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Historias > No Aparecía En Los Museos (Terry Pratchett)
2012-02-15
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Hacía tiempo que tenía dejado al Mundodisco, y eso es algo horroroso. El otro día cayó casi de una sentada un libro épico. Habrá tantas opiniones como lectores, pero de los habitantes de este paraíso perdido creado por Terry Pratchett el comandante de la Guardia Nocturna de Ankh-Morpork, Sam Vines, es uno de los personajes literarios más apasionantes que conozco. Cierto que no es el único y a lo largo de las decenas de novelas he ido saltando entre varios: hubo épocas en que caía rendido ante las brujas como Tata Ogg, llenas de racionalidad y pensamiento crítico; podría ser el Barredor, Lu-Tze, pura física moderna; desde luego Muerte, casi siempre donde tiene que estar...; lo siento por Rinzewind que proporcionó un buen comienzo de las historias, pero que luego perdimos, y por otros, sin duda aparatosos y exagerados, ese friso que forma las historias de ese mundo fantástico y a la vez demasiado parecido al nuestro. Me enrollo. Como muchos otros, por estos pagos sin duda menos que por el Reino Unido, una tras otra han ido cayendo todas las novelas. Como muchos otros, desde que supimos que el Alzheimer va a acabar con este hombre, nos pusimos melancólicos y hemos creído ver en las últimas entregas que él también ha ido ensombreciendo un poco ese disco sustentado por cuatro impasibles elefantes que se apoyan en el caparazón de la tortuga gigante Gran A'Tuin y que pasea por el Universo. Y los mismos personajes han ido adquiriendo acaso también un tono más sombrío, más reflexivo. Y el tiempo y la memoria, el devenir se han colado más aún entre los temas principales que vertebran estas historias de todos los géneros, siempre con una buena dosis de parodia. He sabido recientemente que Pratchett también se ha ido pasando a un lado más crédulo del que nadie podría creer en alguien que de forma demoledora acaba con dioses, creencias, poderes paranormales, curanderos y todo lo que sea necesario. Pero así son las cosas y nadie está libre de ser incongruente con lo que piensa, o pensó.
En cualquier caso, no quería sino recoger,
como he hecho en otras ocasiones en esta bitácora, unas frases de esas que tienes por narices que marcar en el libro cuando te das con ellas. La que traigo hoy muestra mucho ese humor fino que lleva trasfondo de pensamiento amargo. Que la disfruten:
De niño había leído libros sobre grandes campañas militares; había visitado los museos para contemplar con orgullo patriótico los cuadros de grandes cargas de caballería, heroicas defensas y victorias gloriosas. Cuando más adelante empezó a participar en alguna de aquellas cosas, le había dejado de piedra descubrir que los pintores se habían olvidado inexplicablemente de los intestinos. Tal vez fuera que no se les daban muy bien.
Ronda de noche.
Terry Pratchett, traducción de Javier Calvo.
Col. Bestseller, Ed. de Bolsillo, junio 2011 (pág. 261)
2012-02-15 20:47 Enlace
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Comentarios
1
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De: Laertes |
Fecha: 2012-02-17 16:45 |
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Las traducciones iniciales de Mundodisco dejan mucho que desear (por ejemplo esa Universidad Invisible... ejem), las últimas ya no lo sé porque me las he leido todas en inglés, de hecho hace pocas semanas me leí precisamente "Nightwatch" que es el título original de "Ronda de noche". Es una de las novelas de Mundidisco que más me ha gusatado.
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