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Historias > La Ciencia, Esa Incomprendida
2012-11-12
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Del departamento de Análisis Prematuros y Sesgados: (escrito originalmente el día 25 de octubre. Pero se quedó colgando por la caída del servidor de Blogalia. Cierto que lo coloqué en Facebook pero no es lo mismo)
Tremendo titular de
El Mundo (en la sección de ciencia del digital, todo hay que decirlo, llevan unas semanas metiendo casi siempre una o dos noticias en las que alertan de los efectos de los recortes presupuestarios en materia de ciencia, de la precaria situación de los investigadores, etcétera... lo pongo no se bien por qué, pero siempre es de agradecer que se considere la realidad como cosa de ciencias, aunque sea la realidad de la ciencia en este país)
Uno de cuatro españoles no está interesado en la ciencia porque 'no la entiende'
- Un 87% cree que la ciencia contribuye al desarrollo económico
- Un 6% opina que aporta ventajas para mejorar la calidad de vida
- Sólo el 37% estaría dispuesta a hacer donaciones altruistas al I+D
La noticia recoge los primeros datos que han dado a conocer desde la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (
FECYT)de la VI Encuesta de la Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología. Estas encuestas bienales son buen alimento para los comedores de datos sobre cómo nuestra sociedad convive con la ciencia. No nos dejan bien, colectivamente, a nadie: ni a la sociedad en su conjunto, ni a quienes la gestionan, ni a la ciencia ni quienes la gestionan, ni quienes la pagan, ni quienes la contamos ni... nadie se libra. He escrito ya varias veces sobre ellas (
véase) y siempre procuro introducir alguna de sus tablas al hablar de cómo vemos la ciencia o cómo nos la venden...
Por supuesto, lo que nos contaba
El Mundo también se puede leer de forma optimista, y es cierto que año a año se ha ido viendo que, al menos, la ciencia comenzaba a entrar en la vida de los españoles y las españolas, a existir aunque fuera de manera subsidiaria. Pero, aunque suene a perogrullada, es que la gente piensa que "ciencia es lo que hacen los científicos". Que son aquellos, que nos quedan lejos, que está bien si nos permite ser mejores y más guapos y vivir más y mejor, pero que da yuyu en cualquier momento que alguien comente una posible consecuencia o impacto derivado de ella. Pero en general, ese desafecto no necesariamente conlleva una visión negativa, porque se percible a la ciencia como algo más positivo que negativo.
De hecho en la nota de prensa que se ve en la
página de FECYT (y que sale de la misma manera en el servicio de noticias científicas
SINC), el titular dice: "
El 90% de los españoles piensa que la I+D+i mejora la calidad de vida y contribuye al desarrollo económico". Por otro lado, el resumen de prensa oficialista se centra en que más del "80% de los españoles apoyan que las administraciones públicas incrementen o mantengan la inversión en ciencia y tecnología".
¿Entonces? La situación es aparentemente paradójica, pero es un reflejo de que las cosas van muy mal... La gente no entiende la ciencia, y desde luego no la valora más allá de ese buenrollismo de siempre, al menos esa sensación me viene dando desde hace tiempo. En cierto modo no podría ser de otra forma. La ciencia no se entiende, claro que no, no hay modo. Tampoco se entiende la crítica literaria, la historia, ni la economía, ni casi nada que vaya un poco más allá de la elaboración de frases sintácticamente sencillas y con contenidos llenos de obviedades. Poco polisilábico, por favor, que no contribuye precisamente a la inteligibilidad (¿loqué?). Ejemplos: el fútbol, o una tertulia de Interlobotomía.
Para colmo, los científicos se morirán de hambre, o emigrarán de una vez, y lo que quedará aquí es la compleja vida de un macarra de chiringuito playero, tipo
Shandia Gore. Ahí si tenemos la españolidad de Wert, pero sobre todo, el lado humano que prima (impera) en eso que llaman periodismo. Porque tal y como se presentan en los medios de comunicación los temas relacionados con la ciencia, parece que ese aspecto humano (¿humanizador? seguro, no hay otro modo) queda detrás, o solo se busca algunas veces. Como si la ciencia pudiera hacerse aséptica, como si
lo humano solo quedara del lado
de letras de la vida.
Desengañémonos: la tele no es la única de esta situación, como tampoco el fracaso escolar o la falta de vocaciones científicas se explica simplemente porque los medios de comunicación miran más a otro lado. Ni siquiera el actual ministro de educación, que por malo que sea (que lo es) tiene siempre difícil ser peor aún que los anteriores. O la desafección de los políticos, o del mundo económico... Por supuesto, tampoco son los únicos culpables los científicos, siempre metidos en su rollo y tan poco dados a preocuparse de estas cosas mundanas de expresarse en castellano claro, de justificar lo que hacen y hacer partícipe a la sociedad de la labor de conocimiento que entraña la ciencia, más allá de exigir su dinero.
