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la boca
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2003-04-15
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Una Historia Personal (Y Antigua)
2003-04-15


Cenaba esta noche con unos amigos y ha llegado ese momento en que uno se acuerda de cosas que había olvidado. El tema de conversación era, obviamente, el tema. (La presencia de un par de artistas plásticos había permitido, afortunadamente, estar un buen rato hablando de arte, de Oteiza, de los presupuestos de cultura... nos han salvado durante un buen rato de tener que recordar la guerra en Irak). Bueno, en esas estábamos cuando he recordado que en 1990, cuando andaba yo como que me venía para montar un planetario en Pamplona, intenté apuntarme -era entonces el mes de julio, a comienzos-, a un congreso internacional de directores de planetarios (IPDC) que se celebra cada dos años. El problema era que a esas alturas -el congreso era en septiembre, entre Washington y Nueva York- las plazas estaban ya completas: se accedía de hecho por invitación y el "Pamplona Planetarium" era sólo un proyecto en el futuro.

Aunque ya había sido seleccionado para el puesto que ocupo en el Pamplonetario, no había aún dejado la Universidad: estaban los exámenes, acabar todo en septiembre y un montón de cosas que tenía que hacer. Pensaba finiquitar el contrato en septiembre, una vez acabado por completo el curso. Así que, no pudiendo irme de congreso, me conformé con irme de vacaciones con unos amigos por Asturias y Galicia. Justo estaba en La Coruña cuando me avisaron que un imprevisto había dejado una plaza para el congreso. Sadam acababa de invadir Kuwait y, entre otras cosas, el planetario había quedado destrozado con los misilazos, y el director estaba en paradero desconocido. Así que, gracias (es un decir) a la locura expansionista de Sadam, yo podía irme corriendo a EEUU. Consecuencia colateral de la invasión que había olvidado por completo.

Unos años después, en 1993, cuando fuimos, con Madrid, sede del IPDC, tuve la oportunidad de conocer al director del planetario de Kuwait, en aquella época en fase de reconstrucción. Comenté al kuwaití la curiosa circunstancia de unos años antes, donde yo había llegado al Smithsonian y mucha gente que participaba en el congreso, desconocedora del cambio de Kuwait por Pamplona, se pensó que yo era el iraquí que habían designado como director del planetario de Kuwait. Mi moreno no ayudaba precisamente a aliviar la confusión, por lo que quienes me conocían hubieron de esforzarse los primeros días para presentarme como quien era, un español que aterrizaba en el mundo de los planetarios ocupando la plaza de otra persona que vivía la sinrazón de una guerra.

El mundo es así, casi mejor no sacar otras conclusiones.

2003-04-15 09:36 Enlace

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Comentarios

1
De: Luis Javier Capote Pérez Fecha: 2003-04-15 11:14

Puedo dar fe de que Maese Pez parece más canario que los canarios, merced a su moreno corsario y francamente, no desmerecería en un remake de Sandokan, emulando al Kabir Bedi. :)



2
De: Juan Carlos Fecha: 2003-04-15 14:33

Ratifico la opinión de Luis Javier. Diría más, creo que el Pez puede ser una de esas personas que se confiesan "Ciudadano del mundo". Viajar, conocer otras gentes, culturas y lugares, es el mejor tratamiento para acabar queriendo apasionadamente todo aquello que tiene que ver con el origen de una persona, pero a la vez, cura la tentación de creernos el ombligo del mundo. ¡que envidia me das Pez! Y que conste que es una envidia insana, porque no creo que existe envidia sana.



3
De: eva-lamaga Fecha: 2003-04-15 16:17

Cómo podías tener guardada en el bolsillo una historia que lo explicara todo tan bien; tan absurdamente bien.



4
De: Akin Fecha: 2003-04-15 20:56

Pues yo creo que fuiste afortunado. Por entonces no había la ley PATRIOT, ahora quizá te hubiesen secuestrado en el congreso y llevado a Guantánamo donde tendrías que demostrar que tu no eras un peligroso Kuvaití, y sin posibilidad de que un abogado o nuestra embajada te ayudase pues allí no tienes tales derechos.

Ni siquiera se formularía una acusación contra ti (¿Cómo se defiende uno de no-cargos?). ¡Ay! me temo que la lógica me falla.



5
De: Ctugha Fecha: 2003-04-15 22:57

¡Increíble historia! Quién se imaginaría que encima es real... así podría comenzar una buena novela.



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