncer de estómago.
Sin embargo, las teorías alternativas comenzaron pronto a generarse, sobre todo la posibilidad de un envenenamiento. En 1955 se dieron a conocer las memorias de Louis Marchand, secretario de Napoleón a quien acompañó en su exilio. Mantenidas en secreto por sus herederos, bajo la orden del autor de no ser publicadas, finalmente aparecieron en la prensa francesa, causando gran revuelo, porque explicaba las condiciones de vida en la Casa Longwood donde residía el depuesto emperador en Santa Helena. Pero, junto al diario, se encontraba también un mechón de cabello de Napoleón recortado el 6 de mayo de 1821, el día siguiente a su muerte. Sten Forshufvud y Ben Weider analizaron los diarios de Marchand, y de otros testigos de los últimos meses de vida de Napoleón y concluyeron que se había producido un asesinato: envenenamiento por arsénico. Un complot que apuntaba al asistente personal, el Conde de Montholon, responsable además de su bodega. Según Weider, el envenenamiento tuvo lugar en varias fases, lo que parecía estar confirmado por los análisis del sueco Forshufvud del contenido de arsénico de los cabellos. El trióxido de arsénico es inoloro, incoloro e insípido, de manera que sería el veneno ideal. Administrado poco a poco, su efecto es acumulativo, y produce síntomas muy similares a los descritos por el médico de Napoleón. Además los análisis que se fueron haciendo por investigadores independientes mostraban un contenido de arsénico muy elevado, llegando en algunos momentos a 50 partes por millón (ppm), cuando lo normal en la época era 0,08 ppm. ¿Había alternativas?
Desde luego, podría haberse tratado de un envenenamiento casual, no de una conspiración. En 1982 se dio a conocer un análisis químico del papel pintado del estudio de la casa Longwood donde Napoleón pasó los últimos seis años. A estas alturas, a nadie le podría sorprender que se guardaran fragmentos de este papel entre los objetos de recuerdo de personas que vivieron esos años con Napoleón. El papel tenía pintadas rosetas marrones y verdes, y el pigmento verde contenía ni más ni menos arsénico. Se apuntó así que los vapores emanados del papel habrían sido la causa del envenenamiento. Otra posibilidad era el arsénico utilizado en las aleaciones metálicas de las balas de la época. Siendo militar, la exposición al arsénico de Napoleón podría haber sido también por este mecanismo. También se ha hablado de la calefacción, quemando madera que puede liberar arsénico y otros metales pesados al aire.
En cualquier caso, accidental o provocado, parecía claro el envenenamiento por arsénico como causa de la muerte. Sin embargo, una investigación encargada por la revista de divulgación francesa
Science et Vie acaba de tirar por tierra esta hipótesis. Los expertos han tenido acceso a los cabellos de Napoleón, pero no sólo a los del día después de su muerte en 1826, sino a otros obtenidos en años anteriores, 1805 y 1814, antes del exilio en Santa Helena. (Napoleón ha generado cientos de reliquias bastante sorprendentes, como vemos). Los análisis de la abundancia de arsénico confirman los datos anteriores en lo que se refiere a la muestra de 1826. Pero también dan una gran abundancia (llegando a 100 ppm) en las anteriores. "Si el arsénico fue la causa de la muerte", comenta Ivan Ricordel, responsable del laboratorio de toxicología de la Prefectura de la Policía de Paris, "entonces Napoleón debería haber muerto al menos tres veces".
¿De dónde viene tanto arsénico? Lo más probable es que no viniera del organismo del emperador, sino de un agente externo. Contaminación atmosférica, como la del papel pintado, las balas o las maderas que ardían en la casa Longwood, que desprendían arsénico que se fue posando en el pelo de Napoleón. O, lo más probable, las técnicas habituales desde hace dos siglos para asegurar la conservación de las reliquias de cabello (una moda en la alta sociedad francesa), que incluían productos con arsénico. Es curioso cómo la ciencia, que permitió desenmascarar un posible asesinato más de un siglo después de haber sido cometido vuelve, unos años después, a cambiar la historia.
Física Nuclear En La Medicina Forense
Los primeros estudios sobre la presencia de arsénico en los cabellos de Napoleón fueron realizados en la Universidad de Glasgow en 1965 utilizando una técnica entonces novedosa y que hoy se emplea para la detección de metales pesados en muestras orgánicas (o inorgánicas): el análisis por activación neutrónica. Se hace interactuar la muestra con un flujo de neutrones, algunos de los cuales son captados por el núcleo de átomos pesados como el arsénico (o el mercurio, zinc, titanio...). El núcleo generado es inestable y se produce su desintegración emitiendo un fotón gamma, de alta energía. Estudiando la radiación, se puede determinar la presencia, y la abundancia de cada especie atómica.
La fuente de neutrones necesita de un reactor nuclear, por lo que estas técnicas, aunque planteadas desde los comienzos de la ingeniería nuclear, en los años 30, no fueron efectivas hasta los años 60. Aún hoy se siguen usando tanto en medicina forense como, específicamente, en criminología.
Algunos Enlaces
Napoleonic Guide
"El asesinato de Napoleón", por Ben Weider (presidente de la Sociedad Napoleónica Internacional)
Artículo en Le Monde del 29/10 sobre la nueva investigación,
ídem de El País, 30/10
Otro de los muchos artículos sobre la muerte de Napoleón (antes de los nuevos datos), y
otro entretenido.
Un artículo en
Ciencia 15 sobre el asunto, y otro en
La crucifixión de Clío.
Sobre
activación neutrónica.
2002-11-13 10:49 Enlace
Referencias (TrackBacks)
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Comentarios
1
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De: Anónimo |
Fecha: 2005-04-13 16:20 |
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very good
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2
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De: etetette |
Fecha: 2005-10-26 00:21 |
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otra cosa no pueden hacer una mejor teoria
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