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Historias > Esto Me Suena Bien (Otra Historia De La Radio)
2014-03-02
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Sin haberlo pensado especialmente, lo cierto es que con la entrada de ayer (
Los Astros Y Las Radiaciones (Una Historia De La Radio)) abrí un pequeño hueco para algunas historias de la radio que debería ir contando, más que nada porque ya hace unos 33 años que empecé a hacer algunas cosillas detrás de un micrófono en antena. Y con madre y tía radiofónicas desde muy jóvenes, hasta podría permitirme como Tristram Shandy dejar que fueran esas historias previas las que aparentemente marcaran mi vida y mis opiniones. Pero como todo gran proyecto requiere más tiempo y dedicación del que puedo ofrecer, me quedaré simplemente con
Otra Historia de la radio, que también tuvo lugar ayer, uno de esos momentos curiosos y amables, y que me dejan marcado
Resulta que llevo colaborando con el programa de radio
"Esto me suena", de Jose Antonio "Ciudadano" García Muñoz año y pico. Y no había coincidido aún en persona con él. Lo cierto es que como a lo largo de los años he ido colaborando en diferentes programas y normalmente siempre entrando desde otra emisora (los benditos "duplex" que son parte de la historia de la radio), no me resulta del todo extraño tener la complicidad y la cercanía suficiente para poder estar en un programa y, sin embargo, no haber coincidido en persona. Ahora que lo pienso, siempre ha sido así, aunque afortunadamente, al final siempre sucede que conoces a la persona de verdad, y siempre es mejor... por más que de repente, aunque sea la primera vez que estrechas la mano o le miras en vivo y en directo a los ojos da la sensación de que ya le conocías desde hacía mucho.
Es por un lado la cercanía de la radio, siempre me ha pasado y creo que es general: la radio la tienes en cualquier lado y situación, te sigue por donde vayas y de esa manera las voces de la radio son más cercanas que nadie que puedas ver en la tele o leer en un periódico. Por otro, cuando haces un programa de radio, vas pillando el puntillo, la complicidad de trabajar juntos siempre está ahí. Y eso se nota, de manera que cuando se produce el encuentro en persona (eso que ahora llaman, qué horror, desvirtualización), no empiezas precisamente desde cero.
El viernes estuvimos en la sede del
Consejo Regulador de la D.O.C. Rioja, en Logroño, desde donde se hacía el programa de la tarde de Radio Nacional, el "Esto me suena". Era la primera vez que salían de gira así que para todo el equipo era también una experiencia nueva, una verdadera locura. Actualmente este magazine tiene 4 horas de duración, y sigue una estricta dieta de secciones muy cortas, de unos 10 minutos de duración, heredera de cuando el programa duraba una hora solamente y tenía una estructura endiabladamente dinámica, con mucha participación de los oyentes.
Caí en este programa de casualidad, gracias a que García se animó a incorporar una pequeña sección semanal de ciencia, una sugerencia de Ignacio Elguero, otro gran profesional de la radio (y de la poesía), con quien he coincidido en Radio Nacional desde hace varios decenios... El "Esto me suena", con el cambio de la programación venida tras la llegada del PP al gobierno y al intervencionismo y control de la radio pública, se vio catapultado a un horario de madrugada: de 5 a 6 de la mañana. Y cuando me propusieron estar con ellos los miércoles, tuve muy claro que, si era posible, lo haría en directo y no grabándolo. Ya que todo el equipo iba a estar currando en Madrid a esas tempranas horas de lunes a viernes, mi pequeña contribución sería acompañarles por lo menos un ratito.
La cosa era un poco compleja, porque esto suponía tomar el Centro Territorial a hora un tanto intempestivas y confiar en que los técnicos dejaran todo listo y siguiera funcionando de madrugada. Afortunadamente, salvo dos veces todo fue perfectamente. Por ahí están los podcasts de mi sección, titulada "El vecino de la azotea" desde entonces. (Por aquí enlazo unas cuantas entradas de este blog en las que he comentado algunas de las historias de las que hemos hablado,
vía google)
Bueno, este año, para la quinta temporada, el programa se ha convertido en la apuesta de RNE para las tardes, y ahora, aunque sigo los miércoles habitualmente, entro a las 15.45 más o menos, dependiendo del día. Aunque ya no hay que madrugar, es una hora que me parte justo ese ratito de la comida, pero no me quejo, porque merece la pena. Y siempre se puede hablar de ciencia de manera informal, intentando traer algunas cosas que están más o menos en el candelero, y contarlo como puedo hacerlo yo, es decir, de manera un tanto desmadejada y simplificada. O simplificadora... El tono del espacio es así también, lo que en Hispanoamérica suelen llamar "descomplicado". Aunque ciertamente, aparecen a veces agujeros negros, bosones, relatividades, neurociencia y hasta la política científica. Qué le vamos a hacer, yo me repito más que hablo.
