Estos meses, con plena electoralidad y alevosía (y ahora con veranidad por seguir el chiste - Julia Otero acuñó lo de "agostidad" pero aún es julio), el Ayuntamiento de Pamplona se ha empeñado en un obrón en medio de la ciudad, en el segundo ensanche, junto a la plaza de la Cruz, que supondrá un par de años de obras para unas pocas plazas pero sin duda un gran negocio para los promotores. Ah, y unos 46 árboles que, según responsables municipales, no son para tanto. Unos días dicen que no son viables porque son altos en una calle estrecha (hay árboles de 60 años de edad, por ejemplo, y eso debe ser demasiado tiempo o algo así en la mente de esos munícipes). Otros días alegan que total nuestra ciudad tiene más de 60.000 así que no es más que un 1% y que luego pondrán árboles de menor porte...
La cosa no ha pasado sin ser noticia (al menos en la prensa que no es la de derechas de siempre, la que apoya siempre al partido que gobierna el municipio) pero sobre todo ha sido la oposición de vecinos y comercios de la zona, que ven ahora cómo esto se viene encima, la que ha caldeado el verano... Vamos, que habrían tirado ya los árboles si no hubiera sido porque la gente se ha movilizado. Me solidarizo con ellos, con esta lucha contra una obra injusta y absurda, por varias razones:
- porque es algo que no es deseado por la gente y eso debería ser un buen argumento; porque la calle elegida es pequeña, la obra será por lo tanto incómoda y peligrosa para otros árboles y para toda la vida y la circulación del barrio;
- porque un ayuntamiento no puede hacer ya estas movidas ocultándolas de la pública opinión y debate, escondiéndolas chapuceramente y vendiéndose al primer amigo con una ocurrencia para forrarse con pólvora de rey;
- porque además ahora no es cosa de ir metiendo más parkings en el centro de las ciudades, sino todo lo contrario: desterrarlos completamente, eliminar el vehículo privado (todo vehículo privado salvo bicicletas y patines y esas cosas ligeras y sencillas) y utilizar sistemas alternativos como el transporte público, carriles bici (para todo tipo de movilidad personal) y un buen sistema de acceso para necesidades específicas de comercio, vecindario y servicios;
- porque nos hace falta crear ciudades frescas y amables en esta situación de amenaza climática, y los árboles son necesarios aliados.
Las vecinas y vecinos comenzaron a protestar, aunque eran las fiestas. El alcalde anterior había firmado la tala de árboles unos días antes de dejar el cargo por las elecciones municipales del 28 de mayo. El nuevo equipo tomaba las riendas y decidía seguir adelante con todo (ninguna sorpresa: son el mismo partido en minoría en el pleno del municipio al que ignora sistemáticamente, a ver con cuántas reprobaciones acaban esta legislatura, que en la anterior debieron ser más de ocho). Por supuesto, el procedimiento ha sido cuando menos raro, lleno de deficiencias y carencias no subsanadas, y sobre todo sin debate ni participación alguna. Como se hacía antes, con la misma actitud autoritaria que hace veinte años permitió talar todos los árboles de la plaza del Castillo en una noche y luego hacer un impresionante expolio arqueológico cada noche hasta que pudieron hacer un parking esencialmente innecesario que ha condenado al centro de Pamplona a no tener una capacidad de gestionar su zona de cero emisiones a las que está obligado.
Les pusieron a los árboles de la calle Sangüesa unos pañuelicos y unos carteles para comenzar a defenderlos y que se viera. Yo lo comenté en Mastodon:
Los medios de comunicación se han ido haciendo eco de la protesta a lo largo del mes de julio, que ha ido incrementándose al recibirse apoyos de diferentes colectivos de la ciudadanía, además de todos los partidos de la oposición que dentro del ayuntamiento también reclaman la paralización de la tala. Hace unos días me pidieron que me sumara a las protestas y como no podía estar con ellas manifestándome porque estoy por Lerín de trabajo, les mandé un escrito. Aquí lo pongo y espero que sirva para que cualquiera se sume al manifiesto y las protestas vecinales.
Salvemos la ciudad
Iba a comenzar diciendo: salvemos a los árboles de la calle Sangüesa, salvemos al espacio público de una plaza tan central del ensanche y de toda la ciudad, salvemos a la gente de la invasión -una vez más- de un modelo que hace que los coches pasen por encima de las personas. Incluso de las que usan coche. Pero ya sabéis todo esto, no puedo decir nada más, salvo expresar mi pesar ante ese atropello en el que los intereses privados y comerciales se imponen con excusas y mentiras pretendiendo salvarnos o algo así.
Ya ha pasado muchas otras veces y siempre con subterfugios y apariencias de legalidad, pero ocultando la información y sin ninguna transparencia a la ciudadanía. Afortunadamente, la gente que se opone al parking de la plaza de la Cruz no ha permitido que se aprovecharan de que era verano, de las fiestas, de la situación social y política tras las elecciones, para hacer el destrozo: gracias a vosotras, a todas las personas que estáis ahora declarando en voz alta que las cosas no pueden hacerse así, no va a quedar su desmán sin ser percibido y denunciado.
