Así tal cual. La entrega de ayer 10 de abril de 2012 del Prisma de mis divagaciones en el programa El Cinturón de Orión que hacía el número 140 comenzó hablando de ciencia, y acabó hablando de ciencia, una cosa bastante rara que por ello mismo hago notar. El tema principal, con el permiso de Manuel Rodríguez de Viguri (que siempre se abrocha el cinturón...), fue una jornada que tiene lugar el próximo 24 de abril en La Casa Encendida, en Madrid, y que está organizada por la Asociación Española de Comunicación Científica. Y con una propuesta a los oyentes que, de paso, transmito por aquí por si alguien tiene a bien comentar algo. Pero antes comenzamos hablando del SKA (Square Kilometer Array) ese gigantesco proyecto de radioastronomía centimétrica con más de 3000 antenas y con una superficie de colección equivalente a eso, a un kilómetro cuadrado (es decir un círculo de 1,13 kilómetros de diámetro) que busca su sitio bien en Sudáfrica bien en Australia. Y de la radioastronomía saltamos a las redes sociales y la ciencia en nuestro país.
Ciencia en Redes es una iniciativa de la AECC porque la comunicación de la ciencia no puede entenderse ya sin contar con los espacios donde ahora se hace la comunicación. Pero las realidades se suceden a gran velocidad y faltan espacios donde debatir y hablar, donde encontrarse. Y si queremos hablar de Ciencia Dos Punto Cero o esas cosas, lo cierto es que hay mucha gente que tiene que echar una mano. También al cuello. Y hablando de las cosas que pasan, no solo de los modelos teóricos, o de los magníficos ejemplos sobre los que justificamos las ideologías (es decir, el viejo juego del post hoc ergo propter hoc que nos cuelan día si y día tambien en este mundo de las redes sociales...), sino, y sobre todo, hablando de lo que vemos, de lo que nos gusta y lo que no, de lo que nos ha funcionado y lo que deberíamos probar.
Cuanto más me muevo por estos pagos (y por otros), más necesito encontrarme con gente que pueda dar este tipo de opiniones, que esa inteligencia colectiva pueda realmente emerger con información de calidad, con reflexión y mirada ilustrada, y sobre todo con un absoluto y total (y radical) compromiso con el pensamiento crítico y honrado.
Total, que la sesión, el martes 24 de abril de 2012, es densa y poblada de gente y de ideas que merecen la pena. EL programa que ha coordinado Oscar Menéndez se las trae, porque obligar a científicos, comunicadores, enterados y hasta un homínido a resumir sus experiencias en 10 minutos de gloria (incluyendo tiempo para preguntas...) se las trae. Aún así un montón de personas se han animado a colaborar, algunas además muy buenas amigas y de las que siempre aprendo. Así que feliz de poder participar.
Ayer en el programa de radio comenté y propuse a los oyentes algunos MALOS EJEMPLOS de los que poder aprender. En el programa comenté alguna experiencia personal fallida en las redes sociales (sobre la que podrán saber escuchando el podcast: aquí, aquí) o aquí:
La cosa es que por la tarde hay un taller en el que colaboro, junto con unos gurus de la cosa como Wicho, Txema Campillo y Óscar Menéndez. Aquí lo que cuenta el programa de estas dos horas de taller:
16:40 h. Taller. Aprender de nuestros errores: cómo evitar el fracaso
Contamos los errores que vemos día a día. Una experiencia equivocada es la mejor manera de aprender. Aprendamos, pues, de los errores de los demás pero también de los nuestros. Cada uno de los participantes muestra, uno a uno, errores que ve en el 2.0 y que pueden ayudarnos a no repetirlos nosotros. Además de los participantes confirmados, entre los que se incluye a los ponentes de la mañana, se invita a todo el público a participar, siempre y cuando en la ‘pelea’ muestre un error propio. Coordinadores: Wicho, Javier Armentia, Txema Campillo y Óscar Menéndez.
Ahí está: malos ejemplos, errores, sobre todo errores propios cometidos, y lo que hemos podido ir aprendiendo. La idea de que nos sirva "para no repetirlos nosotros" es deliciosamente ingenua. Estamos condenados a repetir los errores de los demás. Pero sobre todo estamos condenados a repetir los propios. Salvo que de forma activa lo evitemos. Hay que mirar donde pisamos, siempre.
¿Se animan a echar una mano? Por supuesto, la autocrítica es obligatoria (y ya saben, como comentaban Arroyito y Pozuelón, autocrítica no es hablar de coches... es hablar del coche propio).