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2008-11-28
)

Encuentros
2008-11-28

Publicado en Diario de Noticias
MILENIO
Jueves 27 de noviembre de 2008


Una vez más la columna será un trocito de mi historia, ahora que iba dejando paso a santos civiles y laicos que contaban las suyas en este espacio del final del periódico. Pero el otro día me encontré bajo el cielo con un escritor, y con un viajero, y descubrimos que éramos amigos desde hacía mucho. Él vino a hablarnos de sus viajes, es decir, de sus miradas, de sus preocupaciones. Y es cierto eso de que en el agua de una mirada se descubren los reflejos de esos paisajes que uno siente, en los que uno bucea (o se embarra), de las gentes que ten cuentan su vida. Al menos en la mirada de Miguel Sánchez-Ostiz, la otra noche de frío en la calle y calor en el planetario, encontré lo que hace años encontré en sus libros. Y también me encantó. Hoy escribo de este encuentro porque intenté contarlo desde fuera, pero no podía. Vean:
Se sentaron en el pequeño escenario, al lado de un enorme proyector metálico, la máquina de pintar estrellas. El escritor habló, como pidiendo perdón por meterse en la vida de los demás, de lo que había vivido en Bolivia. De lo que se está viviendo en un mundo tan cercano al nuestro y a la vez tan lejano. Las anécdotas, los chascarrillos, fueron cayendo sobre el escaso público que había venido, convenciéndonos de que hay que volver a mirar a Bolivia más allá de lo que leemos en las noticias. Y que el Cuaderno boliviano es una excelente manera de introducirnos en un viaje que queda pendiente. El astrónomo, que a ratos usurpa el trabajo del escritor, sintió que las veces que había pasado por aquellas tierras no supo ver la sutil evidencia de ese pueblo del que habla este dietario personal. Supo mirar al cielo, porque es su oficio. Y, de alguna manera, a pesar de todo ello, o quizá porque en el fondo tierra y cielo se complementan, el encuentro propició un momento mágico, más mágico porque era muy real, muy físico, muy humano.


2008-11-28 12:23 Enlace

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Comentarios

1
De: Corpi Fecha: 2008-11-28 23:30

Me apunto el título del libro. Espero encontrarlo en mi librería. Muy bueno el texto que has escrito: pura literatura, enhorabuena



2
De: Teresa Fecha: 2008-11-28 23:49

Conocí a Sánchez Ostíz un verano en la Residencia de Estudiantes. A partir de entonces leí varias de sus novelas. Yo también me apunto el título. Nunca he estado en Bolivia, pero seguro que es interesante su mirada.



3
De: ElPez Fecha: 2008-11-30 21:51

Gracias Corpi. Teresa, te recomiendo no solo este Cuaderno, tiene también algún otro dietario (el de Juan Fernández es una gozada, y lo tendré de libro para mi próxima visita a la isla de Robinsón). Y por supuesto cualquiera de sus novelas. Ya dentro del tema de islas, si te lees una aventurita que publicó hace un par de años intitulada "La calavera de Robinsón" (Alberdania, 2006), una apasionante novela de misterios, aventureros, timadores y jetas, donde descubrirás el curioso nombre del exorcista de la catedral de Valparaíso. ;)



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