artículos, escritos y demás piezas perfectamente obviables perpetradas por Javier Armentia (@javierarmentia por algunas redes)
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2010-10-18
La Cadera
DIARIO DE NOTICIAS - MILENIO
Lunes, 18 de octubre de 2010
Escuchaba el otro día la presentación de los resultados de la última campaña de investigación en Atapuerca, y el artículo que han publicado a partir del hallazgo de una cadera de un H. heidelbergensis que presentaba deformaciones. Su dueño era mayor, casi impedido para moverse. Y aún así vivió mucho tiempo, parte de un grupo al que poco podría aportar, excepto -cabe pensar- conocimiento. Esta cadera nos habla de hace más de medio millón de años, de una estirpe humana que vivió por Europa antes de que nuestros antepasados aparecieran por África. Pero, como otros restos que han ido apareciendo de ese grupo que usó la Sima de los Huesos como lugar de enterramiento, nos hablan de algo radicalmente humano: el grupo, el cuidado de los débiles... Poco podemos saber realmente de la cultura o la ética de aquellos pobladores de Atapuerca. Pero no deja de ser sorprendente que la hominización fue trayendo, junto con una mayor y mejor capacidad de adaptación y de aprovechamiento del entorno, también una humanización (en el sentido moral del término).
Decía Eudald Carbonell, que es pesimista porque conoce el mundo en que vivimos y lo mira con la perspectica racional, que esa hominización está pendiente, y que mal vamos, porque nos enfrentamos a situaciones difíciles. Pero que el camino empezado hace unos millones de años fue un camino imparable, y según vamos conociendo cómo las especies que forman nuestro linaje fueron adquiriendo capacidades que aún tenemos nosotros, incluso que creemos que forman parte de lo más valioso que tiene la humanidad, nos sorprendemos, y deberíamos ser más conscientes de la responsabilidad que llevamos. Con el tiempo, qué duda cabe, esos humanos fueron inventando dioses como causa de los fenómenos que sucedían, como guía o motor de las conductas rectas. Y en los últimos siglos hemos ido aprendiendo a buscar debajo de las apariencias respuestas más profundas, más objetivas, sin duda menos sencillas que las de los antiguos dioses, pero que son motor de futuro. Quién sabe si alguno de los muertos que ahora enterramos podrá hablar de ese progreso a los antropólogos del futuro.
2010-10-18
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La Cadera
2010-10-18
DIARIO DE NOTICIAS - MILENIOLunes, 18 de octubre de 2010
Escuchaba el otro día la presentación de los resultados de la última campaña de investigación en Atapuerca, y el artículo que han publicado a partir del hallazgo de una cadera de un H. heidelbergensis que presentaba deformaciones. Su dueño era mayor, casi impedido para moverse. Y aún así vivió mucho tiempo, parte de un grupo al que poco podría aportar, excepto -cabe pensar- conocimiento. Esta cadera nos habla de hace más de medio millón de años, de una estirpe humana que vivió por Europa antes de que nuestros antepasados aparecieran por África. Pero, como otros restos que han ido apareciendo de ese grupo que usó la Sima de los Huesos como lugar de enterramiento, nos hablan de algo radicalmente humano: el grupo, el cuidado de los débiles... Poco podemos saber realmente de la cultura o la ética de aquellos pobladores de Atapuerca. Pero no deja de ser sorprendente que la hominización fue trayendo, junto con una mayor y mejor capacidad de adaptación y de aprovechamiento del entorno, también una humanización (en el sentido moral del término).
Decía Eudald Carbonell, que es pesimista porque conoce el mundo en que vivimos y lo mira con la perspectica racional, que esa hominización está pendiente, y que mal vamos, porque nos enfrentamos a situaciones difíciles. Pero que el camino empezado hace unos millones de años fue un camino imparable, y según vamos conociendo cómo las especies que forman nuestro linaje fueron adquiriendo capacidades que aún tenemos nosotros, incluso que creemos que forman parte de lo más valioso que tiene la humanidad, nos sorprendemos, y deberíamos ser más conscientes de la responsabilidad que llevamos. Con el tiempo, qué duda cabe, esos humanos fueron inventando dioses como causa de los fenómenos que sucedían, como guía o motor de las conductas rectas. Y en los últimos siglos hemos ido aprendiendo a buscar debajo de las apariencias respuestas más profundas, más objetivas, sin duda menos sencillas que las de los antiguos dioses, pero que son motor de futuro. Quién sabe si alguno de los muertos que ahora enterramos podrá hablar de ese progreso a los antropólogos del futuro.
2010-10-18 10:51 Enlace
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