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Historias > Estrellas Fugaces (Y De La Radio)
2002-11-19
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He conseguido ver el pico de las Leónidas esta madrugada. Entre nubes, perdiéndonos casi todas, salvo las que tenían el detalle de recorrer algunas zonas de cielo que quedaban despejadas: unas por la zona de la Osa Mayor, otras hacia Orión, de repente se quedaba abierta la zona del León... Estábamos desde las cuatro (o sea, las 3 TU), un poco desesperados, porque hacía un frío incómodo, mucho viento. La Luna iluminaba la capa de nubes, aunque no nos animábamos a jugar con las formas algodonosas buscando reconocer otras historias: queríamos ver meteoros. Y algunos se dejaban ver, incluso con las nubes por delante (vamos, que tenían un brillo descomunal). A eso de las 3:50 han comenzado a aumentar su flujo. Veíamos más y estábamos ya completamente excitados. Una, Otra, Ostia, Mira, Yeeeepa! y así. A ver quién podía recoger más. De 4:00 a 4:10 ha sido la fase más densa. Luego se ha vuelto a nublar y ya hemos decidido volver al calor de la cama.
Mientras tanto, hemos disfrutado como enanos del espectáculo que veíamos sobre nuestras cabezas. Tenía puesta la radio, Radio 1 de Radio Nacional, el programa "De la noche al día" de Manolo HH donde el propietario de
Ciencia15 hace cositas semanalmente. Pero hoy no estaba Félix para contarnos historias emocionantes y divertidas, sino una imbécil de nombre Maria Luisa hablando de cómo mantener espiritualmente limpia una casa, afirmando estupideces como que un mueble guarda recuerdos de los sucesos que pasan en la casa. Que las paredes recogen esas "energías" y se las quedan, y pueden acabar haciéndonos incómodo vivir. Qué estupideces. Luego la gente llamaba para contar sus cuitas con los fenómenos de poltergeist y demás. Lo curioso es que unas veces era cosa de impregnaciones energéticas y otras de espíritus. O de espíritus que liberan energías o vete a saber qué: cuando uno cae en las creencias más tontas, todo vale, eso parece pensar la idiota esta que estaba ahí ocupando espacio en la radio.
No dejaba de ser increíble: el cielo nos estaba regalando uno de los espectáculos más maravillosos imaginables, y ahí, en la radio que todos pagamos, perdían el tiempo en fenómenos inexistentes y un tanto cutres. Afortunadamente, durante el máximo que hemos podido ver, teníamos las noticias. No había idiotas diciendo idioteces, pero nos contaban que el Prestige se había partido, que todo el petróleo puede salir por ahí, o está ya saliendo. Viendo lo que pasaba en el cielo, la sensación era extraña. Pero no dejaba de ser triste.
(si quieres escuchar el eco de radio de una leónida, pincha
aquí... mucho mejor que las tonterías de la radio nacional)
2002-11-19 13:12 Enlace
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Comentarios
1
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De: canopus |
Fecha: 2002-11-19 13:42 |
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¡Que envidia me das! Ojalá hubiera podido alejarme de las puñeteras luces de Madrid y de las nubes que ultimamente le acompañan.
Siempre me ha parecido curioso como tanta gente habla de astrología sin preocuparse de mirar para arriba y centrarse en lo importante, la belleza de nuestro cielo y el conocimiento real que podemos obtener de el, sin inventarse estupideces.
Magnifico video, me ha encantado. Gracias por dejarnos ver algo de esa belleza a los que no pudimos asistir en persona.
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De: JJ |
Fecha: 2002-11-19 13:50 |
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Lo de que un mueble guarda recuerdos es cierto, no hay más que levantar los cojines para encontrarse todo tipo de monedas, mandos a distancia, pelusas de procedencia desconocida, e incluso cadáveres de insectos y mamíferos diversos. E impregnaciones también tienen algunos muebles, eso es verdad de la buena.
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De: Vendell |
Fecha: 2002-11-19 14:06 |
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Estoy con JJ. Mi cama guarda el recuerdo de los sucesos que han tenido lugar sobre ella en forma de perturbaciones topológicas. También tengo por ahí un remo ennegrecido hace diez años por el petróleo del Mar Egeo. No se si el remo es un mueble, pero desde luego tiene memoria.
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De: El Pez |
Fecha: 2002-11-19 17:17 |
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Perdón a los grandes lectores por haber simplificado las estupideces de la radio. No hay duda de que esas memorias del tiempo que mencionan JJ y Vendell son tan reales como la pátina que adquiere el mueble, los golpecitos que se van acumulando en sus superficies y etcétera etcétera. Pero pensar en otro tipo de "memorias" o "energías" un tanto sutiles (por inexistentes, cabe pensar), capaces de alterar incluso, decía aquella tontalbote, la luminosidad de una casa, el estado de ánimo de quienes allí habitan es algo un poco más descabellado, y seguro que coinciden conmigo. Ella venía a decir que ojo con comprar en un anticuario una mesillita, que lo mismo la pobre había presenciado algo terrible en el dormitorio en que la tenían antes y que luego ese mal rollito -llámale energía- nos lo pasa así sin más. Bueno, salvo que hagas una limpieza energética con lejía, alcanfor y pongas unas velitas y no sé qué más liturgias de esas.
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De: El Pez |
Fecha: 2002-11-19 17:26 |
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SE me olvidó poner adecuados créditos al gif animado que ilustra esta entrada.
Se debe a Bill Gallagher, lo hizo hoy 19 de noviembre en el Lago Tahoe, en California, EEUU. El punto brillante y fijo es Júpiter.
Todo ello está en SpaceWeather.Com
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6
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De: JJ |
Fecha: 2002-11-19 20:28 |
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Pero hombre, ¡que es broma! Aunque a eso le encuentro cierta reminiscencia de los manes romanos (¿o eran los lares?), esos dioses del hogar. Al fin y al cabo, son creencias animistas, en el espíritu de las cosas inanimadas, ¿no?
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7
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De: El Pez |
Fecha: 2002-11-19 22:42 |
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Algo así, JJ... recuerdo hace unos años un artículo en "Más Allá" que planteaba que los coches tenían una especie de "alma" que explicaba por qué parecían o bien amoldarse a su dueño o bien dedicarse a putearlo. Supongo que de eso sabe más Akin, claro :-))
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