artículos, escritos y demás piezas perfectamente obviables perpetradas por Javier Armentia (@javierarmentia por algunas redes)

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13 Años Y Un Día En La Pecera Blogalita
2015-01-25

A título de inventario, ya lo comenté por aquí hace tiempo: no se cuándo deja de ser uno una joven promesa para convertirse en una patética realidad. Lo mismo, ahora que me veo rodeado de jóvenes estupendos con tantísimas gana de tirar adelante con sus proyectos de blog, y contar al mundo lo que les preocupa y ocupa, lo que piensan, lo que saben, lo que ignoran, me doy cuenta de que ya llevo más de trece años muriendo por la boca en Blogalia. Por la boca he muerto (o casi) muchísimas más veces, y desde mucho antes de que comenzáramos esta aventura en una plataforma de blogs en plan corrala o vecindario muy diverso, muy elemental, sin ningún interés comercial, simplemente porque un buen amigo sabía cómo hacer estas cosas (y aún después de tantos años sigue sabiendo hacerlo y además tolerándonos: gracias Víctor).

Lo que comenzó como un repositorio de textos de diversos sitios, de voces por varios lugares, vuelve a serlo, y de vez en cuando además caben en el exabruptos de diferente tipo. No soy un tipo dócil, me suelen decir quienes me han leído cosas por aquí. Soy demasiado dócil, dicen por el contario quienes me conocen en persona. Ni unos ni otros tienen razón ni dejan de teneral, porque con más de medio siglo de vida sido sin enterarme de por qué las cosas con como son y no como deberían ser.

Para celebrar los 13 años de bitácora, Bárcenas ha salido a la calle, el PP ha montado un conciliábulo para mayor gloria de ellos mismos, la AVT se duele casi sin presencia en las calles, los curas andarán a lo suyo con un Papa que siegue siendo más de lo mismo y los fundamentalistas de todo tipo siguen matando, violando y todo eso que saben hacer. Lo mismo hoy me dan una alegría griega, y me refiero no al sexo sino a las elecciones helenas.

Estaba pensando en decir algo notable, pero como no lo he sabido hacer en estos trece años solo seguiré diciendo lo de siempre. Que no suelo estar de acuerdo con lo que digo, porque si me paro a pensarlo me saco muchos peros. Pero como he preferido siempre hablar que callar, y ya desde hace años aprendí a encontrarme con gente que con todas sus dudas e inconsistencias sabían que a veces es necesario manifestarse y hablar al silencio cómplice, ahí sigo. De verdad, no sabéis cuántas veces he tenido que callarme, que borrar lo que sentía necesario decir, simplemente porque ni yo ni nadie somos islas, y cada tontería, incluso las que yo puedo decir o suscribir, pueden tener consecuencias.

No sabéis en estos trece años y un día la de veces que me han llamado al orden (más bien al ordeno y mando) por teléfono, lo mal que me han hecho sentir, lo gusano que he sido tantas y tantas veces. Y sin embargo, y siendo cada una y todas de esas veces un momento triste y asqueroso, los días luminosos, la gente con la que me he encontrado -de camino o de frente, que también-, lo que he aprendido y lo que me han enseñado, las sorpresas que constantemente han ido apareciendo debajo de cada piedra, el amor, el placer, el gozo y todo lo demás siguen siendo lo que me mueve, lo que me hace colear.

Y coleo. Así que gracias. Una vez más, como suelo hacer por lo menos una vez al año. Y sobre todo, con más cariño a los que me aguantáis de cerca. A ver si llegamos a los catorce y de paso en el ínterin largamos a la derecha navarra del poder, que ya me tienen hartito. Desde hace más de 20 años, todo hay que decirlo, pero hartito.

Feliz domingo. 

2015-01-25 17:08 Enlace

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