artículos, escritos y demás piezas perfectamente obviables perpetradas por Javier Armentia (@javierarmentia por algunas redes)
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2013-05-06
Total Para Qué (MILENIO)
Se me había olvidado meter la columna de la semana pasada:
MILENIO, en el Diario de Noticias
Lunes, 29 de abril de 2013
Total, ¿para qué?
El otro día, en la Biblioteca Nacional en Madrid, y convocados por las universidades públicas de la región, tuvimos una especie de reflexión o catarsis en torno a la ciencia. La provocación era clara: “Ciencia ¿para qué?”, y la idea era abordar esa pregunta desde diversos puntos de vista, para avanzar, para competir, para pensar, para vivir... Para hacerlo mejor, mejor que sin ciencia. Lo malo es que todos estábamos de acuerdo en ello, por supuesto no en los matices, ni en las prioridades, pero sí en que la ciencia es necesaria. Y lo malo es que en nuestra sociedad ese punto de partida de las universidades puede no resultar ya tan claro. Por ejemplo: quizá en próximos años no haya una biblioteca nacional que pueda acoger un acto así, o esas universidades públicas pueden haber sido despiezadas o desmanteladas para externalizar ese asunto tan gravoso para un estado en búsqueda desesperada liquidez.
Porque, total, ¿para qué ponerse a meter dinero y esfuerzos en algo tan caro cuando podemos tirar de soluciones alternativas que den mejor resultado? Por ejemplo, a ciertas empresas españolas les venía mejor que sus ropas fueran confeccionadas con mano de obra barata en un edificio inestable de Bangladesh. Desde el punto de vista del resultado y la productividad, estupendo. Pena que el edificio se viniera abajo, porque allí también algunos habían hacinado por encima de las posibilidades estructurales. Unos cientos de muertos que de todas formas no afectan a la ropa excelente que se vende en los grandes almacenes de España.
No me acusen de demagogia. Siempre hay otros ejemplos sin asiáticos muertos. Por ejemplo, pueden intentar contener el gasto demorando una convocatoria de ayudas a la investigación, o los proyectos de apoyo a los investigadores, o el pago de los acuerdos internacionales, con la justificación de que hay otras necesidades perentorias y hay crisis. Dentro de unos años, esos lugares vacíos se podrán reconvertir en algo que de dinero. Una tienda de ropas, por ejemplo.
Notas.
2013-05-06
)
Total Para Qué (MILENIO)
2013-05-06
Se me había olvidado meter la columna de la semana pasada:MILENIO, en el Diario de Noticias
Lunes, 29 de abril de 2013
Total, ¿para qué?
El otro día, en la Biblioteca Nacional en Madrid, y convocados por las universidades públicas de la región, tuvimos una especie de reflexión o catarsis en torno a la ciencia. La provocación era clara: “Ciencia ¿para qué?”, y la idea era abordar esa pregunta desde diversos puntos de vista, para avanzar, para competir, para pensar, para vivir... Para hacerlo mejor, mejor que sin ciencia. Lo malo es que todos estábamos de acuerdo en ello, por supuesto no en los matices, ni en las prioridades, pero sí en que la ciencia es necesaria. Y lo malo es que en nuestra sociedad ese punto de partida de las universidades puede no resultar ya tan claro. Por ejemplo: quizá en próximos años no haya una biblioteca nacional que pueda acoger un acto así, o esas universidades públicas pueden haber sido despiezadas o desmanteladas para externalizar ese asunto tan gravoso para un estado en búsqueda desesperada liquidez.
Porque, total, ¿para qué ponerse a meter dinero y esfuerzos en algo tan caro cuando podemos tirar de soluciones alternativas que den mejor resultado? Por ejemplo, a ciertas empresas españolas les venía mejor que sus ropas fueran confeccionadas con mano de obra barata en un edificio inestable de Bangladesh. Desde el punto de vista del resultado y la productividad, estupendo. Pena que el edificio se viniera abajo, porque allí también algunos habían hacinado por encima de las posibilidades estructurales. Unos cientos de muertos que de todas formas no afectan a la ropa excelente que se vende en los grandes almacenes de España.
No me acusen de demagogia. Siempre hay otros ejemplos sin asiáticos muertos. Por ejemplo, pueden intentar contener el gasto demorando una convocatoria de ayudas a la investigación, o los proyectos de apoyo a los investigadores, o el pago de los acuerdos internacionales, con la justificación de que hay otras necesidades perentorias y hay crisis. Dentro de unos años, esos lugares vacíos se podrán reconvertir en algo que de dinero. Una tienda de ropas, por ejemplo.
Notas.
- UNI-CIENCIA2013: CIENCIA ¿PARA QUÉ? Biblioteca Nacional de España, 25 de abril de 2013.
2013-05-06 07:11 Enlace
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