artículos, escritos y demás piezas perfectamente obviables perpetradas por Javier Armentia (@javierarmentia por algunas redes)
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2002-04-14
Prácticas De Riesgo
Milenio � Diario de Noticias, lunes 15 de abril de 2002
Javier Armentia
Tal y como están las cosas, si eres mujer debes tener en cuenta que el matrimonio es una práctica de riesgo. Así de claro, y así de crudo. Te vas a meter en un fregado, querida amiga, del que perfectamente podrías salir apuñalada el día menos pensado, tras sufrir el horror durante más de un decenio. Y todo porque esta sociedad en la que vivimos considera que eso es un �mal menor� tolerable, o asumible, dentro del orden de las cosas. Ya lo sabes. También podrías convertirte, con ese mismo contrato legal, en trabajadora por cuenta ajena (y poco propia) sin derecho ni a remuneración, ni vacaciones. Has de saber que, por mucho que se nos llene colectivamente la boca cuando nos adulamos de nuestra sociedad del bienestar, que la cuestión de género sigue teniendo importancia. Y que, dentro del matrimonio, la cosa es un poco peor, un poco más impune, un poco más sucia. Cierto es que sin casarte tampoco vas a conseguir ser considerada igual que los que pertenecemos al otro género: sabes que lo más probable es que vayas a cobrar menos que compañeros que hacen lo mismo, que la posibilidad de mejorar tu posición será menor, que se te va a mirar la conducta con una lupa de muchos más aumentos que la que se usa para los varones.
Ya ves, así tenemos montado el chiringuito. Prácticas de riesgo, tía. Con campañas para conseguir igualdades de hecho y de derecho, con mecanismos que teóricamente te protejan, pero en la práctica, ándate con ojo porque te pueden acuchillar mientras esperas al autobús. Por supuesto, te lloraríamos, te montaríamos demostraciones y manifestaciones de dolor e indignación. Pero para tí, de poco habría servido. Bueno, consuélate, que llegado el caso, te colocaríamos un chip como a un perrito, para proteger tu seguridad. Ya sabes, los hombres somos así de corteses y caballerosos.
Nota: El pasado martes 9, en Villava, una mujer, Alicia Arístregui, era asesinada por su marido (Jesús Gil Peláez, que se entregó al día siguiente con lo que conseguirá posiblemente dos años menos de condena), con historial de violencias contra ella y que tenía una orden judicial de no acercarse a más de 500 metros de la víctima. De nada sirvió, como en una crónica de algo ya anunciado, el tío le entró a puñaladas cuando iba por la calle tras dejar en el colegio a sus hijos. Cosas que pasan.
2002-04-14
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Prácticas De Riesgo
2002-04-14
Milenio � Diario de Noticias, lunes 15 de abril de 2002
Javier Armentia
Tal y como están las cosas, si eres mujer debes tener en cuenta que el matrimonio es una práctica de riesgo. Así de claro, y así de crudo. Te vas a meter en un fregado, querida amiga, del que perfectamente podrías salir apuñalada el día menos pensado, tras sufrir el horror durante más de un decenio. Y todo porque esta sociedad en la que vivimos considera que eso es un �mal menor� tolerable, o asumible, dentro del orden de las cosas. Ya lo sabes. También podrías convertirte, con ese mismo contrato legal, en trabajadora por cuenta ajena (y poco propia) sin derecho ni a remuneración, ni vacaciones. Has de saber que, por mucho que se nos llene colectivamente la boca cuando nos adulamos de nuestra sociedad del bienestar, que la cuestión de género sigue teniendo importancia. Y que, dentro del matrimonio, la cosa es un poco peor, un poco más impune, un poco más sucia. Cierto es que sin casarte tampoco vas a conseguir ser considerada igual que los que pertenecemos al otro género: sabes que lo más probable es que vayas a cobrar menos que compañeros que hacen lo mismo, que la posibilidad de mejorar tu posición será menor, que se te va a mirar la conducta con una lupa de muchos más aumentos que la que se usa para los varones.
Ya ves, así tenemos montado el chiringuito. Prácticas de riesgo, tía. Con campañas para conseguir igualdades de hecho y de derecho, con mecanismos que teóricamente te protejan, pero en la práctica, ándate con ojo porque te pueden acuchillar mientras esperas al autobús. Por supuesto, te lloraríamos, te montaríamos demostraciones y manifestaciones de dolor e indignación. Pero para tí, de poco habría servido. Bueno, consuélate, que llegado el caso, te colocaríamos un chip como a un perrito, para proteger tu seguridad. Ya sabes, los hombres somos así de corteses y caballerosos.
Nota: El pasado martes 9, en Villava, una mujer, Alicia Arístregui, era asesinada por su marido (Jesús Gil Peláez, que se entregó al día siguiente con lo que conseguirá posiblemente dos años menos de condena), con historial de violencias contra ella y que tenía una orden judicial de no acercarse a más de 500 metros de la víctima. De nada sirvió, como en una crónica de algo ya anunciado, el tío le entró a puñaladas cuando iba por la calle tras dejar en el colegio a sus hijos. Cosas que pasan.
2002-04-14 23:55 Enlace
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