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Historias > Pañuelo De Galardón Y Recuerdo A Andraize (#LaFirma @ocrnavarra)
2018-09-08
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Esta semana de comenzar cosas en septiembre he empezado a hacer una columna sonora de opinión en el programa AQUÍ EN LA ONDA de Onda Cero Navarra, que dirige y presenta el periodista
Javier Saralegui. Como siempre pasa cuando me piden algo, no puedo decir que no aunque la labor exceda mis competencias y sobre todo mis capacidades. Pero como siempre, están los amigos que te proponen hacerlo, está el reto, y desde luego está la radio que siempre me ha tenido atrapado y con la que no puedo dejar de vivir. Así que aquí iremos metiendo ahora estas historias que, como siempre, preferiría que no fueran especialmente radicales y que se acercaran sobre todo al mundo de la ciencia. Pero el mundo es el que es y uno no puede dejar de hacer notar que cualquier opinión publicada ha de tener cierto compromiso con lo que está sucediendo ese día.
Lo digo porque comencé con esta columna (su título genérico, porque es una columna compartida o en multipropiedad, cada día un autor/a diferente, de LA FIRMA: se emite al filo de las 8 de la tarde, acabando el programa) el pasado miércoles, justo cuando se conocía la polémica generada entre la derechona navarra por la concesión de un galardón municipal a unos profesionales de la salud que lo arriesgaron todo por su compromiso con su trabajo. Montaron con el apoyo de colectivos populares en el barrio de la Txantrea, en el año 78, ni recién comenzada la democracia y bajo la sombra (y palio) del franquismo irredento, un centro de atención a las mujeres, de salud sexual y reproductiva. Una locura en la ciudad del Opus y la carcundia. Los ginecólogos Elisa Sesma, Pablo Sánchez Valverde y Mari Cruz Landa supieron que defender la salud de la mujer puede tener consecuencias terribles en una tierra como esta tan foral. Y así, por un aborto practicado en el año 87 (y al amparo de la ley existente en España) fueron sometidos a un juicio absurdo y vergonzante, a instancias de los grupos ultracatólicos que consiguieron evitar durante más de 30 años que se practicara ningún aborto en Navarra.
El premio está mejor que bien dado. Qué menos. Un ejercicio además de reconocimiento y reparo de un daño, pero sobre todo de celebración de cómo las iniciativas por y para la mujer siguen siendo necesarias y aquellas que consiguieron nacer en el posfranquismo y sobrevivir a toda esta transición tan poco feminista, son dignas de elogio. No es extraño, claro, que los partidos de la derecha, PP y UPN, no hayan querido esta concesión de un premio honorario de la ciudad. PP, que no tiene ni un concejal, gritaría desde la calle. UPN desde dentro y desde los medios, donde se maneja tan bien. Y los grupos ultracatólicos, de esa derecha que sigue clamando contra los derechos sexuales de mujeres y hombres y viceversa, la acabaron montando el día de la entrega, el pasado viernes, involucrando a niños (su especialidad es poner a los niños por delante para una especie de chantaje moral... ya conocen la fijación de ciertos sectores del mundo católico con el sexo y los niños). En fin. Lo cuentan los medios por ahí y mejor dejar que bufen, que este mundo, afortunadamente, ya no es el suyo, donde su opinión era ley y todo lo demás, prohibiciones.
Bueno, perdonen por la extensión del texto introductorio: luego la columna sonora, que dura menos de un minuto, se queda en nada. Pero quería dejar un poco el contexto de la historia y por qué me parecía necesario recordar en la radio mi apoyo a quienes desde la ciencia médica supieron saber que esta está al servicio de la sociedad y comprometida con los derechos humanos. Como debería ser siempre, ay, siempre.
ANDRAIZE, PAÑUELO DE PAMPLONA
El tema del rechado del senado argentino a una ley de plazos para el aborto me causaba, además de la lógica indignación, una cierta sensación de déjà vu, a situaciones que se vivieron por aquí hace muchos años. Y que afortunadamente quedan en el pasado: entendemos que los derechos de la mujer incluyen los de su salud y su sexualidad. Pero eso no era así hace sólo 25 años.
Me acordaba de esto al oir ayer que el ayuntamiento va a reconocer la labor de Elisa Sesma, Pablo Sánchez Villaverde y Mari Cruz Landa, los tres ginecólogos de Andraize, con el Pañuelo de Pamplona. Cuando llegué a esta ciudad, en el año 1990, estaba todavía en marcha el juicio contra ellos. Me acuerdo porque Pamplona andaba llena de amenazas, insultos y pintadas de los provida, de declaraciones desde el Opus, de unos poderes públicos que miraban mayoritariamente hacia otro lado, como si la defensa de la salud de las mujeres no fuera cosa de ellas. Andraize, un cuarto de siglo después, es reconocido así institucionalmente por su labor en defensa de esta salud, de una libertad sexual que es algo mucho más necesario para una sociedad democrática que otras cosas en las que se pierde tanto tiempo. Qué bien que esta ciudad nos recuerde cuánto nos separa de ese mundo gris que condenaba a la mujer a la doble discriminación de no tener derechos y de no poder reivindicarlos.
Los audios del programa suelen tenerlos en la web de
Onda Cero Pamplona.
2018-09-08 09:26 Enlace
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