1. Respondiendo (aunque no merezca la pena) a Gaspar E Suárez (con tildes que el intencionadamente omite aunque no explica a qué viene su intención): bien debería saber el celoso guardián de la corrección -habida cuenta de que dice que el uso de una expresión califica a quien la haga- que el asunto del "delante mío" frente a "delante de mí" tiene al menos cierto espacio para la discusión en el uso del castellano, al menos en lo que refiere al uso frente a la norma. No niego que la norma penalice el uso del "mío" en la expresión, pero sería necio no reconocer que hay quienes ponen (digamos, a estas alturas) cierto matiz comprensivo ante la expresión popular (léase, v.g., escritos como éste de Soledad de Andrés Castellanos. A los expertos me remito. Y me permito la ironía: ¿por qué se ha de tolerar su intencionada aberración de evitar las tildes y no la mía de usar expresiones no canónicas? Je. Me río de las discusiones bizantinas.
2. Respecto de lo que comenta reveré. No sé si es esa exactamente la tesis que sostiene Juan Tena. Conociéndole bien, sé que sostiene tesis diferentes dependiendo del día, aunque sería injusto no reconocerle en parte la razón algunos de esos días. En concreto, algunas de las veces que él ha sido crítico con la divulgación me ha parecido que apuntaba en la dirección correcta. No tengo a mano ahora la referencia, pero a Luis Ángel Fernández Hermana le he leído también algunas reflexiones sobre el año de la ciencia y el papel demasiado endogámico y "encantado de haberse conocido" de la divulgación -pero no sólo de ella, sino incluyendo al periodismo, a la difusión o propaganda y demás agentes que intermedian entre ciencia y público- y me siento siempre más cercano a las tesis del segundo.
Me parecía que era necesario ser honrado (¿honesto?, estas cosas a veces tocan todos los órganos y sentimientos) en mi crítica a la incapacidad demostrada del "Año de la Ciencia" en hacer llegar a la sociedad sus objetivos principales. Y ello requería la autocrítica. Y lo digo desde la perspectiva de alguien como yo, que soy parte de la propia estructura de la FECYT como consejero, que soy parte de la divulgación o comunicación (incluyendo al periodismo) de la ciencia, y que he participado activamente en actividades propias -es decir, programadas por equipos en los que participo- y ajenas que se enmarcan en esa celebración.
Todo ello no es justificación, reveré, sino constatación de algo que llevo años diciendo en sitios como esta pecera: por resumirlo en una frase, considero que la ciencia es demasiado importante como para dejarla solamente en la mano y el criterio de unos pocos agentes que hemos llegado a estar ahí simplemente porque nuestra biografía nos lo ha permitido de alguna manera. Es decir, siguen faltando estructuras, apuestas decididas desde la base hasta la cúpula, y sobre todo, falta autocrítica y nuevas ideas por parte de quienes con más voluntarismo que capacidad trabajamos en el tema.
Es un asunto que daría para un texto muchísimo más largo, pero que intenté resumir en una frase que, reconózcolo, queda ahí escrita un poco patibularia.
3. A Faraox le comento que realmente el artículo no pretendía ser descorazonador, sino hacer de pequeña puya para que no se pare en lo que siendo una buena idea debe ser una realidad mucho mejor y más pensada. Quizá he vivido demasiados años diciendo que hay que aprovechar las pocas oportunidades que tenemos y hacer con ellas lo mejor que sepamos. El ser posibilista, algo que sigo defendiendo, nos ha ralentizado en ser críticos radicales. Quizá deberíamos tocar más los cojones, hacer más guerra y ver si realmente conseguimos implicar en esta guerra a más gente. Lo dejo como idea.
Respecto a lo que comentas, a mí también me parece que, potencialmente, esa asignatura de "Ciencias para el mundo contemporáneo" puede cambiar mucho más la situación que mil semanas de la ciencia. Pero sólo si conseguimos hacer de ella algo realmente útil. Y no va a ser fácil, me temo. Una vez más, esta idea cae en medio de la nada, sin medios ni demasiadas ganas de menear el asunto desde la raíz.
3. Cierto, Rubén. He dejado algún comentario también en el periódico digital sobre el asunto. Es cierto que una asignatura poco podrá hacer en una tendencia general del sistema educativo, donde se olvidan no sólo las cuestiones de la ciencia, sino tantas otras que son fundamentales si pensamos en una ciudadanía en el siglo XXI responsable e informada. Pero esa guerra es ardua. A ver si tenemos ganas de seguir en ella a pesar de que esté todo por hacer.
|