Ayer y hoy se han celebrado en Cádiz unas jornadas "Las Dos Culturas 2011", bajo el título de "Las fronteras de la ciencia. Ciencia, humanidades, ciencias sociales y pseudociencias". Lo cierto es que había un plantel del lujo convocado por Enrique Montero, de la Universidad de Cádiz, organizadora junto con la Fundación José Manuel Lara. Antonio Muñoz Molina, Carlos Elías, Manuel Lozano Leyva, Ignacio Morgado o Javier Perales han presentado sus análisis sobre ese mundo complejo de la demarcación y frontera de una ciencia que, además necesita ser vindicada, defendida... Con ellos he tenido el honor de participar yo con una charla sobre las tonterías que nos llegan, a veces disfrazadas de ciencia, otras bien arropadas y popularizadas por instituciones que mejor deberían dedicarse a otras cosas más serias. Nada especial ni nada nuevo, pero por si están interesados, en la página del encuentro está una amplísima documentación, materiales de consulta y, además, las grabaciones y presentaciones que se han hecho en el congreso. Recomiendo, me enamoró como siempre, el texto de Muñoz Molina: si la gente "de letras" fuera así, otro gallo le cantaría a la cultura de este país.
Comparto tu enamoramiento por la charla de Muñoz Molina. Me emocionó sobre todo el principio, cuando dice que nos vimos obligados a elegir algo que nos definiría para siempre, ser "de letras" o "de ciencias", como ser macho o hembra.
Me emocionó porque todavía recuerdo la cola de la matrícula en el instituto, los papeles en la mano y la moneda que tiré al aire. Salió cara. Salió letras. No quería renunciar a nada, pero me obligaron.
Y luego, como él, descubrí a Sagan y a Gould, a Dawkins y a Pinker... Qué tarde, pero qué placer. Gracias a todos los que hacéis asequibles todas esas maravillas.
Lo que ocurre es que el tren de las humanidades está siempre en la estación, mientras que el de las ciencias si no lo tomas pronto se te va alejando definitivamente.