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Historias > El Peso De La Prueba (El Día Del Timo Homeopático) @Diariodenavarra
2014-04-10
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Hoy los homeópatas celebran un
DÍA INTERNACIONAL DE LA HOMEOPATÍA. Y el país anfitrión es España... Así que ya entienden por qué llevamos tanta propaganda homeopática en los medios estos días. Pagada, evidentemente.
Conviene aclarar que tal día, sin embargo, no está amparado por las Naciones Unidas, ni tal celebración aparece
en las observancias de las organizaciones internacionales. Viene, sin embargo, avalado por un rosario de organizaciones, ligas y asambleas de homeópatas, habitualmente bien subvencionadas por las empresas farmacéuticas que venden esta bendita terapia ineficaz y cara. Entre los voceros de las asociaciones encontrarán médicos (de esos que sin embargo no publican en revistas científicas...), el aval de los colegios profesionales de médicos y farmacéuticos (que con tal de hacer caja, ya saben...), e incluso el apoyo incomprensible del mismo Ministerio de Sanidad (que acoge en Madrid un acto de promoción de esta pseudociencia; el mismo Ministerio que hace dos años concluía, por cierto, que la homeopatía no curaba más que el placebo: o sea, que no curaba -vease por ejemplo
"Sanidad concluye que el principal efecto de la homeopatía es el placebo", EL País, 19/12/2011). Encontrarán sin duda dinero pagado por las empresas, que han estado ya subvencionando en los últimos años abundante publicidad y propaganda, cursos de posgrado y hasta cátedras universitarias, que pagan formación homeopática, promoción, y promueven lobbies para conseguir reglamentaciones benévolas a la impunidad de su negocio... pero que no han conseguido por el contrario demostrar en la arena científica que funciona más allá del placebo. La homeopatía sigue sin ser medicina: ni supone una teoría médica creíble o razonable, ni aporta una terapia eficaz. Un timo. Que, además, puede tener efectos nocivos en quienes engañados por su popularidad desdeñen terapias de verdad para abrazar la tontería homeochuche (por ejemplo, quienes irresponsablemente se exponen a una inútil profilaxis homeopática de la malaria que no les protege de nada, como ya alertaron hace años desde algunas ONGs para que sus cooperantes no fueran tan ingenuos de exponerse a una infección de verdad con una profilaxis imaginaria).
Pero esta es la triste historia de la homeopatía tan bien avalada por una sociedad que prefiere el buenrollismo a la racionalidad, que ampara al timador y pone en duda al sistema público de salud... Frente a la incapacidad de demostrar sus afirmaciones, de aportar un solo gramo de terapia real, esta liturgia pseudomédica va aumentando su popularidad. Y, consiguientemente, su negocio.
En el
DIARIO DE NAVARRA me pidieron una columna de opinión sobre el tema, para contraponer mi negativa visión a la muy positiva que iba a dar una de las responsables de la homeopatía en Navarra. He titulado la columna:
EL PESO DE LA PRUEBA
La historia de la medicina es la de la lucha contra la enfermedad y el dolor causado por ella. Por eso es comprensible que se haya acudido a menudo al “todo vale”. Y como pacientes, es más comprensible aún el que probemos aquello que parece servirnos, más si tiene pocas consecuencias negativas. Cuando se nos anuncia que la homeopatía es una alternativa sin los efectos secundarios de las otras medicinas, que recoge principios naturales, que estimula a que nuestro propio organismo se defienda, y cuando además eso nos lo dicen médicos y farmacéuticos, ¿cómo no confiar en ella? De hecho mucha gente confirma que le vino de perlas: “a mi me funciona”. Lo oímos constantemente como el mejor aval de esta y otras prácticas.
Y sin embargo, la propia comunidad médica y farmacéutica, en nombre de la ciencia y acudiendo a la necesidad de comprobar la eficiencia de los tratamientos, muestra que la homeopatía funciona solo como placebo y como liturgia. Que nos curamos no POR tomar esos medicamentos que hasta los homeópatas reconocen que no tiene ni una sola molécula de principio activo, sino A LA VEZ que los tomamos, creando una relación entre causa y efecto que en los ensayos clínicos con los controles estrictos, no aparece.
Esto podría parecer un debate que interesa poco al ciudadano pero es justo lo contrario: ¿por qué se obcecan en sus prejuicios antihomeopáticos quienes deberían apostar por nuestra salud?, o bien ¿por qué se permite la impunidad de vender como medicina algo que solo es un timo?. Me parece que las razones no son cosa de la ciencia: la homeopatía permite disminuir el paro médico, supone un negocio rentable para las farmacias, disminuye la presión sobre el sistema sanitario, y además entronca con una tradición europea que tiene pánico a parecer que las decisiones que se toman son dogmáticas.
Han pasado dos siglos desde que Samuel Hahnemann inventó la homeopatía, y ahora conocemos el origen de muchas enfermedades y disponemos de terapias adecuadas. Pero la homeopatía ha seguido sin demostrar adecuadamente su eficacia (hasta los homeópatas reconocen que más de la mitad de los estudios publicados no encuentran efecto alguno), aunque no haya dejado ni de venderse ni de promocionarse. En los últimos años vemos cómo han desistido de convencernos con pruebas científicas y se han dedicado a la publicidad y propaganda, a subvencionar cátedras y masters en las universidades tan necesitadas de dinero. Quizá solo por eso, deberíamos reaccionar y exigir, tras tanto tiempo de impunidad o de buen rollo, el peso de la prueba.
2014-04-10 01:23 Enlace
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Comentarios
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Que triste hasta la pagina se me cayo por haber hecho un anterior comentario jajajajajaj :D
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De: Anonimo |
Fecha: 2014-04-16 18:54 |
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:D
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