Vivimos además en tiempos en los que necesitamos redefinir urgentemente la ciudad: necesitamos ciudades saludables, desterrar los vehículos privados (todos), favorecer el paseo, las bicis y el transporte público. Es una cuestión de sostenibilidad, de poder sobrevivir a un mundo que empeora demasiado deprisa en el marco de la emergencia climática. Las ciudades necesitan ser acogdoras, ser refugios climáticos, ser accesibles, ser lugares de encuentro de las personas, no almacenes inopinados de coches. Hay que reducir la contaminación, y sabemos que las ciudades verdes y cercanas lo tienen mejor: morirá menos gente en ellas que en las que tienen muchas avenidas y muchos parkings. Por supuesto, unas decenas de árboles no nos van a salvar de la catástrofe climática, pero la actitud de entender que estos árboles son importantes es la que necesitamos aplicar no solamente a esta calle y esta plaza, sino a toda Navarra, a todo el mundo.
Apostar por una movilidad privada, contaminante, cara y que ocupa todo el espacio público es un absurdo que las generaciones futuras no entenderán. ¿No se daban cuenta de que estaban acelerando el desastre?, comentarán incrédulos ante nuestra necedad.
Todos los estudios científicos que conozco, los que analizan calidad del aire, calidad de vida, economía y sostenibilidad, coinciden en que hay que crear parques, jardines y espacios donde podamos andar y vivir. Los parkings van en contra de la historia, de verdad.
Somos una especie tozuda,capaz de repetir muchas veces el mismo error. Quizá deberíamos aprovechar para comenzar a cambiar. Los pequeños pasos, como los de este enclave pamplonés por preservar una naturaleza urbana que ha podido sobrevivir tantas dificultades y tanta mala gestión urbanística, son importantes, y nos marcan lo que debemos reclamar para toda la ciudad: más parques, menos coches privados, más racionalidad y sobre todo más preocupación por la salud de todas las personas que habitamos estas calles.
Gracias, y ánimo con vuestra lucha, con nuestra lucha.
Una noticia y vídeo de las últimas movilizaciones ayer en la Plaza de la Cruz:
Añado también el texto del MANIFIESTO EN CONTRA DEL PARKING EN LA CALLE SANGÜESA DE LA PLAZA DE LA CRUZ DE PAMPLONA/IRUÑA
Ante la autorización por parte del actual Ayuntamiento de Pamplona del inicio de las obras y comienzo de los trabajos preparatorios para el proyecto de construcción del Parking en la calle Sangüesa de la plaza de la Cruz de Pamplona/Iruña `manifestamos nuestro TOTAL Y ABSOLUTO RECHAZO A ESTA OBRA que va en contra de las necesidades del vecindario y de los intereses generales de la ciudad.
Este parking surge por una supuesta iniciativa vecinal de 200 personas residentes en la zona, que ha resultado ser FALSA ya que esa demanda se corresponde con una lista de vecinos de hace 15 años, totalmente desactualizada, para la construcción en el año 2008 de un parking en la avenida Galicia. Sin demanda vecinal real la cesión de suelo público resulta injustificable y nos lleva a preguntarnos cual es el auténtico motivo de esta obra.
De una parte, el elevado precio de acceso a cada plaza (sobre 32.000 ¤) así como los gastos de mantenimiento aparejados (sobre 300 ¤/año) lo sitúan como uno de los aparcamientos de concesión municipal más caros del país, lo cual nos invita a pensar a quien se ha tenido en mente a la hora de plantear este proyecto. Desde luego no al vecindario medio.
El parking se va a ubicar en una de las pocas calles del 2º Ensanche que cuenta con árboles de gran porte con más de 60 años de edad, por lo que la eliminación de 46 árboles será un auténtico desastre para el barrio, que pierde esa gran masa vegetal que contribuye a que sea una de las zonas de tránsito más utilizadas en verano para paliar el sofocante calor. Por otro lado, en el caso de que fuera absolutamente necesario este parking, que no lo es, la ubicación elegida es totalmente inadecuada. La estrechez de la calle Sangüesa exige excavar hasta 15 metros de profundidad para construir los 4 niveles previstos a lo largo de las dos manzanas afectadas. Habida cuenta de la antigüedad y cimentación poco profunda de los inmuebles colindantes, no es descartable que se pudieran producir desperfectos en ellos.
El comercio y la hostelería de la zona, van a ver cómo durante los próximos 22 meses no podrán desarrollar su actividad con normalidad y muchos de ellos tendrán que cerrar el negocio porque la zona resultará intransitable. Buena parte del alumnado y del profesorado del Instituto se verán forzados a trasladarse a otro centro durante las obras (dos cursos académicos) con peor dotación de recursos materiales y pedagógicos, lo que repercutirá negativamente en la calidad de la formación de los estudiantes.
Se está actuando de forma inadmisible, promoviendo este proyecto unilateralmente, con oscurantismo y sin proceso participativo alguno, en un asunto cuestionado por gran parte del vecindario, comerciantes y asociaciones y sin valorar la existencia de otras alternativas, como buscar otra ubicación dentro del barrio, otra gestión de las plazas en superficie o promocionar los parkings de rotación infrautilizados de acuerdo con los criterios que marca el PMUS, reasignando plazas libres de otros aparcamientos en vez de iniciar un nuevo proyecto.
Por todas estas razones EXIGIMOS LA INMEDIATA PARALIZACIÓN DEL EXPEDIENTE Y QUE SE ESTABLEZCA UNA MORATORIA hasta que, previo proceso participativo de todos los implicados y un estudio de las necesidades del barrio en cuestiones de movilidad, se encuentre una solución alternativa que ponga fin a este despropósito medioambiental y urbanístico para la ciudad de Pamplona/Iruña.
Apoya a la Plataforma contra el parking en la calle Sangüesa de Pamplona/Iruña.