Una vez más, estamos ya en un punto en el que la situación es tan grave que hay que sanear desde abajo, desde la raíz. Es decir, hay que ser radicales. En la encuesta de 2010,
la quinta, se hacía una segmentación de la población respecto a su posición frente a la ciencia y a la tecnología (página 29 y siguientes en el pdf del enlace anterior) y había ya un 31,6% de "desinformados" y un notable 15,3% de "críticos desinformados" (grupo descrito como: "adopta una postura más crítica en cuanto a los temas científicos y tecnológicos, son más críticos con los recursos que se destinan para la Ciencia y la Tecnología, a su desarrollo actual a nivel autonómico y/o nacional, y con la profesión de investigador"). Me atrevo a inferir que este grupo va aumentando su presencia, y los de los "procientíficos moderados" (un 29,0%) y "procientíficos entusiastas" (un 11,8%) pierden importancia relativa.
La ciencia está incomprendida. Ahí la tienen, perdida en un país donde al final la gente se dedica a comprar láseres chinos de alta potencia para deslumbrar aviones (
eso dice AENA, cuentan en El País) ¿qué podemos hacer? Podríamos cargar contra Punset, que como es el personaje que más se asocia a la ciencia en este país, seguro que tiene culpa de algo. Deberíamos seguir protestando por unas universidades que parecen dedicar más esfuerzo a formar cooperantes de ONGs que a la investigación, cuando no se dedican a montar cursos de pseudociencias o místicas y peregrinas enseñanzas... mientras por más que haya planes boloñeses o leyes de ciencia la situación se mantiene. Las poltronas se mantienen, también.
La ciencia no es popular, qué le vamos a hacer. Cierto que
The Big Bang Theory tiene su éxito, como
Breaking Bad (esa serie en la que un químico profesor de instituto se dedica a cocinar cristal... pura química, no te jode, pura quimiofobia de los anuncios de "sin química" y "todo natural"). Y por pasarnos a modelos patrios no es menos cierto que
El Hormiguero tiene su promocionado
hombre de negro para meter ciencia de la que explota, o que hasta Mariló Montero plantea sesudas preguntas filosóficas en su programa de las mañanas de la tele pública sobre si el alma humana puede pasar a los órganos que se trasplantan (si, esto también es irónico, como lo de que
TBBT,
BrBa o
El Hormiguero tengan algo que ver con la ciencia, lo que pasa es que en este caso la señora Montero podría haber hecho mucho daño al sistema público de trasplantes de España, que todo hay que decirlo, y se debe decir, como hace en su
carta abierta ARP Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico).
¿Quieren más desesperanza? Vivimos en un país donde a un sujeto con titulación y títulos (hasta nobiliarios) se le promociona y los medios le dan cancha para decir en público algo como "Los toreros son mediums que intuyen lo que va a ocurrir. Son capaces de cohesionar todas sus células a la velocidad de la luz. Por ello, cuando torean, entran en lo que se llama ‘‘coherencia lumínica’’, es decir, despiden luz por la gran capacidad de energía que liberan" (declaraciones de Antonio Alcalá Malavé, "neurocientífico y bioquímico", en la presentación de un libro suyo titulado "La magia de la mente del torero", leído
en La Razón, que todo hay que confesarlo). Las tonterías de Alcalá son de campeonato (dirige un llamado "Instituto de Neurociencias Alcalá", donde el Alcalá no es gentilicio). Tonterías como el autobombo de su entrada en wikipedia que, según me contaba @Edocet hoy, por lo menos ha recogido su peculiar estilo especulativo:
Recientemente Antonio Alcalá Malavé ha obtenido popularidad científica y social gracias a la difusión de su reciente y pionero estudio sobre el cerebro de los toreros y sus reveladoras conclusiones, entre las que se incluyen las de que «los toreros emiten a una frecuencia distinta a la del resto de humanos: a una paranormal», «los toreros son mediums que intuyen lo que va a ocurrir.», «son capaces de cohesionar todas sus células a la velocidad de la luz. Por ello, cuando torean, entran en lo que se llama ‘‘coherencia lumínica’’, es decir, despiden luz por la gran capacidad de energía que liberan. Con esa luz es capaz de curar y sanar tejidos», o la de que «son esclavos de la infidelidad». A pesar de que este estudio no ha sido aun publicado ni verificado por ninguna fuente independiente, el Doctor Alcalá Malavé ha comenzado ya a dar conferencias y entrevistas en los medios de comunicación desvelando sus conclusiones.
Y eso sin empezar a hablar de política...
Lo único que me consuela es que este exabrupto está en un sitio donde casi nadie lo ve, para colmo, la gente que suele pasarse es de los que sí valoran algo la ciencia (raros que son) aparte de algún imbécil que incomprensiblemente me odia a pesar de lo adorable que suelo ser, y que incluso, como la entrada tiene ya más de dos párrafos y una farragosa redacción, aquí no llegan ni la mitad de los que cayeron por equivocación en la pecera. Así que puedo decirlo con toda confianza y tranquilidad: estoy hasta las pelotas de esta mierda de país. De verdad. Y eso sin hablar de la política, que si no...
Ah: y un "pequeño" detalle. Es cierto que, como comenta El Mundo, uno de cada cuatro españoles no estaba interesado en la ciencia porque no la entendía. Pero esos "desinformados" eran un 33% en 2008 y, como ya he dicho, un 31,6% en 2010. Así que, dentro de la gravedad, progresamos un poco. Si es que los titulares son a menudo, como dice @paleofreak, "tituláridos".
2012-11-12 09:24 Enlace
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