El pasado viernes no me tocaba entrar en el programa, pero me propusieron estar con ellos, con eso de que Logroño queda cerca de Pamplona (en antena, por aquello de intentar juntar dos ideas en una frase, un poco en plan Fragagá, dije que entre Pamplona y Logroño hay "ochenta y... tres cuartos de hora". Descojono general, por cierto, y Marta Pérez Reinoso lo rescató para la selección final de gazapos, pero servidor no se había dado cuenta: quería haber dicho "ochenta y tantos km, tres cuartos de hora", pero se convirtió en un viaje de más de 20 horas). Así que finalmente conocí al equipo, no a todos porque David Sierra se quedó de retén en Madrid, con Elena Burgos de informativos. Pero ahí estaba Toño Pérez, el alter ego de García y el cómplice necesario. Y todo el equipo técnico, y los demás colaboradores, y... bueno, un lujazo, de verdad. Y conocí a Rodri, uno de esos personajes de siempre de la radio, un archivo sonoro, don José María Rodríguez que es "el vecino del trastero". Y estaba también Cristina Alcalá, que lógicamente tenía que estar porque es la responsable de "la bodeguita" y estábamos en tierra y en casa de los mejores vinos. Lo que no sabía es que Cristina iba a ser tan cercana y encima con amigazos comunes (eh, Oscar...)
En esta historia de la radio no cuento nada especialmente crispado, todo lo contrario: en la sección de la azotea conté la historia del patito de goma que tenemos en la Sala Tornamira del Planetario de Pamplona, que pudo ser uno de esos "friendly floatees" que nadaron por los océanos del mundo desde 1992 y que siguieron los oceanógrafos Ebbesmeyer e Ingraham (¿no la conocen? Pues o bien buscan por internet o, mejor, vengan por el planetario y lo mismo se la contamos). Un comienzo extraño que fuimos hilando hacia cientos de miles de latas de cerveza que también debieron caer de un carguero chino en el Pacífico, y a las cerca de cinco mil botellas con mensaje que un tal Harold Hackett, residente en la Isla del Príncipe Edward, en el noreste canadiense, lanzó al mar, consiguiendo más de tres mil respuestas de todo el mundo.
De la oceanografía y las botellas llegamos a los toneles, a Diógenes de Sinope, al síndrome de Diógenes, y a Blaise Pascal y su principio de la presión, que mostró al público destrozando un tonel. Y conté un poco más sobre los toneles, pero poco más que yo casi nada se de lo que es fundamental en la vida de un vino, justo hablar un poco de las duelas de robles, de sus aromas y ... ya no había tiempo para más. Que es lo que pasa siempre, aunque tuve más rato que otras veces.
En fin, ya ven, quería contarlo porque fue una tarde estupenda, y además el público llenó la sala, y eso es algo especialmente emocionante cuando uno hace radio: a la gente le gusta conocer un poco las tripas del programa. Y ahí las vieron y las conocieron. Y además de las secciones de los colaboradores, se recordó a Rafael Azcona, se habló de un Miguel Ángel en la Concatedral de Logroño, y de un montón de historias más grandes o pequeñas. Justo al comenzar me había enterado de la muerte de Dunia Ayaso y me quedó un poco triste la cosa (no la conocía personalmente, si con amigos comunes, pero me encantaban sus fotos en Instagram, qué cosas...) y también andaba viendo qué pasaba en Navarra (pero eso es una historia de terror que no cabe aquí).
La Radio. Teniendo en cuenta que esta semana me había perdido la colaboración semanal en el programa "El cinturón de Orión" en Radio San Vicente, pero que sí había tenido participación el miércoles en Radio Euskadi, donde charlamos con Alberto San José, y al día siguiente estuve haciendo la sección de ciencia en la mañana de Onda Vasca y a mediodía del jueves también la sección marciana en Pamplona en la Onda, con Marisa Lacabe (pobre, qué tos le entró...) el viernes entre la historia del debate en la SER por la mañana y el programa en directo de la tarde acabó la mar de radiofónica.
Porque, ya ven, incluso cuando no llaman de otros programas y/o emisoras para alguna cosilla puntual, mi semana puede tener fácilmente cinco colaboraciones de radio. Y sigo disfrutando, en cada una de ellas, como la primera vez que estuve en una radio muy de niño, en Radio Álava donde trabajaba mi tía, sobre la Estación de Autobuses de Vitoria, donde había un enorme transmisor negro a la entrada, creo recordar que de algún barco de guerra...
Pero esa será otra historia de la radio. En otro momento. Gracias, Garcia y todos los de "Esto me suena", que fue un placer poneros caras y volumen. Y espero que haya más veces.
2014-03-02 00:53 Enlace
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